Envenenados claman ayuda

PANAMÁ. “Soy de los muertos que cree que anda vivo”. Así resume su situación Pedro Martínez, de 59 años luego de tres años de haber ingerido un jarabe para la tos que lo dejó con serias secuelas en su organismo.

Ayer, ayudado con un bastón, Martínez a quien el dietilenglicol le ha provocado tres infartos asistió a la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Nacional para participar de la revisión del proyecto de ley que dicha comisión pretende llevar al pleno de la Asamblea para mejorar la calidad de vida de los afectados por el envenenamiento masivo.

Al acto también asistieron representantes del Instituto de Medicina Legal, José Vicente Pachar y Humberto Mas, quienes discreparon en la cantidad de personas que han fallecido víctimas del envenenamiento masivo.

Mientras Pachar sostuvo que 189 personas fallecieron por esa causa, la diputada presidenta de la comisión, Dana Castañeda denunció que “ha habido mucha irresponsabilidad” del Ministerio Público, el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social para determinar quiénes son los culpables, pues “esa sustancia no llegó por obra y gracia del Espíritu Santo a Panamá”.

El dirigente del Comité por la Salud y la Vida, Gabriel Pascual mantiene sus esperanzas para que la ley se haga realidad, pues entre otros beneficios busca que los afectados que aún trabajan tengan un horario más corto.

El comité calcula que 4 mil personas a nivel nacional tomaron los medicamentos, y ayer, organizaron una protesta cerca de la Presidencia ya que consideran que el actual gobierno se olvidó de ellos.