Doce años y un vacío

Entre el 11 y 12 de junio, en la Sala de Neonatología del Complejo de la Caja de Seguro Social algo fuera de lo normal prendía las alertas. Los recién nacidos presentaban hemorragias, el personal no sabía qué las causaba. Nueve recién nacidos murieron y otros 3 resultaron afectados.

‘Yo los vi bien a los dos, solo con su respirador, pero bien. Era un martes 11 de junio cuando tuve mis gemelitos, dos varones que nacieron después de doce años de tratamiento médico. Me practicaron una cesárea y los escuché llorar a los dos. Cada uno pesó tres libras más o menos y medían 39 centímetros. El primero murió al día siguiente, a las 5:45 de la tarde, y su hermanito, 24 horas después. Los médicos averiguaban si era un fármaco que le habían puesto porque las complicaciones empezaron a partir de la una de la mañana del 12 de junio. Cuando yo lo fui a ver pregunté por qué tenía sangre la gasa que estaba en la incubadora. También vi la sabanita manchada.

Luego, cuando la doctora pasó a visitarme, me dijo que mi hijo había sufrido una convulsión a medio día y me pidió que permaneciera más tiempo internada. Después me llamó para que pasara los últimos momentos con mis hijos, según la doctora ya no iban a demorar con vida. Apenitas se le sentía el pulso, las manitas y los pies ya no los movía.

Mis bebés salieron bien en el último ultrasonido, solo dos semanas antes de dar a luz’.

El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses determinó que los bebés murieron a causa de una intoxicación aguda por alcohol bencílico. El MP abrió una investigación por homicidio culposo. Padres de las víctimas interpusieron querellas penales contra quienes resulten responsables por las muertes y/o afectaciones de sus hijos. A casi un año de la tragedia, la fiscalía ha tomado declaración a cientos de personas, entre las que figuran farmacéuticos, médicos, laboratoristas, internistas, enfermeras, padres de los bebés. Hasta ahora no ha levantado cargos específicos ni se han ordenado arrestos.