• 15/07/2009 02:00

Son injustos con Balbina Herrera

Así lo siento cuando observo los ataques contra la figura que representó al Partido Revolucionario Democrático (PRD) en las pasadas elec...

Así lo siento cuando observo los ataques contra la figura que representó al Partido Revolucionario Democrático (PRD) en las pasadas elecciones. En un análisis del comportamiento de los votantes, estimo que la candidata obtuvo una considerable aceptación en las urnas a juzgar por el momento que le tocó vivir.

Cargó con el peso del desgaste natural que tiene todo gobierno; su condición de mujer pudo haber influido, luego de los grandes señalamientos que ella y su partido le hicieron a la administración de Mireya Moscoso. Si la memoria no me falla, creo que ella insinuó que tendrían que pasar muchos años para que otra mujer volviera al Palacio de Las Garzas.

Balbina sufrió el martirio de lo que significa enfrentarse a una oposición unida, hecho inédito hasta ese momento y que candidato alguno tuvo que soportar en democracia. Su pasado —sumado a sus inclinaciones ideológicas— provocó que los tenedores del gran capital no le dieran el respaldo. De rival tuvo a un empresario que plata era lo que le sobraba. Cuando las encuestas la fueron arrinconando, supongo yo, quienes le prometieron ayuda corrieron a dársela al virtual triunfador. A lo anterior debo sumar el hecho de que Martinelli, siendo uno de los empresarios que tiene muchas pautas publicitarias en los medios, podía levantar el teléfono para solicitar cobertura noticiosa y los representantes de éstos irían sin mediar una explicación. Así como siento que los miembros de su partido fueron injustos también, debo reconocer que Balbina hizo lo propio con Navarro al desconocer su palabra empeñada.

Hagamos ahora un ejercicio matemático, el que comprobará las injusticias contra Balbina. En las elecciones de 1994 Pérez Balladares triunfa con apenas 336 mil votos, seguido muy de cerca por Moscoso quien obtuvo casi 311 mil. Pérez Balladares tenía un escenario distinto al de Balbina; era oposición y participó en unas elecciones donde el voto se esparció entre siete candidatos, tres de ellos con mucha fuerza.. Blades, Carles y la propia Moscoso. En 1999, Torrijos pierde con 483 mil votos. La triunfadora fue Moscoso con 573 mil. El candidato del PRD contó con la intervención de Alberto Vallarino quien distrajo casi 223 mil votos, que de seguro hubieran sido para Moscoso. En 2004 gana Torrijos, representando a la oposición sacando 712 mil votos. Tuvo la suerte de que la oposición no se unió y que dos de sus candidatos dividieron la gran fuerza civilista. Endara con 463 mil y José M. Alemán con 246 mil. Martinelli con casi 80 mil votos. De unirse la oposición, Torrijos no hubiera pisado la Presidencia.

En las recientes elecciones, Balbina bebió el trago amargo de una oposición que repitió lo de 1989. Contra esa fuerza solo un milagro la podía salvar; igual suerte correría el candidato que pusieran. No hubo candidatos que dividieran, ella no contó con el apoyo económico; atravesó un proceso de primarias jamás visto dentro de su partido y para colmo tuvo que dedicar mucho tiempo para sanar las heridas de ese proceso interno.

Y si juzgamos por la membresía del PRD, debemos tomar en cuenta que muchos de los inscritos son un espejismo. Alguien que estuvo cerca de ella la vio, en varias ocasiones, derramar lágrimas de dolor. Incluso me contaron de una reunión donde quienes debían apoyarla económicamente le dieron la espalda, no en silencio, hubo frases hirientes que llegaron a sus oídos.

Balbina no contó con mi apoyo; desde muy temprano luché por esa oposición unida, pero no puedo desconocer ni quedarme callado ante las injusticias.

*Ex secretario de prensa de la Presidencia.rehernandez19@gmail.com)

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