Una ciudad que busca superar el estigma del desorden

Actualizado
  • 20/10/2018 02:00
Creado
  • 20/10/2018 02:00
El arquitecto Álvaro Uribe destaca el valor de la urbanidad como un instrumento para orientar el crecimiento de la ciudad

Á lvaro Uribe, planificador urbanista y arquitecto, manifestó que el plan de ordenamiento territorial, que cuenta con un avance del 45%, es el instrumento para orientar el crecimiento de la ciudad capital. No obstante, señaló en una entrevista con La Estrella de Panamá que el gran reto se encuentra en la actual atomización de las funciones públicas.

AL SER LA PRIMERA VEZ QUE SE TRABAJA EN UN PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL EN EL PAÍS, ¿ESTÁ DE ACUERDO EN QUE EL EJE CENTRAL DE ESTA INICIATIVA ESTÉ BASADO EN UN PLAN ECONÓMICO?

Es mucho más que eso. La planificación urbana antes y el ordenamiento territorial ahora están centrados en una perspectiva de bienestar colectivo que rebasa con mucho el alcance de un plan económico. El plan de ordenamiento territorial es económico, social y ambiental.

POR MEDIO DE ESTE PROYECTO SE BUSCA SOLUCIONAR PROBLEMAS QUE VAN DESDE LA CREACIÓN Y MEJORAMIENTO DE ESPACIOS PÚBLICOS HASTA LA REORGANIZACIÓN EN ASPECTOS COMO EL DESARROLLO URBANO, ENTRE OTROS. ¿TODOS ESTOS FACTORES SE LOGRARÁN SOLUCIONAR CON UN CRECIMIENTO ORDENADO?

Es un inicio, porque todo eso está relacionado. El desarrollo urbano es la manifestación del mejor invento humano para vivir en comunidad, que es la ciudad. El plan de ordenamiento es el acuerdo mínimo de normas de conducta para con la ciudad: la casa de todos. Por eso, al buen comportamiento se le llama urbanidad. El espacio público es el espacio de todos, del encuentro con el otro, de la interacción humana fuera del entorno familiar; es el espacio de la ciudadanía y el civismo. El plan es un instrumento para orientar el crecimiento de la ciudad y, en ese proceso, construir urbanidad y ciudadanía.

EL MUNICIPIO BUSCA POR MEDIO DE SU TERCER PILAR (AMBIENTE) ACARREAR EL PROBLEMA DE INUNDACIONES, POBLACIONES EN RIESGOS Y LA EXISTENCIA DE CUENCAS VULNERABLES. PERO, ¿NO ES LA MISMA ADMINISTRACIÓN LA QUE APRUEBA PERMISOS DE CONSTRUCCIONES QUE GENERAN ESTOS MALES?

Uno de los problemas más serios que enfrenta la planificación territorial es la atomización de las funciones públicas sobre el espacio urbano. En el caso de los municipios, la autoridad que tienen es la de revisar que todas las agencias nacionales (Miviot, MOP, Idaan, etc.) hayan aprobado los proyectos de urbanización o edificación que se les han sometido. Si esas autoridades aceptan el proyecto, el municipio lo tiene que aprobar. Eso debe cambiar, pero poco a poco, ya que la resistencia de las agencias nacionales al cambio es grande, porque disminuye una cuota de poder que no quieren perder.

LA SISTEMÁTICA INTERVENCIÓN DE ZONAS RESIDENCIALES CON TODO TIPO DE ACTIVIDADES, ESPECIALMENTE COMERCIALES, ¿VIOLAN O NO ALGÚN TIPO DE LEY O NORMA RELACIONADAS A LOS ESTUDIOS QUE SE REALIZAN EN EL PLAN DE ORDENAMIENTO?

Esa intervención sistemática del comercio en zonas residenciales representa, de una manera desordenada, la respuesta de la población a una ciudad mal diseñada. Porque la ciudad tiene que ser mixta. Los usos deben mezclarse, no separarse. Como en París, Nueva York o el Casco Antiguo. En una ciudad que no haya previsto eso, las actividades comerciales que la propia población demanda se van a situar donde puedan, generalmente en los barrios más accesibles del centro. En una barriada que no haya previsto eso, algunas casas se vuelven tiendas. El plan de ordenamiento propone organizar esa mezcla, para sacarla de la improvisación y la arbitrariedad, que es lo que impera hoy por defecto (por default ).

LAS CONTROVERSIAS QUE SE PUEDEN GENERAR ENTRE RESIDENTES Y PROMOTORES DE NUEVOS PROYECTOS DE CONSTRUCCIÓN, ¿SE CONVERTIRÁN EN ALGÚN SENTIDO EN EL ‘TALÓN DE AQUILES' DEL PROYECTO DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL?

Ya no, porque los problemas generados por la manera tradicional de hacer la ciudad, donde el mercado inmobiliario ha llevado la batuta, están afectando los intereses de todos. Es, por ejemplo, lo que pasó con el Metro. No queda más remedio, hay que actuar. La ciudad no puede estirarse indefinidamente, aunque la promoción inmobiliaria y los propietarios del suelo quieran, porque hay tierras no aptas por condiciones naturales, distancia o usos incompatibles (puertos, aeropuertos, el Canal), que pueden comprometer el bienestar de muchos. Este es un ejemplo, por excelencia, donde el interés colectivo debe prevalecer sobre el interés particular. En el caso de proyectos individuales en lotes particulares donde ya hay expectativas de rentabilidad por cambio de uso o densidad, seguramente se presentarán disputas, como ocurrió con el plan de ordenamiento del corregimiento de San Francisco. Sin embargo, la participación y el debate sobre estos temas han servido para empezar a cimentar una posición sobre lo que queremos como ciudadanos, más allá de los intereses individuales del residente o el promotor.

AL SER UNA NORMATIVA QUE SE REDACTA PARA ORDENAR EL USO DEL SUELO Y REGULAR LAS CONDICIONES PARA SU TRANSFORMACIÓN O, EN SU CASO, CONSERVACIÓN, ¿ESTE PROYECTO LLEGARÁ AFECTAR LAS VIVIENDAS DE AQUELLOS RESIDENTES QUE CUENTAN CON TERRENOS PROPIOS?

El plan debe proponer una normativa que determine las condiciones bajo las cuales se puede hacer uso del suelo, público o privado, de manera óptima. Esto significa aplicar los principios de la Constitución Nacional, según los cuales el interés particular debe subordinarse siempre al interés colectivo. Además, la propiedad debe cumplir una función social y ambiental por encima de otras consideraciones. El desarrollo urbano siempre afecta las viviendas de aquellos residentes que cuentan con terrenos propios, pero lo hace de acuerdo a las fuerzas ciegas del mercado. Se trata de poner un poco de orientación y propósito a estos impulsos, en vez de dejarlos a su libre acción, como ha ocurrido en las últimas décadas, ya que los problemas que ha generado este estilo de crecimiento urbano como la congestión, la inaccesibilidad y las carencias e insuficiencias de infraestructuras y equipamientos y servicios públicos, están afectando a todos los residentes, tengan o no terrenos propio.

SI SE ESPERA QUE EN DIEZ AÑOS 180 MIL PERSONAS INGRESEN O DEMANDEN SUELO DENTRO DEL DISTRITO DE PANAMÁ, ¿DE QUÉ MODO LA ALCALDÍA TERRITORIALIZARÁ ESTA POBLACIÓN?

El objetivo fundamental es evitar la dispersión. Esto significa ponerle límites al crecimiento horizontal del área urbana y puede traducirse así: menos casitas, más apartamentos. Tenemos que abandonar la idea de la casa unifamiliar aislada y, peor aún, en un barrio cerrado, porque ese modelo de vivienda solo funciona con automóvil propio y esa mezcla nos está matando. El agua potable tiene que llegar cada vez más lejos y estamos en la absurda situación de anunciar la venta de casas… con agua, como si estuviéramos en el siglo XIX. Y la congestión, el tranque, solo les sirve a algunos programas radiales, pero es una colosal pérdida de tiempo. Panamá –su área metropolitana- es la ciudad menos densa del continente latinoamericano, apenas somos dos millones. Tenemos que buscar una ciudad menos horizontal y más vertical.

LUEGO DE UN AVANCE DEL 45% DE ESTE PLAN, ¿CUÁL ES SU BALANCE SOBRE LOS RESULTADOS QUE SE HAN OBTENIDO HASTA EL MOMENTO?

Es bueno. Ya están todos los diagnósticos y ahora se trata de entrar a proponer las formas particulares en que se pueden alcanzar los objetivos generales de contención, conectividad y densificación. La participación se está construyendo con dificultad, pero, como en el plan de ordenamiento de San Francisco, hay más acuerdos que diferencias. Es otra etapa en el proceso de construcción de ciudadanía, que, aunque es un objetivo no explícito, será uno de los resultados más importantes del plan.

¿EN ESTE PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL EL CIUDADANO ES EL ELEMENTO PRINCIPAL?

Sin duda alguna. Por eso, se trata de ir generando más participación y debate, para tener más ciudad para más ciudadanos, y más ciudadanos para más ciudad.

¿CUÁLES FUERON LOS MOTIVOS CONCRETOS QUE LLEVARON A PANAMÁ A RECHAZAR LA PRIMERA PROPUESTA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL PRESIDIDO POR LA COMPAÑÍA NORTEAMERICANA DAMES & MOORE EN EL AÑO DE 1997, QUE A SU VEZ ADVERTÍAN SOBRE LAS CONSECUENCIAS EN CASO DE NO CUMPLIRSE CON SU APLICACIÓN?

El Ministerio de vivienda (MIVI) nunca rechazó esa propuesta -Plan metropolitano de las áreas del Pacífico y del Atlántico-. De hecho, el MIVI la adoptó oficialmente en el año 2000. Lo que ocurrió fue que no le dio mucha importancia y siguió haciendo las cosas como de costumbre. Y si el principal interesado era indiferente al plan, su importancia para otras agencias públicas era prácticamente nula.

PARA EL 2030 SE CONTEMPLA QUE LA PRIMERA FASE REVELE LA EVOLUCIÓN QUE TENDRÁ LA POBLACIÓN EN EL HORIZONTE DE ESTA PLANIFICACIÓN. ¿CUÁL ES SU ANÁLISIS SOBRE LA VIABILIDAD DE ESTOS PLANES?

Creo que la viabilidad de los planes ya no está en duda. El desafío verdadero es hasta dónde queremos llegar en la próxima década. Las ciudades del mundo han encontrado que el transporte colectivo es el mejor instrumento para dirigir el desarrollo urbano, por lo que el Metro (más líneas), el Metro Bus (más rutas) y su integración van a desempeñar un papel fundamental en esa ciudad de 2030. Esto implica también una integración de objetivos entre las agencias públicas, lo que constituye un embrión de la coordinación interinstitucional derivada de la presencia del Metro y que se amplificará con la acción municipal, con el municipio como coordinador. Esto puede dar pie a figuras nuevas, como la creación de una autoridad metropolitana para llevar a cabo propuestas de planificación más abarcadoras.

COMO ARQUITECTO, ¿CONSIDERA QUE LOS LINEAMIENTOS TÉCNICOS PLANTEADOS PARA ESTE PROYECTO SON VÁLIDOS? ¿CONSIDERA QUE EL ESTABLECIMIENTO DE UNA COMISIÓN DE SEGUIMIENTO PARA LA IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN ES INNOVADORA?

Más como planificador urbano que como arquitecto, considero que no solo son válidos, sino que no nos queda más remedio: lo mínimo es detener el desborde. Y todo lo que hagamos será innovador, porque estamos frente a una nueva aglomeración humana que no es una ciudad y mucho menos un distrito, sino un área metropolitana, que requiere instrumentos inéditos de gestión. Hasta ahora, el Metro es el único que tiene esa dimensión (de ahí su nombre). Es un gran momento para la creatividad.

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