La independencia del contralor...

Después de mil vueltas, de subidas y bajadas, por fin vimos a los ‘Padres de la Patria’ lanzar la ‘fumata’ blanca y anunciar con 60 votos de los 61, que habían elegido al nuevo contralor general de la República. Minutos después el nuevo contralor, inscrito extrañamente en la contienda como candidato independiente, declaró que ‘modificará la Ley Orgánica de la Contraloría’ y ‘rendirá cuentas’ cuando así lo quieran los panameños; al tiempo que el señor presidente de la República expresaba su satisfacción por la elección de este personaje, que ‘garantiza la transparencia en la utilización de los fondos públicos’.

Hasta aquí, todo está dentro de la horma natural del país que nos hemos dado. Sin embargo, siempre quedan interrogantes y dudas que vuelan sin aclaraciones y que afloran del sentido común del panameño.

Primero, en este escenario corrupto de la partidocracia panameña, qué significa que ‘tirios y troyanos’ se hayan puesto de acuerdo sobre el candidato del partido gobernante, conociéndose los tantos escándalos de la cosa pública, que esperan investigación. Al igual que los resultados electorales circuitales recientes, esto da la imagen de estarse reafirmando, ni más ni menos, lo que justamente repudió el voto del 4 de mayo; es decir, la política de acciones fraudulentas del autoritarismo y de su mejor interlocutor, la partidocracia burocrática concentrada en los diputados.

Segundo, preguntamos: Federico Humbert, ¿’independiente’ de quién?; pues no podemos seguir tirando sombras sobre la realidad... Independiente de quién, cuando dona fondos (¿?) a la campaña presidencial del candidato Varela, forma parte de una agrupación política que lo apoya en su proceso electoral y es directivo del Grupo Banco General... Creo que para ponerle entera honestidad a la presentación, el nuevo contralor debiera agregarle a su justa condición académica, las de auténtico representante de la burguesía financiera nacional —la cual dirige los destinos de la nación—, y de legítimo aliado del señor presidente, lo que le confiere más bien una distante dependencia de los movimientos populares y capas medias de productores y profesionales del país, y contrariamente, la más alta coincidencia de intereses con el Ejecutivo.

Es importante esta precisión, porque hoy por hoy nuestra sociedad aspira a hacer su evaluación de la gestión pública a través de las acciones, más que por las especulaciones (ver para creer); y no puede ser que mañana se diga, por cualquier ‘desliz’ cometido en este atribulado hormiguero nacional, que ‘lo hecho era lo que quiso el ciudadano independiente’. Vale agradecer en este marco, la luz de una ‘Madre de la Patria’ (y no de un padre), que con principios inquebrantables supo defender la exacta aspiración de los ciudadanos honestos y decentes del país.

Y bien; por este camino solo nos queda desear los mejores éxitos al Sr. Humbert. Le toca trabajar (porque la otra no trabajaba); poner orden donde hay que ponerlo, descubrir por encima de cualquier pacto político realizado a los delincuentes que han saqueado los bienes públicos, enviarlos a la justicia como es el sentir y querer del ciudadano, y aplicar sin discriminación política, económica o social la Ley por igual, en bien de la transparencia de la nación.

Le recomendamos hacer una correcta lectura del libro de la conciencia nacional, dejado abierto por la concentración ciudadana de la Cinta Costera del domingo 23 de noviembre. Sin dudas, le toca fiscalizar los fondos públicos del Estado, pero no debe olvidar que al pueblo le toca fiscalizarlo a él; y la fragilidad estructural que presentan hoy nuestras instituciones no resiste ni siquiera un sismo de grado 3 en la escala Mercalli...

*MATEMÁTICO Y CONSULTOR AMBIENTAL.