Irán, finalmente el acuerdo

La más compleja negociación entre Occidente y uno de los países más poderosos e influyentes en Medio Oriente, Irán (78 millones de habitantes y la cuarta reserva mundial de petróleo), entró ayer a su recta final al anunciar que, tras muchos años de desencuentros y diálogos rotos, logró un primer pacto sobre el programa nuclear iraní. Este acuerdo marco, que culminará a finales de junio de este año, es importantísimo pues Irán es un eslabón vital para la estabilización de Medio Oriente, una región donde las naciones europeas y EE.UU. se han mostrado ineficaces para contener el terrorismo del Estado Islámico. El acuerdo marco, si bien tiene como eje negociar el tema de la no proliferación nuclear de Irán, repercutirá en los actuales conflictos entre Israel y Palestina, en Irak, Siria, Libia, Líbano y Yemen, entre otros países. Este acuerdo marco es el resultado de una política internacional efectiva, pero también las sanciones económicas que, tras varias décadas de marginación del mercado internacional, ha visto envejecer su industria petrolera al no poder acceder a las patentes occidentales. Poco a poco se darán los cambios esperados. La imagen del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, se convirtió en el símbolo del deshielo entre dos naciones.Las negociaciones llevaban años, especialmente entre la troika europea e Irán, pero en los últimos 18 meses, con la incorporación de todas las naciones miembros permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, Rusia, más Alemania, es que las negociaciones con el gobierno de Teherán empezaron a resultar creíbles. EE.UU. tuvo que superar 30 años de desconfianza luego de la revolución popular chií (la toma de la Embajada de Estados Unidos en Teherán y el caso de los rehenes). Todo empeoró al descubrirse, 2002, un programa secreto de desarrollo nuclear iraní al margen de Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA). La ‘distención’ de Occidente con Irán se produce simultáneamente al endurecimiento de Israel en su política con las naciones árabes y a los ataques de los países suníes del Golfo contra Yemen.