Alegría, cantos y fe de 5.600 peregrinos avivan una prejornada católica

Actualizado
  • 19/01/2019 21:18
Creado
  • 19/01/2019 21:18
Mientras veían de lejos la misa oficiada por el Monseñor Manuel Ochogavía, su actitud positiva sobresalía al momento que sonaba una canción y no dudaban en cantar o bailar.

Unos 5.600 jóvenes que ostentaban con orgullo por las calles sus banderas se convirtieron en protagonistas hoy al participar de una misa campal en una explanada de una ciudad caribeña de Panamá, en donde cantos, bailes y gritos de alegría se hicieron presente en la prejornada católica.

En la localidad de Colon, que está a unos 80 kilómetros de la capital de Panamá, llegaban en autobuses, taxi o a pie peregrinos que se unían a la velada, que dejaba en evidencia su entusiasmo de estar en los eventos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Entre ellas estaba María Ortiz de Colombia, quien ante un ardiente sol se cobijaba para calmar su cansancio, lo que no le impedía de tener una sonrisa y de encontrarse con sus hermanos, como dice ella, de otras nacionalidades.

"Hasta ahora esto me ha cambiado la vida, antes no era creyente, pero me di cuenta que esto no se trata de rezar, sino que es también un encuentro cultural", expresó a Efe la joven 16 años.

Mientras que su amiga María Paula relató que vino a Panamá para estar en un proceso de acercamiento con Dios, luego de que problemas que afectaron su vida la alejaron un poco del camino religioso.

"Antes estaba muy mal y Dios fue el único que me ayudó, y que mejor que esta oportunidad de la JMJ para reforzar mi creencias", sostuvo la peregrina.

Ambas jóvenes que arribaron al país el pasado miércoles 16, explicaron que se alojan en Colón, pero se trasladarán el lunes 21 a la ciudad de Panamá para estar cerca de todos los eventos.

Similar historia es la de Beatriz, una habanera que es miembro de la Iglesia Santa Teresita del Niño Jesús, que llegó motivada por la interculturalidad y la unidad en Cristo que caracteriza la jornada.

Junto a sus compañera Virgen Caridad, quien portaba una gigantesca bandera de Cuba, dice que ha sentido mucho amor de los demás, esto por las nuevas amistades que ha logrado.

Mientras veían de lejos la misa oficiada por el Monseñor Manuel Ochogavía, su actitud positiva sobresalía al momento que sonaba una canción y no dudaban en cantar o bailar.

No muy lejos, un grupo de paraguayos vistiendo camisas rojas y emblemas nacionales se hacían eco, su ánimo contagioso y felicidad era ejemplo replicante con los demás.

Eso lo sabe la sudamericana María Inés de 24 años, que con varias jornadas mundiales en su vida, volvió sin dudar a participar, esta vez por una necesidad personal.

"Prefiero venir a una JMJ cada tres o cuatro años que irme de un viaje a la playa o vacaciones, este llamado para mí es importante ahora que necesito un aliento para mi vocación", manifestó.

Comentó que su grupo conformado por unos 70 peregrinos, que se alojan en la Parroquia Sagrada Familia situada en el pueblo colonense de Puerto Pilón y casas de acogida, también se irán a otra sector el lunes, específicamente en La Chorrera, un sector oeste del país.

Uno de los momentos más emotivos de la actividad fue cuando los peregrinos corearon el himno de la JMJ "He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra" traducido en idiomas.

Muchos de los fieles también quedaron conmovidos al realizar la eucaristía que fue ejercida por varios sacerdotes que se paseaban por el terreno al buscar peregrinos que querían hacer la comunión.

Al finalizar este ambiente de campamento, los jóvenes se preparan para asistir a lo que serán las principales actividades que empiezan el 22 de enero, con el inicio de la JMJ y la llegada del papa Francisco el 23 de enero.

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