Vivir con energía eléctrica: una transformación para El Guayabo y El Filo

Actualizado
  • 13/05/2022 00:00
Creado
  • 13/05/2022 00:00
Desde la voz de sus habitantes, la llegada de la luz a estas comunidades ha sido “un salto en la calidad de vida (...) que generará cambios positivos en esta apartada región del norte de Veraguas”
Se estima que alrededor de 93 mil familias no tienen acceso a energía eléctrica en Panamá, según la Secretaría Nacional de Energía y datos de octubre de 2021.

“Tuvimos que esperar cien años para que llegara la energía eléctrica”, comenta Manuel Medina, quien tiene unos 45 años de edad, al referirse al recién inaugurado proyecto de electrificación rural en las comunidades de El Guayabo y El Filo, corregimiento de El Alto, donde las altas montañas, cual catedrales, invitan a hacer una reverencia al entorno boscoso.

En la comunidad de El Guayabo en el distrito de Santa Fe de Veraguas, las noches son largas, gélidas y oscuras, a veces iluminadas por la luna llena o, cuando el cielo está despejado, engalanada por un espectacular desfile de estrellas. Juan Ríos, quien ya pasó la barrera de los 70, comenta la comodidad que significa contar con energía eléctrica: además de luz en su casa, ahora puede tener refrigeradora donde guardar los alimentos, servicio de televisión por cable, e iluminación en los caminos que antes había que recorrer con linterna.

La primera vez que visité El Guayabo, después de llegar a Santa Fe, había que recorrer un largo trayecto, el cual, según la rapidez del caminante, podía durar de dos a cuatro horas, muchas veces, cuando la lluvia arreciaba, maniobrando por caminos fangosos.

Vivir con energía eléctrica: una transformación para El Guayabo y El Filo

No había energía eléctrica, nos alumbrábamos con lámparas de queroseno,  el agua la buscábamos en un pozo en recipientes fabricados con totumo.

Todo eso empezó a cambiar a principios de la década de 2000, cuando se construyó un acueducto rural,  se instalaron paneles solares y comenzó el servicio de transporte. Un avance, pero no suficiente. En diciembre de 2019  me invadió la alegría al ver un letrero ubicado cerca del río Santa María, el cual anunciaba que el gobierno del presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen, iniciaba el proyecto de electrificación rural desde El Guayabo a El Filo, el cual debería empezar en enero de 2020, y terminarse en unos meses.

Para febrero de 2020 comenzó a tomar forma, con la construcción de las tapias donde irían los medidores e instalaciones en las primeras viviendas, pero la pandemia de la covid-19, que llegó en marzo, pausó los trabajos, por lo que fue en los últimos meses de 2021 cuando algunas casas empezaron a recibir energía eléctrica.

Vivir con energía eléctrica: una transformación para El Guayabo y El Filo

A pesar de los inconvenientes, la espera valió la pena, ya que el proyecto de suministro, transporte y entrega de materiales y equipos para el diseño e instalación de la línea de distribución eléctrica, tapias, transformadores, acometidas eléctricas, instalaciones internas y luminarias públicas para distintas comunidades en la provincia de Veraguas (El Guayabo-El Filo, corregimiento de El Alto) terminó y ¡ya es una realidad!

El director de la Oficina de Electrificación Rural (OER) del Ministerio de Obras Públicas (MOP), Leonardo Alessandría, informó que la línea de 3.24 kilómetros beneficia a 246 personas que habitan 41 viviendas, con una inversión de $212,759.23.

Avizora un futuro promisorio, pues se trata de una región colindante con el Parque Nacional Santa Fe, lo que potenciará su atractivo turístico, además de actividades  artesanales y agrícolas (naranja, café,  ganado vacuno y porcino, entre otros).

Vivir con energía eléctrica: una transformación para El Guayabo y El Filo

También mejorará las condiciones de los estudiantes, pues brindará mayor oportunidad de acceso a tecnología y oportunidades de superación a los jóvenes, lo cual evitará la migración hacia la capital y otras zonas más desarrolladas.

Atrás queda el recorrido que había que hacer a oscuras, acompañado de una linterna o  la claridad de la luna llena; mientras que la posibilidad de contar con las comodidades que facilita la electrificación, permite mejor conservación de alimentos y la apertura de tiendas y abarroterías, que ahorrarán largos y costosos viajes a Santa Fe.

Un salto en la calidad de vida, desde la orillas del río Santa María, hasta la parte más alta de El Filo, con la diversificación de la matriz productiva que generará cambios positivos en esta apartada región del norte de Veraguas, precisó Alessandría.

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