‘Sobre los derechos de la mujer, grandes avances, pero mucho por hacer'

Actualizado
  • 01/08/2019 02:00
Creado
  • 01/08/2019 02:00
En su última semana a cargo de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, Carmen Moreno Toscano reconoce los avances y retos que enfrenta la mujer por ganar una condición de igualdad en la sociedad contemporánea

Esta semana, Panamá se convirtió en el centro de encuentro de algunas de las más destacadas autoridades del continente en temas de derechos humanos y de la mujer. Entre ellas hay una que merece la pena destacar para los lectores de este diario: la secretaria de la Comisión Interamericana de Mujeres, Carmen Moreno Toscano, de 81 años.

Durante sus 25 años de carrera en el Servicio Exterior Mexicano, Moreno Toscano fue la primera mujer mexicana reconocida como Embajadora Eminente (1994), además de consejera de la Comisión de Derechos Humanos de México (2012), distinguida con la medalla de Caballero de la Legión de Honor de Francia (2013) y la Orden de Juan Mora Fernández, en grado de Cruz de Plata (1994).

La diplomática llega a Panamá para la conmemoración de los 25 años de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer, conocida también como Convención Belem do Pará, que tuvo lugar este lunes y martes en el hotel Riande Continental.

Es su último acto como secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), pues, tras 10 años de esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de la mujer latinoamericana, dejará el puesto este 1 de agosto a la costarricense Alejandra Mora Mora.

Eso no significa que tenga disposiciones para el retiro. De hecho, ha sido llamada por el presidente mexicano, Andrés López Obrador, para asumir un nuevo reto como embajadora de su país en Nicaragua.

Con voz suave y firme, habló a La Estrella de Panamá durante el coffee break del acto de inauguración del evento, en un rincón detrás del podio y rodeadas, simbólicamente, de las banderas de los países miembros de la OEA.

‘Me siento muy complacida de estar en esta reunión. Panamá ha logrado congregar a muchos de quienes participaron en la redacción de la Convención Belem do Pará, así como a promotoras, expertas y ministras delegadas ante la Comisión Intermericana de Mujeres. Es importante que todas ellas escuchen lo que dijo hoy el secretario de la Organización, Luis Almagro: ‘el mundo tiene una guerra contra las mujeres y es necesario combatirla”, dijo, dejándose oír en el bullicio de las conversaciones.

Sin dejar de ser un recordatorio de la discriminación que enfrentan las mujeres, gracias a la promoción incansable de personas como Moreno Toscano, la conmemoración de los veinticinco años de la Convención Belém do Pará se convierte también en una celebración de éxitos. El documento que en 1994 alineó a los países miembros de la OEA detrás de la revolucionaria idea del derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y a participar en igualdad de condiciones en la vida pública y privada, ha sido el punto de partida para la aprobación de leyes y esfuerzos contra la violencia y ha tenido un impacto en la conciencia de la población latinoamericana.

‘Cuando fue aprobada la convención no había casi reconocimiento de la magnitud de la violencia contra la mujer. Las mujeres casi no ocupaban posiciones públicas. Hoy en día, todos los países de América Latina tienen una ley para prevenir la violencia. Muchos han adoptado disposiciones para la paridad de la representación de las mujeres en sus parlamentos'.

Hoy, América Latina es la segunda región del mundo, solo después de los países nórdicos, en participación femenina en sus asambleas legislativas.

Sin duda es un avance. Pero la discriminación y la violencia contra la mujer siguen rampantes y los esfuerzos son cortos, con relación a la magnitud de las necesidades.

En este sentido, Moreno Toscano ofrece una prueba: los países latinoamericanos asignan menos del 1% de su presupuesto al combate de la violencia contra la mujer, una ironía dado que se trata de la mitad de la población a la que se le violan sus derechos a diario, que se les niega, incluso el derecho a la vida, muchas veces por parte de sus esposos o novios.

Toma de conciencia

Para una mujer que ha dejado tantos esfuerzos a combatir la discriminación contra la mujer, resulta curioso que tardara en darse cuenta de las dificultades que enfrentaban las mujeres para abrirse paso en el mundo profesional. Moreno Toscano creció en una familia de intelectuales, en un mundo en el que no se percibía ningún tipo de impedimento para el desarrollo personal por razón del sexo. Su abuelo fue uno de los pioneros del cine en México y filmó y fotografió la Revolución de 1910. Ella prefirió irse por la rama de la diplomacia y estudió relaciones internacionales en el Colegio de México.

Recién graduada, fue recomendada por el escritor Octavio Paz, entonces funcionario de la Cancillería, para un puesto como secretaria en la Organización de las Naciones Unidas. Era la década de los sesenta y ella se sorprendía al escuchar de boca de su jefe frases discriminatorias: ‘Una mujer no puede hacer esto. Una mujer no puede hacer esto otro...'.

‘Me sentía molesta, pero pensaba que se trataba de un caso aislado, un hombre loco. Creía que una vez que estuviera bajo otro jefe la cosa cambiaría'.

Pero fue todo lo contrario. A medida que iba conociendo más, se iba dando cuenta de que la discriminación era la norma y no la excepción. Su participación en la Primera Conferencia sobre la Mujer, organizada por Naciones Unidas en México (1975), y posteriormente como delegada del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas durante la Década de la Mujer; Igualdad Desarrollo y Paz. (1985-1995) le permitió percatarse de las constantes y poco reconocidas violaciones a los derechos humanos básicos del sexo femenino. Aún en ese ambiente, fue persistente, abriéndose camino.

Durante la década de los 90 fue embajadora de México en Costa Rica y Guatemala. Posteriormente, actuó como representante permanente de México ante las Naciones Unidas y subsecretaria de Relaciones Internacionales de las Naciones Unidas, África y el Medio Oriente. Representó a México en numerosos encuentros y conferencias sobre temas económicos y políticos.

En diciembre de 2003, aceptó el llamado de Kofi Annan a convertirse en directora del Instituto Internacional de Investigación y Entrenamiento para el Avance de la Mujer (UN-INSTRAW). En esta posición fue donde realmente pudo conocer la seriedad del problema de las mujeres.

‘Fuimos los primeros que estudiamos el fenómeno de las mujeres migrantes y su vinculación con las remesas. Las mujeres son el 52% de los migrantes de América Latina. Huyen de sus países por la pobreza, por la violencia. En el exterior, son las que más dinero envían a su familia en relación a su salario. Son el fiel y permanente apoyo de su gente, y llevan la carga emocional'.

En julio de 2009, asumió el puesto de secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, por solicitud del secretario general de la OEA José Miguel Insulza. Durante el ejercicio del cargo, logró darle a esta comisión un mayor perfil institucional, dotarlo de un presupuesto razonable, e impartir una perspectiva de género al trabajo de la organización.

Uno de los esfuerzos que más ha disfrutado ha sido la promoción de la participación de la mujer en la política, un arma estratégica para abrir paso al avance del sexo femenino en el mundo.

Moreno nos deja con una cita de la expresidenta chilena Michellet Bachelet: ‘Si una mujer entra a la política, la política cambia a la mujer. Si un montón de mujeres entran en la política, cambia la política'.

‘Las mujeres son el 52% de los migrantes de América Latina. Huyen de sus países por la pobreza, por la violencia',

CARMEN MORENO TOSCANO,

SECRETARIA DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE MUJERES

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