• 25/09/2009 02:00

Tabaco: impuestos y contrabando

De continuar las tendencias actuales, 10 millones de personas morirán por causas relacionadas con el uso de tabaco en todo el mundo para...

De continuar las tendencias actuales, 10 millones de personas morirán por causas relacionadas con el uso de tabaco en todo el mundo para el año 2030. De ellas, la mitad vivirá en las naciones en desarrollo como Panamá. Hoy en día, en la región de las Américas, el tabaco causa más defunciones que el SIDA, el abuso del alcohol y drogas, los accidentes de tránsito y la violencia, en conjunto. No obstante, las defunciones por el uso del tabaco son totalmente prevenibles y de ahí la importancia de establecer una clara política antitabaco.

El consumo de tabaco en Panamá, según reveló la Encuesta Nacional de Salud y Calidad de Vida que realizó el Ministerio de Salud, en el 2007 el 9.4% de la población panameña mayores de 18 años consume algún producto de tabaco, lo que significa que para el 2009, un total de 205,277 personas consuman estos productos.

Otros estudios, realizados en jóvenes, registraron que el 8.3% de los jóvenes entre 13 y 15 años consumen algún producto de tabaco y que para el 2009, cerca de 16,000 jóvenes serán atrapados por la adicción al cigarrillo.

Al considerar los gastos en los que incurre la República de Panamá en el manejo de los problemas de salud relacionados con el consumo habitual o pasivo del tabaco, las estimaciones indican que el país se gasta cerca de 100 millones de dólares para enfrentar este problema. El actual impuesto del tabaco es de 32.5% y solo se logran recaudar 11 millones de dólares. Es decir, el Estado, en términos financieros, tiene una pérdida neta de cerca de 90 millones de dólares.

A pesar de estas cifras, el problema más grave es que durante el periodo 2000-2007, han ocurrido 11,685 muertes en Panamá a causa del consumo de tabaco. Esta información permite estimar un promedio de 2,090 defunciones por año.

En la discusión de las pasadas reformas fiscales, el cabildeo de las tabacaleras logró que solo se incrementara en 17.5% el impuesto del tabaco. El impuesto pasó de 32.5% a 50%, lo que en la práctica significa que el precio de la cajetilla de cigarrillos permanecerá casi inalterable como lo deseaba la industria del tabaco.

Las tabacaleras y sus aliados no contaron con el alto nivel de conciencia que tienen el pueblo, los medios de comunicación, los dirigentes políticos, sobre el grave problema que significa la adicción al tabaco y sus consecuencias mortales para los panameños. Es por ello, que al regresar de su viaje a Italia, el presidente Ricardo Martinelli ordenó que en la discusión de la eliminación de las equiparaciones se volviera a tratar el tema del impuesto del tabaco, de manera que se elevara el impuesto al tabaco entre un 100% a un 150%.

La decisión del Ejecutivo panameño ha movilizado a las empresas tabacaleras y su equipo de cabilderos, que tratan de impedir el incremento con el argumento de que el nuevo impuesto desatará el contrabando del cigarrillo. ¿Cuál es la verdad? ¿Quiénes realmente están detrás del contrabando de cigarrillos?

Comenzaremos por decir que en enero de 1998, la industria tabacalera tuvo que publicar en la Internet un gran número de documentos internos, que hasta entonces habían sido secretos. Las primeras tandas que contenían cientos de miles de páginas fueron presentadas durante el juicio iniciado por los aseguradores de salud de los Estados Unidos en Minnesota.

En estos documentos quedó demostrado que la British American Tobacco y la Phillip Morris montaron operaciones bien planeadas para impulsar el contrabando. La Phillip Morris ha trasladado los registros concernientes a muchas de sus actividades ilegales a Suiza, a fin de evadir la vigilancia de los gobiernos que son victimizados por sus actividades fraudulentas, esto fue revelado en el juicio del Estado colombiano contra la Phillip Morris en el año 2000.

En realidad un incremento en los precios de los cigarrillos y de todos los subproductos del tabaco produce una reducción del consumo, particularmente en los jóvenes de bajos ingresos, en los potenciales nuevos fumadores y en los fumadores viejos de bajos ingresos.

Las tabacaleras en Panamá y sus cabilderos están fomentando la tesis que habrá más contrabando si se aumenta el impuesto, pero en realidad quien organiza el contrabando son los grandes distribuidores de las propias tabacaleras. Para enterarse de esto basta leer los documentos del juicio que se celebró en nuestro hermano país de Colombia hace varios años, en donde se divulgó que la Phillip Morris y la British Tobacco, utilizaban a Panamá para contrabandear en Colombia la marca de cigarrillo Belmont que ambas se disputaban en ese mercado.

El gobierno ha actuado bien y debemos incrementar el impuesto del tabaco y con ese dinero fortalecer al Ministerio de Salud, las clínicas de cesación de fumar, el deporte y la educación a nuestros jóvenes.

*Ingeniero y analista político.blandonc@cwpanama.net

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