Cómo transitar hacia la postpandemia

Actualizado
  • 29/07/2020 00:00
Creado
  • 29/07/2020 00:00
Están en juego los fundamentos mismos de Panamá, la vida de sus ciudadanos y el compromiso de enfrentar juntos esta batalla sanitaria, protagonizando un reencuentro como nación, deponiendo mezquindades para evitar el agrietamiento social y fortalecer la democracia.

De repente entre las nubes borrascosas están filtrándose rayos de luz. La pandemia no ha amainado, pero se asoman noticias esperanzadoras sobre la cercanía por contar con una vacuna que podría inmunizar a la humanidad contra la mortal covid-19. Entre más de un centenar de proyectos, en diferentes etapas de desarrollo, hay dos que tienen altas posibilidades de estar en el mercado después de septiembre.

Panamá registra más de 60 mil casos positivos de covid-19 y rebasa los mil fallecidos, desde que empezó la pandemia hace cuatro meses.

Uno, los británicos Jenner Institute y Oxford Vaccine Group de la Universidad de Oxford, en conjunto con la farmacéutica alemana AstraZeneca. Ese proyecto es financiado por Gran Bretaña y EE.UU. El otro, quizá el más avanzado, el de la farmacéutica estadunidense Moderna Inc. en colaboración con The National Institute of Health, financiado enteramente por Washington.

Ante este prodigioso adelanto de la ciencia –que representa una luz al final del túnel– es más importante que nunca extremar las precauciones en las semanas por venir para alcanzar un nivel aceptable de control del coronavirus y quitar presión sobre la red hospitalaria, sometida a un estrés al borde de saturación.

Debe haber conciencia, además, de que la vida que vuelve no será la que se dejó atrás. La nueva normalidad no será la vieja normalidad. No es un paréntesis. Es un punto y aparte. El gran desafío es reinventarse desde las estructuras de administración del Estado, las empresas, los gremios y la sociedad en su conjunto.

Aquellos que machacan que falta liderazgo, que no hay nadie en el puesto de mando, que se requiere un golpe de timón, ¿qué hacen para remar y contribuir a encarrilar la nave para llegar a puerto seguro? ¿O es que en el barco que representa Panamá, los que no se suben se salvarán por su cuenta? O se salvan todos o se hunden todos. El presidente Cortizo ha dado suficientes evidencias de que sabe por qué carriles circulan las preocupaciones ciudadanas.

Guerra abierta al gobierno

Pero en contravía, algunos medios de comunicación han declarado la guerra abiertamente al gobierno –contradiciendo el papel del periodismo crítico e independiente para conspirar contra el poder legítimamente constituido–, respaldados por algunos empresarios, políticos opositores y sus satélites en las redes sociales en una campaña como si de la toma de la Bastilla se tratara, con el objetivo de quebrar la autoridad moral del país, concentrada en la figura de Nito.

En momentos en que el país está particularmente sensibilizado y consciente del valor y la fragilidad de la vida, los adversarios del gobierno están usando el coronavirus como un caballo de Troya para introducir agendas que no están en sintonía con los planes para superar la emergencia sanitaria nacional.

Ante esas circunstancias, han recibido un baño de realismo. La mayoría ciudadana no se ha prestado al juego. Tiene bien enfocada sus necesidades por contar con comida, atención médica en medio de la pandemia y generar algún ingreso para enfrentar sus necesidades inmediatas. Y no puede distorsionarse que Nito está desplegando un gran esfuerzo para dar respuesta a esas demandas de la población más necesitada.

Lo sanitario y económico, van de la mano. Como la ciencia médica no contaba con una carta de navegación precisa, hubo que experimentar. Ha habido aciertos y equivocaciones al transitar a tientas por lo desconocido. Ensayo y error, tratando de equivocarse lo menos posible porque están en juego vidas humanas.

En lo económico igual. Cómo adelantar antes de tiempo un programa económico si ningún gobierno cuenta con una hoja de ruta definida que indique dónde está el norte y cómo salir de la pandemia.

Pretender contrastar el planteamiento gubernamental esperanzador –para que prenda en la ciudadanía un ánimo distinto– introduciendo elementos que buscan el desplome del poco atisbo de asidero, para que el Estado y la sociedad salgan debilitados, desmoralizados, en lugar de fortalecidos de esta pandemia, es trillar en la subversión. Una actitud responsable es deponer mezquindades políticas para salir de la pandemia con más democracia.

No puede negarse que el escenario económico es inquietante y perturbador. Por eso el objetivo de Nito es focalizar bien los recursos del Estado con énfasis en la reactivación y productividad económica, la creación de empleos y el reforzamiento del sistema sanitario. Al cierre de 2020 habrá una drástica contracción de la economía. Sin embargo, de acuerdo con los organismos financieros y la banca privada internacional, como pronosticó la semana pasada The Bank of America, el país tendrá un repunte significativo el próximo año.

Socios estratégicos de Panamá

Al mismo tiempo, los tradicionales socios estratégicos de Panamá, como Canadá y EE.UU., están redoblando su interés por contribuir a fomentar la creación de empleos, reactivar la economía y considerar el financiamiento de proyectos de infraestructura que se necesitan con urgencia.

Eso se logra a través de compromisos diplomáticos al más alto nivel, con el marco oficial de memorandos de entendimiento, asistencia técnica e intercambios, así como el aprovechamiento de los diálogos bilaterales y el trabajo conjunto en los foros regionales.

Hay realidades que no pueden sustituir las acciones del personal médico y científico. Son las voluntades de cada panameño. Cada ciudadano debe demostrar, con hechos, que ha aprendido la lección de enfrentar la pandemia, valorando lo maravilloso de la vida y adoptando el compromiso de no ponerla en peligro mediante la negligencia en precauciones básicas, por el bien propio y el beneficio de la colectividad.

El país está enfrentando un experimento social sin precedentes. En medio de la épica colectiva de lucha contra el coronavirus, colmada de implicaciones no solo sanitarias y socioeconómicas, sino también democráticas, es de suma urgencia evitar un agrietamiento social dentro de una concepción biopolítica.

Eso demanda mayor unidad y confiar en el sentido de direccionalidad de Nito y su conducción para salir, lo más pronto posible, de la tormenta sanitaria que ha envuelto a Panamá y al planeta. El doloroso presente y el amenazante futuro son motivos suficientes para concitar la unidad y protagonizar el reencuentro de los panameños para salir adelante.

La batalla para enfrentar la pandemia es una lucha que pone en juego los fundamentos mismos del país, la vida de sus ciudadanos y que demanda –lejos de divisiones– convocar a enfrentarla juntos porque es una lucha por la vida de todos los panameños. La historia debe recordar que quienes superaron esta pandemia pertenecieron a una generación de consensos.

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