Barrios que mueren de “tranque”

Actualizado
  • 31/10/2015 01:00
Creado
  • 31/10/2015 01:00
Con apenas dos mil residentes, los vecindarios de las áreas revertidas padecen de la falta de planes de movilidad urbana y el tráfico.

Con el embotellamiento en la esquina, realizar una tarea tan doméstica como ir al minisúper a buscar una salsa de tomate bien puede convertirse en un dolor de cabeza. Aunque dramática, esa realidad la conocen al dedillo los vecinos de los barrios de Corozal, Pedro Miguel y Paraíso, revertidos por Estados Unidos y puestos en venta a finales de los 90. Como zonas dormitorio, han quedado presos del ‘tranque' vehicular. Y lo más absurdo: en sus propios garajes.

De eso también dan cuenta las cifras de tráfico de la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre: unos 30 mil vehículos se mueven diariamente sobre la avenida Omar Torrijos (poco menos de la mitad de los que cruzan por los puentes del Canal), aun cuando, con un carril por sentido, apenas fue pensada para conectar las comunidades del sur del corregimiento de Ancón, en las que viven apenas dos mil personas.

Hoy, la ruta es utilizada sobre todo para viajes entre el centro de la ciudad y el puente Centenario, inaugurado en 2004 como desahogo del de las Américas, cuyo fin se preveía en esta década.

‘El asunto es que ha faltado planificación. Hemos quedado encerrados. Es como si nos coartaran el libre derecho de movernos', explica Sol González, una vecina de Pedro Miguel que asegura haber triplicado el tiempo de viaje diario de diez kilómetros desde su residencia al centro de la ciudad, donde trabaja.

DE ZONA DESTINO, A LUGAR DE PASO

Lo de las áreas revertidas emula la crisis de movilización que viven y han denunciado los vecinos de los barrios de Obarrio, El Cangrejo y Marbella, absorbidos por el centro de la urbe.

El urbanista Álvaro Uribe sostiene que, en un abrir de ojos, los barrios de Ancón alrededor del Canal dejaron de ser un lugar de destino para servir de paso en el proceso de integración que vive la ciudad de Panamá con las ciudades de Arraiján y La Chorrera, en donde se concentra una cuarta parte de la población metropolitana.

‘El problema es queno se ha pensando en mejores conexiones. La falta de diseño urbano se ha convertido en una calamidad; hay pocas vías y suprema cortesía por la propiedad privada, que todo mundo urbaniza independientemente', retrata el experto.

Con una población que se acerca al medio millón, con la mayor parte de la oferta residencial de la zona capitalina, y sin suficiente empleomanía, Panamá Oeste tranca sus propias vías y replica el efecto en las calles que bordean el Canal.

El Gobierno dice estar consciente de ello. Según el Ministerio de Obras Públicas (MOP), además de la construcción de un metro, se piensa en un nuevo puente a un costado del barrio de Balboa, en el que se recargará la demanda del de Las Américas (que hasta el próximo año está en reparación, por lo que se programan cierres temporales), y permitirá desahogar las vías hacia el Centenario.

Antes de las obras de mantenimiento de Las Américas, el MOP estimaba que el Centenario movía una cuarta parte del flujo entre Panamá y Panamá Oeste (unos 25 mil vehículos), cifra que ahora sólo la vía Omar Torrijos absorbe.

‘El problema es peor cuando pasa el tren del Panamá Canal Railway Company', dice González. El tren interoceánico, que forma parte del la industria logística alrededor del Canal, corta el tránsito vehicular entre los barrios de Pedro Miguel y Paraíso. El tren cruza la zona por las tardes, en hora pico.

SALIDA PRAGMÁTICA

Para esa zona, el gobierno dice tener otra respuesta: un paso vehicular, que se contruirá como parte de un proyecto de rehabilitación y ensanche de la vía Omar Torrijos. Entre el barrio de Corozal y la vía Centenario se agregarán cuatro carriles. Habrá otro puente y una glorieta en el cruce de Ciudad del Saber, el barrio modelo de Clayton. Se agregará un paso tipo ‘trompeta' que modificará el acceso hacia el puente Centenario.

El proyecto, todavía en borrador y sin costos ni fecha de licitación, propone construir cajones viales en la zona de los lagos, un tramo de la vía Omar Torrijos que serpentea el estanque de Miraflores, y que termina abriéndose paso en la localidad de Red Tank, abandonada en la mitad de los años 50.

Los trabajos supondrán la demolición y reubicación de ‘obstrucciones' en la vía, principalmente en el barrio de Pedro Miguel, y la construcción de una ciclovía permanente entre los barrios de Corozal y Miraflores.

‘El asunto es que eso es apenas un ensanche, y lo que se necesita es una nueva malla vial. Una que se encuentre en varios puntos y no solo en uno, que se conecte a través de una malla, y no como en cuentas del rosario', insiste Uribe, con la certeza de que aun Ancón es un territorio sobre el cual se pueden generar cambios, porque es, en su mayoría, terreno público.

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POBLACIÓN

El Censo de 2010 describe los barrios de la zona revertida

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