Subsidios: Vía rápida para apaciguar la desigualdad

Actualizado
  • 24/08/2014 02:00
Creado
  • 24/08/2014 02:00
A pesar de las diferencias de pensamiento entre unos y otros, los expertos consideran que las subvenciones estatales son inevitables

Mientras Atlapa anuncia que, con la finalidad de incentivar la ocupación hotelera, en algunas circunstancias no cobrará el alquiler de su infraestructura; José Isabel Blandón cierra el comedor de la 5 de Mayo que vendía comida a un dólar porque no era rentable para el municipio de Panamá.

Para el año fiscal 2014, datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) indicaban que el gobierno iba a pagar 1,642 millones de dólares en subsidios (ver tabla).

Por diversas razones, y a pesar de que hace poco el ministro del ramo, Dulcidio De La Guardia, declaró que, ante la situación en que estaban las arcas del Estado habría que hacer una ‘contención del gasto público’, el presupuesto destinado al pago de subvenciones estatales ha aumentado por la ampliación del rango de cobertura de programas como ‘120 a los 70’ (ahora ‘120 a los 65’) o la Beca Universal. Esto sin incluir el subsidio eléctrico que, como comentan voceros del MEF, ‘en caso de que no se haga un ajuste en el esquema tarifario vigente tendrá un valor real de 475 millones de dólares’. Eso es 310 millones de dólares más de lo que se había estimado en un comienzo.

DEPENDENCIA

El sociólogo Olmedo Beluche analiza por qué las subvenciones son tan necesarias. El catedrático explica que estos paliativos son producto de las fallas del sistema, ya que ‘son una forma de atenuar los efectos negativos de la política económica neoliberal que se ha impuesto en los últimos años’ y que, a través de los subsidios , ‘el capitalismo trata de echarle un poquito de agua al fuego que están creando con la desigualdad social’.

BENEFICIOS

Horacio Estribí, economista, opina que ‘tomando como base el criterio de reducir la pobreza, creo que algunos son necesarios, otros no’.

El presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP), José Luis Ford, acepta, por su parte, que estas subvenciones son ‘un apoyo para las poblaciones más vulnerables’, pero critica que, a su vez, es una acción paternalista que ‘incentiva el consumo en lugar del ahorro. Es mejor enseñarle a alguien a pescar en lugar de darle el pescado’.

En esto último, Olmedo Beluche coincide con Ford y lamenta que el subsidio ‘no arregla el problema de la pobreza de la gente. Es solo un paliativo para que la gente medio sobreviva y no explote como debería hacerlo’.

En el mes de febrero, la entonces candidata a vicepresidenta, Isabel St. Malo, en entrevista con La Estrella de Panamá defendió la razón de ser de los subsidios y explicó que son una ‘herramienta que pretende poner el presupuesto (estatal) al servicio de la gente, poner los recursos para lograr que esos panameños que no están en el carril de desarrollo porque están en situación de pobreza’

CAMBIOS

Más allá de la diferencia de pensamiento y de posturas, hay algo en lo que Estribí, Beluche, Ford y St. Malo coincidieron: Hay que revisar los parámetros que rigen los subsidios.

José Luis Ford menciona que ‘es necesario disminuir la pesada carga que representa para la economía nacional . El gasto en subsidios es costeado por el presupuesto del Estado, compuesto en gran parte por los impuestos que los contribuyentes debemos pagar’.

Olmedo Beluche discrepa con la opinión del presidente de la CCIAP y comenta que ‘se quiere atacar el subsidio a los sectores populares’ y él mismo se cuestiona: ‘¿Por qué no atacan al montón de empresarios que viven con exoneraciones de impuestos por el montón de regalos que le hacen al Estado? Todos los sectores grandes, empresariales, están exonerados de impuestos’.

Horacio Estribí, contrario a lo dicho por ambos, considera que ‘aunque la situación (económica del país) no es crítica, porque hay una perspectiva estable a mediano y largo plazo en el tema fiscal, hay que revisar algunos subsidios.

Antes que eliminar, dejar o reforzar, una tarea pendiente es crear una comisión que evalúe los beneficios de cada subsidios. Eso es fundamental, debe existir una política de subsidio más que entrar en cuál se elimina y cuál no’.

SOLUCIONES

Para Ford, la solución es que este tipo de subvenciones ‘deben ser temporales y focalizadas, ya que representan una pesada carga para todos los contribuyentes y no son sostenibles en el tiempo por el incremento poblacional y los efectos de la inflación’.

Isabel St. Malo expresó en su momento que su postura es que ‘estos aportes deben ser manejados muy técnicamente para asegurar el objetivo del programa: ayudar a quienes lo requieren para que con sus propios méritos puedan ser exitosos. Esos programas son importantes, pero deben manejarse técnicamente, de manera apolítica y midiendo resultados. Es importante que los recursos del Estado vayan a quienes realmente los necesitan’.

Para resolver el problema, plantea Beluche, ‘si el Estado tiene problemas, debería eliminarle los subsidios a las clases altas y aumentarles los impuestos, sobre todo a las empresas extranjeras; si le das subsidio a los pobres y exoneras a la burguesía, el presupuesto no da, no hay plata’.

Estribí considera que un subsidio es útil y funcional cuando ‘contribuye a reducir la pobreza’ y cuando ‘genera más beneficios del capital que se invirtió’. Si no cumplen con esto, opina que ‘hay que suprimirlos’.

EL GOBIERNO

Los subsidios no van a desaparecer, por lo menos no durante este gobierno. Y es que Isabel St. Malo, en el ‘Polígrafo’ que se le hizo en febrero, aseguró que ‘los subsidios, el sistema de protección social, es el corazón de la política social y de la propuesta de Juan Carlos Varela’.

El economista Estribí aplaude que ‘el gobierno ha mencionado que hay que focalizar algunos de estos subsidios, lo que explica que hay algunos que mejorar y otros que hay que suprimir’.

Ford opina ‘el Gobierno debe administrar el presupuesto del Estado con prudencia, pues este proviene en su mayoría de los impuestos que pagamos todos los contribuyentes’. Coincidiendo con St. Malo, José Luis Ford, expresa que ‘estas iniciativas deben ser revisadas, para lograr que quienes reciban el apoyo, sean quienes realmente lo necesitan, a fin de disminuirlos’. Por último, el presidente de la CCIAP señala que, para dar con una verdadera solución, hay que ‘atender la raíz de los problemas sociales, a través de una mejor educación que le permite a la ciudadanía, acceder a plazas con mayores remuneraciones’.

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