• 30/11/2009 01:00

Campaña de 16 días en contra de la violencia de género

En todos los países del mundo, la violencia contra la mujer destruye la vida de niñas y mujeres, destroza familias y comunidades y le ro...

En todos los países del mundo, la violencia contra la mujer destruye la vida de niñas y mujeres, destroza familias y comunidades y le roba al mundo el talento que tan urgentemente necesita. Las mujeres y las niñas se convierten en un blanco en todas las etapas de su vida, debido a su género y sufren desde el aborto de fetos femeninos, pasando por la provisión inadecuada de servicios de salud y nutrición para las niñas, el matrimonio infantil, la trata, los asesinatos por “honor” o por las dotes, hasta el abandono y ostracismo de viudas —y ésta no es una lista exhaustiva.

La violencia es una pandemia global. Pasa a través de grupos étnicos, razas, clases, religiones, niveles de educación y fronteras internacionales —el único elemento común es que las víctimas son escogidas por el hecho de ser mujeres.

Desde 1991, el mundo ha reservado los 16 días desde el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer , hasta el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos , para resaltar la idea de que la violencia que se comete en contra de la mujer debido a su género es una violación de los derechos humanos. Esta violencia no es “ cultural ”, sino criminal. Es un problema de todos los países, que necesita una respuesta en proporción con la gravedad de los delitos.

Las diversas formas de violencia provienen de la baja condición tan arraigada y duradera que tienen las mujeres y las niñas en todo el mundo. Poner fin a la violencia exige no solo que aumente la cifra de criminales enjuiciados, sino también que trabajemos juntos rumbo a la igualdad plena de la mujer en todos los aspectos de la vida. La violencia de género no es un asunto exclusivo de la mujer; es un desafío mundial contra los derechos humanos y la seguridad. Es un problema internacional que exige soluciones internacionales y Estados Unidos está comprometido a colaborar con gobiernos, instituciones multilaterales y una amplia gama de socios privados —desde activistas y defensores de la mujer hasta sobrevivientes y líderes de la sociedad civil—, para acabar con la impunidad de quienes cometen estos crímenes y para garantizar que las leyes que reconocen la igualdad de la mujer y su derecho a ser libres de violencia se cumplan plenamente. Estamos trabajando para fomentar la participación del hombre en el proceso para poner fin a la violencia. Pedimos a los líderes religiosos que incorporen estos mensajes, coherentes con todas las creencias, en sus actividades y programas de alcance comunitario. Estamos ayudando a garantizar que niños y niñas en todos los países tengan acceso seguro e igualitario a una educación de alta calidad, que les enseñe el valor intrínseco de cada persona.

La secretaria Clinton ha hecho de este tema una máxima prioridad de la política exterior de los Estados Unidos. La administración Obama está también comprometida a poner fin a la violencia contra la mujer en los Estados Unidos, donde demasiadas mujeres aún sufren maltrato y abuso.

La mujer es clave para el progreso y la prosperidad en el siglo XXI. Cuando es marginada y maltratada, la humanidad no puede progresar. Cuando se respetan sus derechos y se le brinda igualdad de oportunidades en educación, salud, empleo y participación política, elevan el nivel de su familia, de su comunidad y de su país.

Es hora de que acabar con la violencia contra la mujer sea una prioridad para todos nosotros.

*Embajadora de Estados Unidos en Panamá.opinion@laestrella.com.pa

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