• 24/07/2009 02:00

Crear más Estado

Una visión equilibrada de lo que sucede en el mundo, pasa necesariamente por tener una mirada atenta al Sur del Continente. La semana pa...

Una visión equilibrada de lo que sucede en el mundo, pasa necesariamente por tener una mirada atenta al Sur del Continente. La semana pasada se reunió en Santiago, Chile, el Club de Madrid. Por otro lado, desde ayer se realiza en Asunción, Paraguay, la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur. Congrega, además del anfitrión, el presidente paraguayo Fernando Lugo, a sus colegas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela, junto con los cancilleres de Colombia, México y Perú.

Además de rechazar en forma enérgica el golpe militar en Honduras y demandar el regreso al poder del presidente Manuel Zelaya, la cumbre del Mercosur acordó un mayor compromiso social, más obras de infraestructura y una acción decidida para corregir las asimetrías entre las economías más pequeñas del bloque sudamericano. El Mercosur es un ejemplo para otras regiones, como Centroamérica, en la que todavía persisten desconfianzas al momento de construir soluciones concretas ante problemas comunes.

En la conferencia del Club de Madrid —un grupo independiente formado por más de 70 ex jefes de Estado de 50 países— se analizaron las dimensiones de la crisis económica internacional desde una perspectiva latinoamericana. Quedó claro que si no se adoptan las medidas adecuadas, la crisis, que representa un quiebre en el ciclo expansivo de América Latina, contribuirá a poner en peligro los procesos democráticos de las últimas décadas, a crear condiciones para la generación de estallidos sociales con posible violencia, así como a agravar las condiciones de vida e injusticia en que viven sumidas millones de personas en la Región. Lo que se anticipa es un desempeño bajo en la disminución de la pobreza, mayor informalidad en la economía y un impacto fuerte en las clases medias. Las recomendaciones para enfrentar la crisis demandan preservar las redes sociales a través de gobiernos de amplia base social.

En consecuencia deben acelerarse los procesos de integración y la revitalización de los mercados internos, acciones estas que se encuentran profundamente marcadas por la política. En ese sentido hay dos caminos: reformismo democrático o populismo autocrático. Se requieren, por eso, liderazgos democráticos que sepan manejar los conflictos sociales existentes y los que se derivarán de la crisis económica internacional que pondrán a prueba la institucionalidad. El golpe militar en Honduras fue citado como ejemplo de la fragilidad democrática regional.

Entre las conclusiones del Club de Madrid está la necesidad de convertir en más eficiente a los Estados, para hacerlos responsables y capaces de proteger a los ciudadanos, con mayores regulaciones para garantizar cohesión social, menos proteccionismo e impulsar, al mismo tiempo, el emprendimiento del sector privado. Se urgió a construir una nueva geometría política en la que ya nadie actúe solo. Porque el futuro debe ser compartido, también tiene que ser motivo de negociación. América Latina debe tener presencia en esos escenarios, para ser tomada en cuenta a la hora de buscar una solución global a la crisis internacional que tan fuerte ha golpeado a la Región.

En resumen, es el momento de establecer un mayor equilibrio entre el Estado, el mercado y el ciudadano, a fin de lograr una mejor organización de la gestión pública, con más transparencia y con una visión a largo plazo.

*Periodista.d_olaciregui@hotmail.com

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