Ejecutivo sesiona tras protestas

BRASILIA. Los brasileños se esforzaban el viernes por comprender las protestas contra el gobierno que sacuden al país luego que un milló...

BRASILIA. Los brasileños se esforzaban el viernes por comprender las protestas contra el gobierno que sacuden al país luego que un millón de manifestantes salieron a las calles la noche anterior en decenas de ciudades, algunos enfrentándose con policías y dañando escaparates de tiendas y edificios gubernamentales.

La presidenta Dilma Rousseff sostuvo una reunión de emergencia sobre las protestas con el ministro de Justicia brasileño, pero no hizo comentarios al término del encuentro, aunque al cierre de esta edición se anunció que dirigirá un discurso a la nación.

Por la tarde la presidenta tenía programado reunirse con los principales obispos de la Iglesia católica para hablar sobre los posibles efectos de las protestas en la visita papal programada para el mes próximo en Río de Janeiro y Sao Paulo.

Rousseff, una ex guerrillera de izquierda que fue encarcelada y torturada durante la dictadura militar de Brasil, apenas ha mostrado breve apoyo a los manifestantes desde que comenzaron las mayores protestas en décadas en el país hace una semana. Esa postura ha provocado fuertes críticas de que ella ha permitido que la situación se salga de control.

RECHAZO AL SINDICAL

Asimismo, mediante redes sociales se convocó a una huelga general para la próxima semana. Sin embargo, los dos sindicatos nacionales más grandes de Brasil, la Unión General de los Trabajadores y Fuerza Sindical, indicaron no estar al tanto del asunto.

La protesta del jueves por la noche en Sao Paulo fue la primera con una fuerte presencia sindical. Los manifestantes, fueron encabezados por una marcha de tambores y recorrieron juntos la avenida principal. Sin embargo, la mayoría de los manifestantes en todo Brasil han pedido un movimiento sin partidos políticos o sindicatos, ya que consideran que en términos generales son corruptos.

Hasta ahora, las protestas han representado una explosión amorfa del descon tento sobre diversos temas, como la elevada delincuencia, la mala calidad de la educación y el alto costo de ser sede de la próxima Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

La falta de organización o demandas concretas detrás de las protestas ha hecho que una respuesta unificada del gobierno sea casi imposible. Varias ciudades han cancelado los aumentos en las tarifas del transporte público que desencadenaron inicialmente las manifestaciones hace una semana, pero el descontento no ha hecho más que crecer.

¿TENSA CALMA?

El grupo detrás de la reversión del aumento en las tarifas del transporte público, el Movimiento Pase Libre, dijo el viernes que no convocaría más protestas. Sin embargo, no se sabe cuál será el efecto de esta decisión en el movimiento, que ya rebasó por mucho su denuncia original.

Manifestantes y policías se enfrentaron en varias ciudades durante las primeras horas del viernes. Al menos un manifestante murió en el estado de Sao Paulo cuando un conductor aparentemente se enfureció por no poder circular con una calle e impactó su auto contra un grupo de manifestantes.

En Río de Janeiro, donde se estima que 300,000 manifestantes se congregaron en el centro de la ciudad, hubo enfrentamientos entre la policía antidisturbios y grupos de varones jóvenes con los rostros parcialmente cubiertos por camisetas. Sin embargo, los manifestantes pacíficos también se vieron atrapados en la refriega, porque la policía lanzó gases lacrimógenos en medio de la multitud y en ocasiones utilizó gas pimienta de forma indiscriminada. Al menos 40 personas resultaron heridas en Río de Janeiro.

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