El subsidio, manchado de corrupción

No hay duda que el manejo del subsidio electoral va empañado de corrupción, aunque ligera. Simplemente los partidos tienen que engañar al Tribunal Electoral (TE) para utilizar con más flexibilidad las partidas asignadas. Hay que entender que a diferencia de clubes y asociaciones, en los partidos nunca se ha podido cobrar cuota. Por tanto, el funcionamiento de los colectivos depende del uso de las partidas que asigna el TE y aportes de un selecto grupo de directores y mecenas.

Si los partidos trabajaran con cuotas de sus miembros, no habría que utilizar el subsidio, sino únicamente para lo establecido por ley, pero realmente tanto el TE como los encargados de supervisar los fondos saben que se está haciendo uso indebido de los mismos. Se inventan seminarios, asistencias, adiestramientos, etc. y todos son cómplices porque saben que es la única manera de que los partidos funcionen.

Ahora bien, ¿qué posibilidad hay de cobrar cuota? Casi ninguna. Los propios sindicatos, si el General (Omar) Torrijos no hubiese aprobado la cuota por descuento obligatorio, no tendrían fondos.

Al panameño le gusta participar, si no le cuesta. Una solución para legalizar la práctica sería modificar la ley del subsidio y dar otros renglones, como salario de dirigentes, salarios de personal de apoyo, alquileres etc.

Otra injustica del subsidio es que es proporcional a los votos recibidos, lo que favorece a los grandes o más votados, si los costos de operación de los partidos deben ser similares a todos. Bajo el presente esquema, los chicos seguirán chicos mientras los grandes se fortalecerán más. Recientemente, se estuvo nuevamente discutiendo la posibilidad que el TE pague la totalidad de las campañas publicitarias, algo que sería lo ideal en futuras elecciones, siempre que se haga en forma justa con todos los partidos y candidatos.

ABOGADO