Unos 100.000 rohinyás reclaman diálogo en el segundo aniversario de la crisis

Actualizado
  • 26/08/2019 15:59
Creado
  • 26/08/2019 15:59
Los rohinyás se congregaron en Kutupalong, convertido ya en el mayor campo de refugiados del mundo con 630.000 habitantes, con pancartas en las que insistían en que se les tuviera en cuenta durante las negociaciones para su repatriación a Birmania, repitiendo un único mantra: "Hablad con nosotros"

Unos 100.000 rohinyás se congregaron este domingo en el campo de refugiados de Kutupalong, en el sureste de Bangladesh, para reclamar un diálogo con esta minoría musulmana que facilite su regreso a Birmania (Myanmar), de donde huyeron por una ofensiva del Ejército birmano que estalló un 25 de agosto de hace dos años.

Los rohinyás se congregaron en Kutupalong, convertido ya en el mayor campo de refugiados del mundo con 630.000 habitantes, con pancartas en las que insistían en que se les tuviera en cuenta durante las negociaciones para su repatriación a Birmania, repitiendo un único mantra: "Hablad con nosotros".

"Campaña para regresar a casa, hablad con nosotros", "Hablad con nosotros sobre derechos", "Hablad con nosotros sobre ciudadanía y la etnia rohinyá", "Hablad con nosotros sobre seguridad", rezaban las pancartas de gran tamaño que presidían la concentración.

En la protesta de Kutupalong participaron "unos 100.000 rohinyás", aunque también hubo concentraciones en otros campamentos, explicó a Efe el agente a cargo de la comisaría de la que depende la zona, Nurul Islam Majumder, que anotó que las concentraciones transcurrieron de manera totalmente "pacífica".

La protesta de Kutupalong concluyó con un emotivo momento de rezo, en el que los rohinyás, muchos de ellos entre lágrimas, recordaron a las víctimas por el "genocidio" perpetrado por el Ejército birmano en Rakáin, en el oeste de Birmania.

La ofensiva comenzó el 25 de agosto de 2017 como respuesta a varios ataques de una guerrilla rohinyá, empujando a Bangladesh a 738.000 miembros de esta comunidad, a la que Birmania no reconoce su ciudadanía.

El desproporcionado operativo dejó a su paso unos 10.000 rohinyás asesinados, mujeres y niñas violadas y aldeas arrasadas, una ofensiva calificada por la ONU de "limpieza étnica de manual" con "indicios de genocidio".

"Nos gustaría volver a casa con nuestros derechos como ciudadanos, con seguridad y a nuestra propia tierra. Queremos un diálogo con Birmania sobre nuestros derechos", manifestó a Efe el líder rohinyá Mohammad Jubai, miembro de la Sociedad Rohinyá de Arakan para la Paz y los Derechos Humanos.

Hasta ahora, los dos intentos de iniciar el proceso de repatriación han fracasado, el último de ellos esta semana, al no presentarse ningún voluntario por la falta de garantías en Birmania.

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