Nadya Vásquez: la exclusión y jerarquías no favorecen la paz

Actualizado
  • 02/09/2016 02:00
Creado
  • 02/09/2016 02:00
Reconocida como ‘mujer destacada 2016' por el Parlacen, la doctora en sociología sostiene que la democracia panameña necesita consolidarse

Como muchos panameños que han vivido en el extranjero por varios años, a su retorno al país Nadya Vásquez está experimentando un proceso de ‘readaptación'.

Mientras intenta hacerse con un cuadro completo de ‘por dónde va la sociedad panameña en este momento', Vásquez —doctora en sociología e incluida este mes de agosto por el Parlacen como única panameña entre el grupo de siete mujeres centroamericanas destacadas del año 2016— adelanta a La Estrella de Panamá lo que le salta a la vista: la dispersión de intereses y esfuerzos, la intolerancia a las diferencias y la persistencia de los privilegios y jerarquías.

Con respecto a esto último, sostiene que la sociedad panameña todavía está impregnada por esas estructuras heredadas de épocas anteriores, en las que se ha considerado al rico por encima del pobre; al blanco por encima del indígena y el afrodescendiente; al hombre sobre la mujer y al adulto sobre el niño.

‘Es una situación que no propicia la paz social', advierte Vásquez, quien trabajó entre 2002 y 2014 en Venezuela, Ecuador y Belice como oficial de Gestión de Cambio para la Unicef.

En busca de esa anhelada convivencia y paz social, Vásquez propone a los panameños unir esfuerzos, organizarse y conjugarse alrededor de un proyecto nacional, para construir el país que merecemos, en el marco de una convivencia democrática y pacífica.

¿QUÉ ES PARA USTED LA DEMOCRACIA? ¿PARECE QUE IMPLICARÍA MÁS QUE LA ELECCIÓN DE LOS GOBERNANTES?

Efectivamente. La democracia es mucho más que un ejercicio electoral. Implica que el pueblo es el soberano, y que cuando este elige un gobierno, lo hace para que responda a sus intereses. La democracia implica también el respeto a las opciones de los demás, un marco social y normativo que se ajuste al derecho de ejercitar esas opciones. Es también una ética de vida, de respeto e igualdad, que debe prevalecer en el relacionamiento con el otro, independientemente de su origen étnico, social o de sus creencias.

¿NO IMPLICARÍA TAMBIÉN ESA DEFINICIÓN LA RESPONSABILIDAD DEL PUEBLO DE PARTICIPAR MÁS ALLÁ DEL PROCESO ELECTORAL?

Sí. Necesitamos la madurez política y organización social… En el caso nuestro, tenemos una sociedad muy mediatizada. Aquí existe la idea de que porque voy a una caravana o a una concentración, y opino en las redes sociales, ya cumplí. Lo que necesitamos es más organización social. Los países que han logrado desarrollarse no necesariamente lo hicieron por tener más recursos, sino por contar con una fuerte organización e institucionalidad.

¿CÓMO SE IMPULSAN ESOS CAMBIOS QUE USTED PROPONE EN ARAS DE GARANTIZAR LA PAZ SOCIAL?

Hay que empezar por una agenda que recoja aquello que queremos lograr, porque con esfuerzos dispersos —y en algunos casos opuestos—, no podremos lograr ese proceso de transformación… Necesitamos un proceso de docencia, una construcción que tiene que hacerse con la participación del gobierno, de la sociedad, de las mujeres; con la voz de los niños, que son el futuro y también tienen cosas que decir... con las comunidades afropanameñas, los indígenas. Se trata de impulsar una concepción del desarrollo desde todos los intereses, de las mayorías, y no solo del interés del que gobierna o del que tiene el poder político o económico.

¿CREE USTED QUE LOS PANAMEÑOS PECAMOS EN OCASIONES CONFIANDO EN QUE LAS LEYES POR SÍ SOLAS VAN A GENERAR EL CAMBIO?

Los instrumentos te dan una orientación, pero no transforman. Lo que transforma son los procesos incluyentes, participativos, que animen a los individuos a hacer sus aportes. Claro que no es algo que se logre de un día para otro, pero cuando esos procesos prosperan y maduran, se van logrando los cambios que se necesitan.

USTED VIVIÓ EN ECUADOR, VENEZUELA Y ARGENTINA EN MOMENTOS EN QUE SE ESTRUCTURABAN PROYECTOS POLÍTICOS QUE CON EL TIEMPO HAN SIDO CONSIDERADOS CONTROVERSIALES. EN ELLOS SE PUSIERON EN PRÁCTICA PROCESOS COMO EL QUE MENCIONA... ¿CÓMO EVALÚA LOS RESULTADOS?

Creo que más allá de que estemos o no de acuerdo con estos procesos, fueron proyectos que iniciaron con la idea de transformar el Estado para satisfacer los intereses de las grandes mayorías, reducir las desigualdades, superar las inequidades. Esto tiene que ser así porque América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo.

Cada uno de estos proyectos deja resultados positivos, por ejemplo la universalización de la educación, pero también nos dejan grandes lecciones que hay que evaluar a profundidad. ¿Qué ha resultado favorable? ¿Qué no? ¿Es necesario que estos procesos se hagan desde un liderazgo único?

Habría que darle seguimiento y determinar si los intentos de fortalecer la ciudadanía que se dio en estos países en pos de una justicia social, y en algunos casos entorno a una nueva constitución, realmente generaron bases para que en el futuro se continúe respondiendo a la voluntad de los gobernados y sujetos de derecho.

¿Qué va a ocurrir? Uno no sabe, pero mi esperanza, particularmente en el caso de Venezuela, es que en la sociedad existan bases y la suficiente capacidad ciudadana para construir o reconstruir una opción que garantice el interés de las mayorías, el interés del pueblo… el interés por la justicia social.

EN PANAMÁ SE ESTÁ DANDO UNA DISCUSIÓN EN TORNO AL PROYECTO DE LEY 61, PARA LA EDUCACIÓN SEXUAL. USTED QUE HA TRABAJADO MUCHO EN POLÍTICAS DE GÉNERO Y DE NIÑEZ, ¿QUÉ OPINA SOBRE ESTE PROYECTO?

Existe mucha desinformación. Es lamentable, pero hay quienes se oponen de manera consciente a cualquier cambio para favorecer determinados intereses. Frente a esto, me gustaría señalar que la máquina reproductora de la pobreza son las madres adolescentes que dejan la escuela. Ellas, a su vez, son hijas de otras madres adolescentes y, seguramente, sus hijas reproducirán el ciclo, dejando la escuela, involucrándose en trabajos de baja productividad.

Hay sectores poderosos, entre ellos las iglesias, que influyen en la forma de pensar y en el imaginario. Estos sectores han esgrimido argumentos morales conservadores, pero en el fondo, están yendo en contra de sus propios objetivos. Al final, quienes presionan por fijar las ideas conservadoras precisamente en los grupos afectados por la pobreza y exclusión, están convirtiéndose en instrumento para lograr la efectividad de un modelo económico y social excluyente y poco solidario.

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‘Mi abuelo me decía que a la gente solo se le recuerda por sus obras.. Para él, las obras eran aquello que hacías en pos de la justicia social y la transformación del ser humano. Ahora creemos que las obras son solo los grandes proyectos de infraestructura'.

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NADYA VÁSQUEZ

Especialista en Derechos Humanos y Gestión de Cambio Social

Ocupación: Catedrática de la Universidad de Panamá. Consultora.

Educación: Estudió licenciatura en Ciencias Sociales (Brasil), maestría y doctorado en Ciencias Políticas y Sociología (España). Sus tesis de grado fueron consideradas Premio Extraordinario.

Resumen de carrera: Inició su carrera en Naciones Unidas como consultora de varios organismos del Sistema en Centroamérica. En 1991 pasó a ocupar el puesto de Planificación y Políticas Sociales en la Oficina de Unicef en Panamá, iniciando su carrera internacional en 2002 como representante en países como Belice, Venezuela y Ecuador. En dicho organismo también asumió funciones, por casi dos años, como asesora regional en Planificación y Gestión de Cambio de la Oficina Regional de Unicef para América Latina y el Caribe.

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