La diversidad e inclusión en las políticas públicas

Actualizado
  • 29/05/2016 02:00
Creado
  • 29/05/2016 02:00
El diálogo entre culturas y sus formas de expresión tienen en el país diversos alcances, grados de desarrollo, formas de expansión y sostenibilidad

La diversidad social, étnica, demográfica y económica del país, se resume en el refrán popular que reza: ‘Panamá crisol de razas'. Pero cabe preguntarse hoy día si esa diversidad se manifiesta en la vida cotidiana y en las políticas públicas en general.

La sociedad panameña es diversa, pero reconoce en su integridad la interacción entre culturas y registros culturales preexistentes y existentes en el país. La respuesta salta a la vista.

Durante todo el siglo XX la noción de ‘crisol de razas' más asociada al pensamiento etnocentrista, negó la existencia de la interacción entre las poblaciones y sus expresiones culturales. Con ello se reconoce casi implícitamente que lo socialmente aceptado, institucional transmitido y colectivamente aprendido es el resultado de una identidad construida al margen de los sujetos y actores que la sostienen.

Sin embargo, en la medida que transcurre el siglo XXI, cada vez más el enfoque etnocentrico muestra su crisis y sus límites para construir políticas públicas integrales e integradoras que cierren las brechas, reduzcan las privaciones y eliminen las barreras que sostienen la inteacción desigual entre las étnias que se expresan diariamente en el que hacer nacional.

DEBATE EMERGENTE

Existen por lo menos tres enfoques para caraterizar la diversidad en el país: transculturalidad, interculturalidad y multiculturalidad permiten desde diversas perspectivas analizar el crisol de razas.

Cada enfoque constituye en sí mismo una forma de percibir, aplicar y desarrollar formas de interacción social entre diversas etnias, culturas, valores, dinámicas institucionales y procesos organizativos que varían de acuerdo a contextos regionales, locales y sectoriales.

En los tres enfoques subyace la idea que la cultura muestra la diversidad y totalidad de la sociedad. La cultura no es sólo una expresión de registros culturales diversos, por el contrario, es un síntoma, una manifestación de cómo la sociedad se organiza y se expresa esa diversidad y diferencia en organización en la vida cotidiana.

La construcción de una sociedad fundamentada en la diversidad implica el reconocimiento igualitario de las culturas que subyacen en su composición social.

Según la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales el diálogo y reconocimiento de las culturas implica la presencia e interacción equitativa, además de expresiones culturales compartidas, adquiridas por medio del respeto mutuo (UNESCO 2005).

El diálogo y reconocimiento tiene como punto de contacto, por un lado, lo que debe ser preservado; por el otro, lo que debe ser compartido (UNESCO 2005). Es decir, se respetan las particularidades e individualidades por lo que no se impone, ni se avasallar, sino que se concreta una forma de interacción que tiene su expresión en las políticas públicas.

Tanto en su forma declarativa, como en su proceso operativo (UNESCO 2005). En cada caso, diversidad y diferencia, serán parte de un proceso dinámico de intercambios e interacción donde el diseño integral de la política pública atiende a la comprensión del imaginario sociocultural y sus expresiones en el desarrollo humano sostenible geográficos y demográficos.

No obstante, cabe señalarlo, el diálogo entre culturas y sus formas de expresión tienen actualmente en el país diversos alcances, grados de desarrollo, formas de expansión y sostenibilidad.

A cada proceso y forma de evolución le corresponden énfasis, acentos y contextos. Los factores culturales, sociales y geográficos se transforman cada vez más en condicionantes y determinantes de este proceso de conformación de una sociedad cada vez más centrada en la diversidad que todavía no se expresa claramente en la política pública.

POLÍTICA PÚBLICA

En el Panamá de hoy, las políticas públicas que se desarrollan hacen parte de supuestos universalistas en la amplia extensión del término.

Las políticas públicas en general no reconocen ni asumen ni incorporan de manera integral las características de las culturas que hacen parte del país.

El diseño de las intervenciones limita las posibilidades de los ciudadanos para recuperar conocimientos, saberes y tecnologías propios de su entorno natural, cultural, social e institucional que configuran su identidad e imaginario colectivo.

La negación de la diversidad y la diferencia se hace visible en la política pública. Por consiguiente, las intervenciones no son sostenibles, menos integrales.

La política pública para que sea integral tomar en cuenta los derechos en sus formas de cultura e identidad, organización política y económica, sus condiciones sociales. Es decir, debe contemplarse en el diseño los derechos, (marco normativo para las políticas), los factores territoriales y demográficos (atención a necesidades permanentes y emergentes en antiguos y nuevos asentamientos), factores culturales (participación y pertinencia), factores socioeconómicos y de capital humano.

Sólo considerando en el diseño los factores antes mencionados puede la política pública captar la diversidad y diferencia que coexisten en la sociedad panameña, al margen de la noción etnocentrista, crisol de razas.

Claudia Robles F. (CEPAL 2009) ha realizado avances sustantivos en la transversalización del enfoque étnico en las políticas públicas. Para Robles la transversaliación sintetiza la relación entre interculturalidad, igual de género y sostenibilidad ambiental. Con ello la política se construye tomando en cuenta experiencias, costumbres y tradiciones particulares contextualizadas siempre orientadas hacia el intercambio y transformación de las realidades, contextos y determinantes que reducen el desarrollo humano de las poblaciones.

De igual manera, por último, la política pública que asuma la diversidad y la diferencia como hechos implícitos de tomar en cuenta los supuestos que la hacen sostenible valorando los mecanismos de gobernanza y operación (FLACSO SG 2015).

En la operación de la política y su acercamiento a los ciudadanos, la política pública cada vez más debe generalizar las garantías sociales, ampliar la articulación de las intervenciones, mejorar las formas de focalizar inversiones, intervenciones y servicios.

En el caso de la gobernanza, sin duda alguna la política pública debe robustecer los mecanismos de operación, procedimiento y administración a través de instrumentos y herramientas para la evaluación y toma de decisiones.

Sin esas consideraciones, la diversidad y la diferencia, y con ello todos los supuestos que las sostienen serán sólo ejercicios declarativos. Reducir la desigualdad, la exclusión y la pobreza en y entre provincias y comarcas requiere un esfuerzo adicional. Hacia esa dirección apunta el desarrollo humano sostenible en el siglo XXI.-

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MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

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