La lucha por salvar las semillas y el ganado tras el terremoto de Irán

Actualizado
  • 17/11/2017 08:32
Creado
  • 17/11/2017 08:32
El fuerte terremoto que asoló el pasado domingo Kermanshah ha causado 436 muertos y más de 10.000 herido

Los agricultores y ganaderos de los pueblos más damnificados por el terremoto de Irán intentan, en medio de la amplia destrucción, salvar el mayor número posible de semillas y animales para no morir de hambre este invierno.

En esas localidades de la provincia occidental de Kermanshah, la mayoría de la gente vive de la agricultura y la ganadería, por lo que sufre junto a la pérdida de sus seres queridos y la destrucción de sus viviendas, la preocupación por la llegada del frío.

Sujetando una pala con sus manos secas y lastimadas por el frío, la agricultura Fereshte Irandust, de 30 años, trataba de mover las ruinas de su vivienda en Kalale Yale para recuperar las semillas de trigo enterradas entre los escombros.

Irandust explicó a Efe que necesitaba rescatar las semillas "para poder sembrarlas y no morir de hambre en los fríos días del invierno".

El fuerte terremoto que asoló el pasado domingo Kermanshah ha causado 436 muertos y más de 10.000 heridos, según las últimas cifras oficiales, y ha destruido tanto las casas como el modo de vida de los campesinos.

Tanto para Irandust, como para el resto de los habitantes de Kalale Yale, es de suma importancia salvar las cosechas, su medio de subsistencia.

Irán sufre de escasez de recursos hídricos, pero la provincia de Kermanshah tiene buenas condiciones y es uno de los núcleos agrícolas del oeste de Irán, que produce grano, arroz, verduras y frutas, entre otros.

"Mira mi trigo, en esta semana íbamos a sembrarlo, pero con el terremoto todo el proceso se ha pospuesto y obstaculizado", se lamentó con voz desgarrada la joven agricultora mientras cribaba las semillas de forma rudimentaria.

Con la cabeza alta pero con una mirada que denotaba angustia y congoja, Irandust se quejó de no haber recibido ninguna ayuda por parte del Gobierno para retirar los escombros de su casa.

También expresó su enfado por el hecho de que las autoridades locales le pidieron su tarjeta de identidad como requisito para darle una tienda de campaña.

"¿Cómo puedo encontrar mi documento de identidad si está debajo de los escombros?", se preguntó Irandust, señalando con la mano su casa totalmente destruida.

El reparto de alimentos y agua se ha acelerado en los últimos días, suministrado principalmente por ciudadanos de todo el país, pero los damnificados siguen durmiendo en tiendas de campaña o directamente a la intemperie.

En los pueblos más pequeños, como Kalale Yale, en los primeros días ni siquiera vinieron los equipos de rescate para retirar los escombros, encendiendo aún más los ánimos entre los ciudadanos.

Muchos, como Hayat, una mujer de unos 40 años familiar de Irandust, rescataron ellos mismos a sus animales, aunque algunos murieron en el seísmo.

Hayat mostró a Efe entre lágrimas su vaca muerta en el terremoto, mientras varias gallinas correteaban entre las ruinas de los edificios.

"No permití que mi vaca se quedara bajo los escombros, la sacamos junto a la familia", dijo esta madre de seis hijos, quien ha perdido también su casa recién construida.

Esta familia de ganaderos tenía en total dos vacas preñadas. La segunda tiene una herida en la espalda, por lo que la mujer expresó su temor a que el bovino haya perdido a su ternero.

La muerte de las vacas y los corderos y sus cuerpos en descomposición ha desatado también el miedo a que estos contagien enfermedades a los vecinos de los pueblos.

La otra gran preocupación de los habitantes de la zona son sus precarios alojamientos. Con la llegada del invierno, las tiendas de campaña no serán suficiente para protegerles del frío, por lo que piden casas prefabricadas.

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