Spadafora muere decapitado y se desata la pesadilla

Actualizado
  • 23/03/2017 01:00
Creado
  • 23/03/2017 01:00
Finalmente, en mayo de 1984, llegan las elecciones y Ardito Barletta, respaldado por la Unión Nacional Democrática

Tras la irrupción política del general Paredes, el 12 de agosto de 1983, y su retiro 25 días después, al comprobar que su ‘salto' había sido al vacío, la Comandancia de la Guardia Nacional busca un candidato que llenara los requisitos. Paredes había sacado antes a Aristides Royo de la Presidencia. Le sucedió Ricardo De La Espriella, a quien también eliminan del Palacio de las Garzas. El 17 de febrero de 1984, asume el tercer ‘desechable', Jorge Illueca, otrora líder del Frente Patriótico de la Juventud.

DURANTE LA SESIÓN DE 14 HORAS QUE SOPORTÓ EL PRESIDENTE ARDITO BARLETTA PARA OBLIGARLO A FIRMAR SU RENUNCIA, SU VERDUGO FUE EL CORONEL DÍAZ HERRERA, MIENTRAS NORIEGA ERA MUDO TESTIGO.

El candidato ungido no debía ser miembro de partido alguno, capaz, inteligente y bien instruido y el elegido fue Nicolás Ardito Barletta, un tecnócrata formado en la Universidad de Chicago. Barletta había ejercido como director de Planificación durante seis años en el gobierno de Torrijos.

Finalmente, en mayo de 1984, llegan las elecciones y Ardito Barletta, respaldado por la Unión Nacional Democrática, bajo el liderazgo del Partido Revolucionario Democrático (PRD), que fundara Torrijos, se mide al caudillo Arnulfo Arias Madrid, líder de la Unión Nacional de Oposición. Fue entonces cuando el Estado Mayor maniobra para que el Tribunal Electoral (TE) atribuyera el triunfo a Barletta, por un escaso margen de 1,713 votos. Tal anuncio fue controversial para el electorado que pidió un recuento de sufragios, en especial el del circuito 4-4 de Chiriquí, que el TE no realizó.

¡FUI EL VENCEDOR!

Aún a la fecha, el doctor Barletta mantiene su palabra, y señala que pese a ese escaso margen él fue el vencedor en esas elecciones. Por ello aún guarda en una caja de seguridad las copias de las actas de las distintas juntas de escrutinio a nivel del país, en cuyos resultados, enfatiza, se prueba su cerrada victoria.

UN AGENTE DEL BM

Barletta asumió con mucho entusiasmo la presidencia y quiso imponer un programa económico neoliberal. Desde antes de ser presidente se le consideraba un agente del imperialismo económico, no solo por su formación académica, sino por haber sido funcionario del Banco Mundial y su consideración en los círculos económicos de Estados Unidos. Estas recetas del FMI y del Banco Mundial, denominadas ‘ajustes estructurales', afectaban sobre todo a las clases baja y media del país, que las rechazaron.

¿QUO VADIS, MAURO?

Estas imposiciones crearon inestabilidad y protestas continuas de grupos sindicales y empresariales. A ello se le sumó el secuestro del médico Mauro Zúñiga, quien presidía la opositora Coordinadora Civilista (Cocina), ocurrido en Santiago de Veraguas, el 21 de agosto de 1985, en el restaurante ¿Quo Vadis?. El incidente se resolvió con la liberación del líder opositor, tras haber recibido una golpiza de sus captores, que le dejaron en la espalda la inscripción F-8, la firma de una facción paramilitar de las Fuerzas de Defensa, integrada por delincuentes destinada a amedrentar y misiones siniestras.

SE DESBORDA LA IRA

Hugo Spadafora Franco, médico y viceministro de Salud en 1970, en ese entonces, con inquietudes para la liberación de los pueblos. Encabezó en 1978 el reclutamiento de voluntarios para integrar la brigada ‘Victoriano Lorenzo', para pelear en el frente sur de la guerrilla de Nicaragua, y derrocar a Anastasio Somoza. Ya antes, en 1968, había participado en la lucha independentista de Guinea-Bissau, en el occidente africano, al lado del líder Amilcar Cabral.

Spadafora se asombra de la magnitud que ha alcanzado el narcotráfico en Panamá, con la anuencia de Noriega, y al retornar a Panamá, pues se había radicado en Costa Rica, expresa una fuerte denuncia que despierta la furia del dictador, sobre todo cuando el médico plantea la necesidad de usar la fuerza para arrojarlo del poder. Esto derrama la copa de la paciencia de Noriega, quien decide cortar de raíz esa amenaza.

Hábilmente, se traslada a París, para no despertar sospechas, pero ya la orden estaba dada. Mantenía contacto telefónico con sus hombres de confianza, los que le informaban paso a paso de los movimientos de Hugo.

EL PLAN ECONÓMICO PROPUESTO POR EL PRESIDENTE ARDITO BARLETTA NO LOGRÓ EL APOYO DE SU ALIANZA POLÍTICA, LA CUAL CONSIDERABA QUE SERÍA PERJUDICIAL PARA LA ESTABILIDAD SOCIAL DEL PAÍS.

El 13 de septiembre, en uno de sus retornos al país, el médico es capturado en Chiriquí y lo ‘desaparecen'. El 16 de septiembre de 1985, su cuerpo es encontrado en la orilla costarricense de la quebrada El Roblito, en la frontera, con múltiples golpes, signos de tortura y decapitado. Frisaba los 45 años. El crimen causaría la indignación general de un pueblo que ya estaba harto de abusos y violaciones de los derechos humanos y sería la chispa que encendería las protestas masivas.

NICO, TIENES QUE FIRMAR

La noticia de la violenta muerte del médico había creado fuertes tensiones entre la ciudadanía, toda vez que era un idealista respetado por sus luchas liberacionistas. Cuando se conoció la noticia, el presidente Ardito Barleta, quien se hallaba en Washington, en la Asamblea de Naciones Unidas, anunció que nombraría una comisión investigadora independiente para esclarecer la muerte del médico guerrillero.

La iniciativa volvería a enardecer a Noriega, quien comisiona a su antiguo camarada de Chorrillos, ahora jefe de Estado Mayor, el coronel Roberto Díaz Herrera, para que lo obligue a renunciar, ya que la actitud del presidente pondría en peligro la gobernabilidad del país.

Díaz Herrera decide cooperar y cita al Cuartel Central al presidente Ardito Barletta.

Tres días antes, mientras Noriega estaba en París, ensayó un intento de golpe militar que no tuvo arraigo entre la tropa y lo puso en un mal momento con su jefe.

Por ello aceptó la misión de torcerle el brazo al presidente, para tratar de recobrar su estropeada confianza.

En un principio, la orden del militar no fue acogida por el mandatario, pese a los insultos y gritos con que le trató el coronel. Barletta pidió hablar con sus ministros y con los diputados del PRD, pero todos temen contrariar a los uniformados. Díaz Herrera le hace ver que no tiene otra salida y lo incita a firmar la carta de renuncia, frente a un Noriega que solo observaba, mudo e impasible. Al final, tras 14 horas de presiones, Ardito Barletta firma su renuncia el 28 de septiembre de 1985, a menos de un año de gobierno. En su carta explicó que lo hacía ante la falta de apoyo de la alianza que lo respaldó, de sus legisladores y de las Fuerzas de Defensa. Agregó que también lo hacía para mantener un clima de paz en el país.

Sin embargo, sus últimas palabras al dictador fueron proféticas: ‘te vas a arrepentir de lo que estás haciendo', pero el general calló.

ELIMINAN COMISIÓN

Al asumir el mandato el vicepresidente Delvalle, uno de sus primeros actos fue informar a la ciudadanía que la idea de Barletta de crear una comisión investigadora independiente para esclarecer el caso Spadafora quedaba descartada. Adujo que no era competencia del Ejecutivo, sino del Ministerio Público y que, además, lamentaba que ese incidente hubiera tenido un giro político, pero que las FDP harían esfuerzos para sofocar los intentos sediciosos de la oposición para subvertir el orden público.

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