Un tercer ministro sale del Gabinete de Cortizo

La renuncia de la ministra de Gobierno, Sheyla Grajales ha generado sorpresa y suspicacia porque nadie esperaba que duraría tan poco tiempo en el cargo. ¿Por qué solo trece días? Expertos consultados por La Estrella de Panamá intentan explicar el misterio de la salida de la ahora exfuncionaria.

Grajales es la segunda que ocupa este cargo en siete meses. Su antecesor, Carlos Romero, fue destituido después de la crisis que se desató con la fuga de una cárcel de máxima seguridad del dominicano Gilberto Ventura Ceballos, y la masacre de La Joyita donde perecieron 13 presos, en una reyerta.

Sobre el tema, el politólogo Richard Morales considera que existe improvisación en los nombramientos de ministros de Seguridad y Gobierno por la ausencia de políticas públicas que permitan establecer el perfil que se requiere para esos cargos. “No existe una planificación de políticas públicas que exija personas con un perfil, para ejecutar un determinado plan”, agregó Morales.

La escogencia del ministro termina siendo una negociación entre partidos que se aliaron en la contienda electoral para llevar al presidente Laurentino Cortizo, a la presidencia de Panamá, dijo Morales.

Por otro lado, Morales plantea su preocupación por el papel que podrían estar jugando grupos de poder en la Policía Nacional, en los nombramientos de ministros y funcionarios. Existe la posibilidad de que “mafias” estén presionando para quitar y poner ministros. Morales recuerda que el exministro de Seguridad Rolando Mirones denunció irregularidades y ascensos políticos en la Policía Nacional. “Es preocupante que exista una medición de fuerza entre miembros de la policía, y peligroso que estos grupos puedan alcanzar más poder, al punto de chantajear autoridades”, concluyó Morales.

Por su parte, el sociólogo Marcos Gandásegui explicó que es frecuente en la vida pública que dos partidos que forman una alianza para alcanzar la presidencia negocien puestos. “Tenía que tomar en cuenta a un miembro del partido aliado”, explicó sobre el nombramiento de la exfuncionaria.

Grajales es miembro del partido Molirena, que en alianza con el PRD llevó a Laurentino Cortizo a la presidencia de Panamá, en los comicios de mayo de 2019.

El sociólogo no tiene duda de que la decisión del presidente de designar a Grajales en el Mingob fue para salir de un “apuro”, por presiones internas que surgieron y que estaban relacionadas a la búsqueda de responsables de la fuga del dominicano y de la masacre de La Joyita.

“Ella es simpática y bien preparada, pero no tiene manejo político”, establece el sociólogo. Es probable también que haya recibido críticas y presiones a lo interno de su partido, que está fragmentado, un forcejeo político que la llevo a renunciar.

El sociólogo coincide con Morales en que no hay políticas públicas de seguridad. Ni siquiera se conocen bien los roles de uno y otro ministerio (Seguridad y Gobierno), que parecen competir entre ellos, plantea Gandásegui.

El nombramiento de Grajales fue polémico y se le cuestionó por su supuesta relación sentimental con otro miembro de Gabinete, ya que la Constitución habla del parentesco como limitante entre miembros del consejo de ministros en el Artículo 198. La exfuncionaria también fue objeto de escrutinio por una supuesta deuda que tendría en la Dirección General de Ingresos.

Grajales llegó a dirigir el Ministerio de Gobierno en medio de una crisis en el sistema penitenciario, que requiere de reformas profundas.

Previo a este cargo y durante la administración del presidente Laurentino Cortizo, Grajales era la gobernadora de Panamá. El gobierno no se ha pronunciado sobre el particular. En las redes sociales circulan nombres de personas que podrían ocupar el cargo, pero nada es oficial. En un mes se han dado cambios drásticos en altos mandos de seguridad y sistema penitenciario. Tres ministros del equipo de Cortizo han salido del Gabinete.