• 10/07/2009 02:00

La OEA metida en honduras

Los acontecimientos relacionados con la destitución del ex presidente de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, suceden tan rápidamente q...

Los acontecimientos relacionados con la destitución del ex presidente de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, suceden tan rápidamente que resulta difícil seguirles el paso. Pero, cualquiera que sea el resultado, Honduras habrá quedado hundida en el dolor de sus muertos, el odio fratricida y la frustración de muchos. ¿Quién o quiénes tienen la mayor responsabilidad en los destructivos sucesos? Tres son los principales protagonistas: El presidente destituido; las autoridades que lo destituyeron, y la OEA, cuyo eufórico e hiperactivo secretario general, José Miguel Insulza, jugó más un papel prepotente y amenazador que conciliador. Como un cuarto protagonista puede mencionarse el grupito de mandatarios que han actuado con espíritu de pandilla más que de estadistas, en apoyo de una acción irresponsable. Una lamentable sucesión de acontecimientos que pueden calificarse, en buen castellano, de “meterse en honduras”. El diccionario de la RAE define la locución como “Tratar de cosas profundas y dificultosas sin tener bastante conocimiento de ellas”. Y esto es lo que han hecho, Insulza, la OEA y los presidentes temerarios.

A estas alturas del drama montado por Insulza en escenarios mundiales, los expertos internacionales en derecho constitucional y analistas políticos desapasionados, reconocen que, primero, el ex presidente Zelaya había incurrido en delitos punibles con la destitución, según las leyes y la Constitución (malas o buenas) del país; segundo, que la decisión de destituirlo, es legítima.

Se ha señalado como error de quienes destituyeron a Zelaya el haberlo tratado con violencia y enviarlo fuera del país. Esta última acción, sin embargo, es discutible; pues pudo haber evitado mayores problemas sociales.

La acción de la OEA, inspirada por Insulza y alentada públicamente por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es tanto más hipócrita y desvergonzada si consideramos que, pocos días antes, la flamante organización regional se había puesto ella misma a los pies de la dictadura cubana, para levantarle al país comunista una histórica sanción impuesta años antes por la misma OEA, por causas mucho más graves y claras que las que se atribuyen al actual régimen hondureño. La dictadura castrista, con un elegante gesto político muy propio y muy digno, desestimó la servil y extemporánea oferta.

La OEA se ha metido en honduras, y ello gracias a la ineptitud olímpica de su secretario general para resolver el problema. A nadie escapa la peligrosa situación de violencia que el comportamiento torpe y agresivo de Insulza ha provocado en Honduras con sus acciones irreflexivas. Es curioso, pero, una vez más, el relativismo moral, el positivismo jurídico y la ideología materialista colocan el Derecho por encima de la Vida, como en “la cultura de la muerte”.

¿Se habrá dado cuenta Insulza?

-El autor es comunicador social.miguelespinop@hotmail.com

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