Perú, el espejo: 'Seis claves para comprender la crisis por la que atraviesa el hermano país'

Actualizado
  • 25/01/2023 00:00
Creado
  • 25/01/2023 00:00
La idea es poder aprender de otras experiencias, tomar medidas para que no ocurra algo similar; en otras ocasiones se busca encontrar lo que ha tenido éxito en algunos países para ponerlo en práctica
Decenas de personas participan en una nueva manifestación antigubernamental, este martes, en Lima.

El Perú se encuentra inmerso en una crisis tras el intento del expresidente Pedro Castillo, el pasado 7 de diciembre, de disolver el Congreso y decretar un gobierno de excepción. Como consecuencia de ello, Castillo fue detenido por sus propios escoltas y actualmente se encuentra en el penal de Barbadillo.

Dina Boluarte, su vicepresidenta y compañera de fórmula, juró el cargo de presidente ese mismo día, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar el Perú.

La actual crisis en el país andino se traduce en casi 60 muertos desde el día de toma de posesión de Boluarte, a la fecha de entrega de este análisis.

En la ciudad peruana de Juliaca, provincia de Puno (limítrofe con Bolivia), murieron 17 personas en tan solo un día.

Las manifestaciones se han organizado y dirigido desde el sur del país, sin embargo, hace varios días llegaron a Lima donde el gobierno irrumpió con tanquetas en la universidad de San Marcos y detuvo cerca de 200 personas, mientras un helicóptero del ejército sobrevolaba el campus de la universidad más antigua de América.

Dentro de la ciencia política existe una rama llamada política comparada que busca analizar y considerar sistemas o fenómenos políticos que se dan en diferentes países, y encontrar similitudes y diferencias.

La idea es poder aprender de otras experiencias; tomar medidas para que no ocurra algo similar. En otras ocasiones se busca encontrar lo que ha tenido éxito en algunos países para ponerlo en práctica.

Dicho de forma descomplicada, uno de los principales objetivos de la política comparada es mejorar nuestra realidad.

Para adquirir una mejor comprensión de este fenómeno político y social, hemos entrevistado a cuatro analistas políticos peruanos, quienes nos han dado sus impresiones acerca de lo que ocurre en el país que antiguamente fue el centro de una de las culturas prehispánicas más importantes y antiguas del mundo.

Presentamos seis claves que a nuestro criterio pueden facilitar la comprensión de la crisis por la que atraviesa el hermano país, y nos ayudan a su vez a poner nuestras bardas en remojo, ya que son problemas que (aunque con marcadas diferencias) también tiene nuestro país en la actualidad.

Crecimiento sostenido sin desarrollo

El abogado y analista político Bruno Crespo Álvarez explica que “en los últimos 20 años Perú ha sido el epicentro del milagro del crecimiento económico en la región. Perú ha incrementado sus reservas, pero no ha sido capaz de distribuirlas”. El país ha disfrutado un enorme crecimiento económico, sin embargo, esa mejoría no ha llegado a los más pobres”.

El sociólogo, economista y reconocido analista político arequipeño, radicado en Nueva York, José González explica que: ”Durante el primer gobierno de Alan (Alan Garcia, difunto presidente peruano en dos ocasiones, de 1985-1990 y de 2006 a 2011), el PIB peruano era de 26,5 mil millones. Actualmente el PIB es de 270,000 millones, esto implica un crecimiento de mil por ciento, pero solo funciona para el 17% de la población”.

Desigualdad estructural regional

En cuanto a la pregunta sobre el problema de la desigualdad estructural existente entre la capital y las provincias (sobre todo del sur), Michael Mendieta Pérez, politólogo y profesor de ciencias políticas en la Universidad de San Marcos, explica parte de la génesis de esta crisis: “Se da la independencia del Perú (1821), cuando se construye una república criolla que ha marginado a sectores indígenas del grupo de las provincias del sur y centro del Perú. Se tomaron medidas en la época de Velazco (dictador reformista peruano en la década de 1970), que no se pudieron continuar. Luego de un periodo de 20 años de extrema violencia, vemos el surgimiento de un Estado neoligárquico, que se consolidaba en la época del expresidente Toledo, pero tiene sus raíces en el fujimorismo”, explica el politólogo.

“En el sur o centro del país un mismo trabajo se paga diferente a lo que se paga en Lima. La papa peruana, siendo Perú el cuarto principal productor de papa, no se consume en los fast food de Lima, se consume papa importada de Francia”.

Y concluye el profesor Mendieta Pérez: “La narrativa de que la gente que ha muerto está vinculada al terrorismo y sus vidas no tienen valor, duele mucho y es aviso de una situación de completa incertidumbre. “Les llaman lacras, desadaptados, es un discurso terrible en ciertos sectores en Lima”.

Para el analista José González, “Perú tiene un régimen de apartheid implícito; recién en 1980 se le da voto a los analfabetos, que representaban el 26% de la población, la gran mayoría era indígenas”.

“El cobre es el nuevo petróleo”, añade el analista, “Perú ha progresado por la minería, el 60% de sus exportaciones provienen de la minería y del corredor minero que se encuentra en las provincias del sur, sin embargo, en el sur están los peores índices de desigualdad”.

Mala gestión pública y corrupción

En palabras del también consultor en temas de gobiernos locales, Bruno Crespo: “Existe una ley de regionalización o descentralización, pero no han tenido gente capacitada en los gobiernos locales para tener una adecuada gestión del presupuesto local”.

“No existe eficiencia en el gasto del dinero del gobierno regional, pero tampoco en los gobiernos locales. No hay escuelas, los peruanos en ciertas regiones deben viajar siete u ocho horas para ser intervenidos quirúrgicamente, hay muchos postergados”, sostiene Crespo con notoria preocupación, y añade: “Existen obras de infraestructura sobrevaloradas, hospitales construidos en terrenos de litigio, los proyectos mineros también dejan un porcentaje para las regiones donde tienen sus yacimientos, pero ese dinero es mal invertido o se pierde en corrupción; en otros casos no tienen capacidad de ejecución del gasto”.

Falta de planificación económica

Uno de los motivos de esta falta de desarrollo, según el analista González, descansa en el hecho de que “en 1993 se disuelve el Instituto Nacional de Planificación, porque se privilegia la acumulación del tesoro, los índices de solvencia del Perú son los más altos de América Latina; crece la minoría, los precios siguen subiendo y en lugar de planificar el gasto para el desarrollo, siguen haciendo caja (reservas internacionales netas) de ahorros. Brasil es el cuarto exportador de alimentos. El hambre, en América Latina, es un problema de distribución de recursos. A diferencia de África donde los recursos no existen. En el Perú, el 70% u 80% del empleo es informal”, concluye el economista y sociólogo.

Indiferencia de los gobernantes

Según el abogado Bruno Crespo: “Existe una indiferencia ideológica y política entre Lima y el sur del país”, que incluye provincias (departamentos) como Arequipa, Puno, Ayacucho, Madre de Dios, etc.”.

“Luego de que se vence al terrorismo que tuvo su centro y génesis en Ayacucho, el gobierno no fue capaz de sanar las heridas, esta región necesitaba mayor atención. En Ayacucho no se han sanado, las heridas siguen abiertas, esto sumado al adoctrinamiento político que existe en el área”, sostiene el mencionado letrado.

Errores en el manejo de la coyuntura política

El experimentado político, abogado y constitucionalista peruano Ángel Delgado Silva nos brindó su punto de vista con elementos en cierta forma contrastantes: “El problema es que las visiones estructuralistas por pretender ver el bosque, impiden ver la coyuntura, siempre van a existir problemas de fondo, pero no justifican las acciones que se van realizando”.

“El origen de estos actos violentos tienen una fecha concreta –añade Delgado–, es el 7 de diciembre de 2022, cuando Pedro Castillo plantea un régimen de excepción. Cuando el jefe de Estado de un país expresa esa voluntad, le da una orden al ejército para tomar medidas al respecto, pero no previó bien sus acciones y las instituciones no lo apoyaron; en menos de dos horas sale huyendo a la Embajada de México”.

Delgado Silva, quien fue regidor de Lima y exjefe del Gabinete de asesores del expresidente del Perú Ollanta Humala, continúa explicando que “El golpe de Estado es un delito penado con 20 años de prisión. No hay duda de que se trata de un golpe de Estado por lo cual es vaciado Martínez. La señora Boluarte, por más diferencias que podamos tener con ella, se le reconoce que ella es la encargada al mando”.

“Las bases sociales de los grupos radicales extremistas, algunos relacionados con Sendero Luminoso, le declaran la guerra a la señora Boluarte y se inician movilizaciones de estas agrupaciones”, concluye el abogado constitucionalista Delgado Silva.

José González nos da su lectura sobre la actual coyuntura, las decisiones del expresidente Castillo y su vicepresidenta y actual presidente Dina Boluarte. Para el analista, “cuando sale elegido Pedro Castillo, rompe el techo de cristal, no lo rompe Ollanta Humala, ya que Ollanta fue formado en Lima, mientras que Castillo proviene directamente de las provincias del sur”.

“En consecuencia –añade González– la oligarquía limeña le hace la vida imposible desde el día uno, con un prejuicio racista desde antes de que llegara a la Presidencia; nadie ha podido demostrar que se haya robado un solo voto”.

“Castillo comete un suicidio político por su propia torpeza –acota González–, ya que tenía una aprobación casi del 30%, y el Congreso solo tenía 8% de aprobación. ¿Qué pretendía Castillo con el golpe de Estado? Nadie se lo explica, no contaba con el apoyo de las fuerzas armadas”.

Según el sociólogo y economista radicado en Nueva York, la presidente Boluarte “es abogada con maestría en derecho notarial, toda su vida trabajó en el Reniec (Registro Nacional de Identificación y Estado Civil), carece de talento político; están convencidos de que esta rebelión indígena es terrorista, aunque en los medios ya no los llamen terroristas; la clave para entenderlo es del rol de Otárola, su principal ministro. En Juliaca matan a 17 personas en un día, es un indicio del estado de violencia. Luego detienen a casi 300 jóvenes de la universidad San Marcos, sin orden judicial. ¡Cuánta gente debe morir para comprender que están cometiendo excesos!”, concluye el sociólogo.

En su análisis de coyuntura, el abogado Bruno Crespo expone que “el proyecto de Pedro Castillo, que recibió mayormente el apoyo de las provincias del sur, no estaba preparado para gobernar. Llegó en primer lugar en unas elecciones dudosas, pero más allá de eso no estaba capacitado”.

¿Cómo salir de esta crisis?

Bruno Crespo Álvarez expresa que “la única forma de salir de esta crisis es que el Estado, en los tres niveles de gobierno: central, regional y local (municipalidades), trabaje en forma conjunta para resolver las necesidades básicas que tiene la población en temas de accesibilidad, salud, agua potable, créditos para la microempresa para generar emprendimiento”.

Deben existir acciones concretas hacia la población, un trabajo de 24/7 para resolver necesidades de las personas más pobres, para que sean atendidas”.

Delgado Silva vislumbra el fin de la crisis de la siguiente forma: “El país está bajo estado de emergencia de acuerdo al artículo 127 de la Constitución peruana, por lo que se restringen derechos fundamentales que quedan en suspenso, incluyendo el derecho de reunión, movilización, etc.”.

“Podemos estar de acuerdo con los análisis que hacen énfasis en la desigualdad, pero no justifica dar pie a las conductas delictivas violentas”.

“Perú es un Estado democrático”, expresa Delgado. “El peso de las provincias es mucho mayor, tanto así que Pedro Castillo llegó a ser presidente. El poder político está compartido, pero no podemos cambiar las reglas democráticas, no podemos aceptar que las reglas de la democracia sean tiradas al tacho y se quieran imponer nuevas reglas”, concluye el constitucionalista.

Para el profesor Mendieta: “Más muertes pueden llevar a que Boluarte renuncie y que esas muertes sean de Lima”, advierte el politólogo con gran preocupación.

José González vislumbra lo positivo de esta crisis: “El capítulo económico de la Constitución peruana debe ser reformado, el Estado no puede ser subsidiario de la economía. Le amarraron las manos al Estado. El Estado debe tener capacidad de gasto para invertir en el desarrollo y la inversión doméstica. La gente no quiere revolución, quiere inclusión. Un proceso constitucional, un referéndum constitucional”.

“La presidente Boluarte debe sentarse a consultar”, concluye el sociólogo. “Dialogar y convocar a un referéndum. Esta crisis es absolutamente necesaria porque estamos resolviendo las diferencias políticas. El conflicto genera nación y eso es lo que estamos viviendo en el Perú. La violencia es la partera de la historia, en eso Marx no se equivoca. Lo que experimenta el Perú es el ejercicio de ciudadanía, los derechos se conquistan, no se regalan, se ganan”.

El escritor es politólogo.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus