Pesquisas y allanamientos dan con tres sospechosos

Diversas tesis han circulado en torno al asesinato del periodista Ramón ‘Monchi’ Cano.

La primera, un posible robo, a manos de grupos de delincuentes comunes. La segunda, la presunta participación de un individuo con lazos cercanos a la familia.

Las autoridades que investigan el hecho no dan detalles y la familia, aún presa del dolor, tampoco habla con la prensa.

Ninguno quiere entorpecer el proceso.

Tras férreos operativos realizados la madrugada del martes, las autoridades judiciales y policiales lograron capturar a tres sujetos como posibles autores materiales del asesinato de Cano Mojica.

Los retenidos cuentan con 23, 30 y 33 años de edad.

Betzaida Pittí, fiscal primera superior, manifestó que el Ministerio Público determinará próximamente la vinculación o no de los detenidos con el homicidio; de acuerdo con las circunstancias probatorias.

En cuanto al autor intelectual, donde se presume la participación de una persona allegada al difunto, Pittí manifestó que el asunto es muy delicado y debe guardarse reserva.

‘Hay cosas que no se pueden mencionar. Estamos investigando’, apuntó.

‘Se han hecho las diligencias, tenemos tres aprehendidos; lo demás, debemos reservarlo para el bien de la investigación’, sostuvo la fiscal.

Por su parte, la gobernadora Rita Sittón de Fundora informó ayer que, ante hechos de violencia como este, el toque de queda continuará, tal como se ha señalado, de 9:00 p.m. a 6:00 a.m.

Lasso sostuvo que por respeto a las investigaciones no se pueden revelar mayores detalles sobre la supuesta vinculación de una cuarta persona, de la que se ha hablado en los medios.

José Luis Lacunza, obispo de la Diócesis de David, ha expresado su preocupación por los crecientes niveles de violencia en Chiriquí.

‘Hacemos un llamado a la conciencia de la población para evitar resolver los problemas con la violencia y propiciar un ambiente de tolerancia, diálogo y entendimiento’, afirmó el prelado.

Según el obispo, no se trata de colocar un policía a cada ciudadano y tampoco militarizar el país para bajar los niveles de violencia, sino favorecer, desde el propio entorno familiar, los valores de covivencia y moral que conlleven el respeto a la vida.

En noviembre de 2013, se registró, en Penonomé, el asesinato del también periodista Darío Fernández.