Ley de Cultura, una deuda pendiente de administraciones pasadas

Actualizado
  • 08/06/2019 02:00
Creado
  • 08/06/2019 02:00
‘Pasar del eslogan ‘crisol de razas' a reconocer la dignidad que todos los seres humanos requieren, es lo primero', afirma Enrique Noel, especialista en derechos culturales, quien reconoce que el futuro Ministerio de Cultura tendrá una serie de desafíos importantes

En una entrevista para La Estrella de Panamá , el especialista en derechos culturales Enrique Noel habló sobre como una ley general de cultura generaría una mayor integración social; además de destacar los desafíos de generar cohesión social y promover una cultura de paz, mediar pacíficamente en conflictos comunitarios y encontrar canales de diálogo.

¿Considera que la ausencia de políticas culturales es un tema pendiente para la administración entrante?

El diseño y formulación de políticas culturales es el mapa que permite al Estado saber cómo debe guiar su actuación para satisfacer las necesidades simbólicas y materiales de una población, a la vez que les permita medir su eficacia en términos de impactos positivos.

Elaborar un Plan Nacional de Cultura que responda a las necesidades sociales, garantice derechos y promueva el desarrollo sostenible es el gran desafío de los próximos años.

¿Existe o no un verdadero sustento claro que hace que las autoridades no generen estrategias en materia cultural?

Se requiere un marco jurídico actualizado y que responda a las nuevas necesidades sociales, que sitúe a la cultura en el logro de los objetivos del desarrollo sostenible, que reconozca y garantice los derechos culturales de los ciudadanos. Una administración consciente de estos asuntos puede generar estrategias en esta materia pues nada lo impide, el problema es que tampoco existen normas que lo exijan. Tales políticas y estrategias estarían sujetas a la visión, gustos, preferencias e inclinaciones de quien dirija la institución en un momento determinado. Se requiere no solo un nuevo marco legal, sino la transformación institucional que permita la capacidad de gestión pública de las múltiples dimensiones de lo cultural.

De llegar a aprobarse una Ley de Cultura, ¿cuáles serían los principales parámetros que las autoridades deben tomar en cuenta a sabiendas de que existe muchas demandas en este tema?

El déficit acumulado es grande, por ello grandes son también las expectativas; mucho es lo que hay que hacer. Considero que el marco conceptual de una nueva ley debe situarla como promotora de los derechos culturales de la población y como una dimensión fundamental para el desarrollo sostenible. Con estos objetivos se le daría sentido a las regulaciones específicas a estímulos como la creatividad, la economía creativa, la protección del patrimonio cultural panameño, el apoyo a las expresiones artísticas y del folclore, el fortalecimiento en barrios y comunidades, así como la cultura de paz, el diálogo intercultural y la cooperación cultural internacional. Además, se requerirá reconocer los procesos y expresiones culturales que circulan hoy por nuevas plataformas y formatos. Hay que estimular la producción y recepción crítica de contenidos digitales.

¿La diversidad de género debería tener un papel protagonista dentro de una Ley de Cultura?

Considero que en una Ley General de Cultura debe tener protagonismo un marco conceptual y jurídico, ya que en ella se permite generar docencia, respeto y reconocimiento de los derechos de todos los individuos y comunidades, sin que exista discriminación motivada por las características y condiciones en que se expresa la pluralidad humana. Esto incluye la diversidad de género, pero también la étnica, religiosa, etaria, regional, de capacidades físicas y mentales, entre otras. Este tipo de normas deben servir para cuestionar los prejuicios y estereotipos que nos han constituido como sociedad.

¿De qué manera la ausencia de este tipo de ley influye en la falta de identidad y orgullo étnico?

Pasar del eslogan de ‘crisol de razas' a reconocer la dignidad que todos los seres humanos requieren, es lo primero. Después reconocer la presencia de pensamientos, actitudes y acciones discriminatorias en nuestro país. Mucho de ello obedece al temor a lo que no se comprende, a evaluar negativamente otras formar de ver y vivir la vida. Una nueva legislación debe establecer como mandato una promoción de políticas de interculturalidad que generen espacios de encuentro, diálogo y empatía entre las diferentes comunidades culturales que están presentes en nuestro territorio. La autoestima colectiva se fortalece cuando mi cultura es respetada por los demás pero también cuando comprendo que el otro es digno de respeto.

¿De qué forma esta normativa crearía una mayor integración social dentro del país?

Uno de los retos de esta iniciativa es generar cohesión social, promover la cultura de paz, mediar pacíficamente en conflictos comunitarios, encontrar canales de diálogo; y en todo ello la cultura es una herramienta indispensable. Se trata de que los propios grupos construyan sus procesos desde sus conocimientos, expectativas y sensibilidades, apoyados, claro está, por el Estado. De esta forma se genera mayor integración cuando se reconoce que todos los grupos tienen cultura y dignidad, que no se trata de llevarles cultura sino de dialogar con entre diversas culturas.

¿Existe una ley para salvaguardar el patrimonio inmaterial?

Panamá ha firmado y ratificado la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, y para que un tratado sea ratificado debe ser aprobado por la Asamblea Nacional y convertido en ley de la República. Entonces, la respuesta corta es que sí hay una ley. Responder a profundidad me lleva a señalarte que el Estado no ha adaptado esta convención a las necesidades sociales internas; se necesita que la nueva ley articule la protección del patrimonio inmaterial en concordancia con los derechos culturales de la población y las responsabilidades del nuevo ministerio.

Avance jurídico para la cultura

DESIGNACIÓN

El presidente electo, Laurentino Cortizo Cohen, del Partido Revolucionario Democrático, hizo publicó el segundo grupo de ministros que formarán parte de su gobierno (2019-2024). Entre ellos se mencionó a Carlos Aguilar como nuevo director del Instituto Nacional de Cultura (INAC) y futuro ministro de cultura.

‘Elaborar un Plan Nacional de Cultura que responda a las necesidades sociales, garantice derechos y promueva el desarrollo sostenible es el gran desafío de los próximos años',

ENRIQUE NOEL

ESPECIALISTA EN DERECHOS CULTURALES

Noel, quien fue consultado respecto a este punto, expresó que este nuevo nombramiento cuenta con dos implicaciones relevantes: la primera basada en el interés público que ha reiterado Cortizo de elevar el INAC a un ministerio. Por otro lado, en acertar sobre el nombramiento de un profesional vinculado a este tema que, además, cuenta con experiencia en la gestión pública y privada. ‘En este primer paso mis expectativas son favorables', indicó el también jurista.

Antecedentes

Durante el 2012, el proyecto de ley 416, que buscaba elevar el INAC a Ministerio de Cultura, fue vetado por el expresidente Ricardo Martinelli. La razón principal es que la iniciativa surgió desde una comisión de la Asamblea Nacional (AN) que no estaba facultada constitucionalmente para crearla.

Para Noel, quien fue el asesor legal a cargo de la redacción del anteproyecto de ley de cultura de Panamá, lo indicado por el exmandatario no justificaba que se truncara esta propuesta. ‘Había muchas alternativas: desde adoptar la propuesta y que fuese presentada a la AN por parte del Consejo de Gabinete, hasta exigir la adopción de un plan nacional de cultura que explicara la política cultural del país, que eran aspectos fundamentales contemplados en el proyecto. Al final, esta ley fue víctima de una disputa entre antiguos aliados políticos', señaló.

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