• 24/07/2016 02:02

Cómplices de la mediocridad

‘Ojalá podamos despertar las conciencias adormecidas, sea por la costumbre, las canonjías o la desesperanza '

La repetida frase de que Panamá está condenada al éxito nos tiene obnubilados, cegados ante los retos que se nos presentan y nos hace cómplices de la falta de acción y de voluntad de corregir entuertos que se presentan ante nosotros. El actual Gobierno, que tan mal parado salió del desastroso Gobierno anterior, ha tenido todas las oportunidades para hacer una gestión ejemplar y ya se nota que no la va a hacer y también, que no le interesa hacerla.

Veamos el caso de los grupos de acción como OCDE, GAFI y otros, que sacan y ponen a Panamá en listas variopintas como en un juego de mesa. Parte del problema que existe es el cumplimiento con los ajustes o acciones a los que el país se compromete a hacer y entregar y no lo hace. De igual forma, los estrategas de la comunicación y el manejo de control de daños, parece que estuvieran de vacaciones o en recreo, pues para nadie era un secreto lo que se estaba cocinando con los #MossackFonsecaPapers, las advertencias que se le habían hecho al presidente sobre mantener en su Gabinete, aunque fuera en calidad de ministro consejero, a uno de los dueños del bufete, pero la desatención o indiferencia a responder y proteger nuestro país pudieron más, y ya sabemos las consecuencias.

En el caso de los señalados en la Lista Clinton, se creó una comisión compuesta por las carteras de Comercio, Trabajo y Economía para lidiar en los daños que se le han causado a los comercios arbitrariamente incluidos, pero la Cancillería se desentendió y esto ha sido un inmenso error, ya que, por ser la que rige las relaciones con los Estados, debió haber encabezado la gestión ante ese abuso cometido por la OFAC, causando un daño irreparable a la economía nacional y muy especialmente, a la libertad de expresión e información, al amordazar y ponerle una espada de Damocles a los diarios La Estrella de Panamá y El Siglo , que aún pende sobre sus cabezas.

Actuamos como niños malcriados cuando debemos empinarnos sobre nuestras flaquezas y dar un ejemplo de madurez, después de haber celebrado con tanta fanfarria la apertura del canal ampliado. El pasado 14 de julio, en la conmemoración de la Embajada de Francia, se pudo haber dado un ejemplo de altura emitiendo una resolución de condena por los actos terroristas que ese mismo día abatieron a Niza, causando casi 100 muertos y la misma cantidad de heridos. Pero el presidente prefirió asistir a una degustación de vinos que produce su empresa, en el salón de al lado del hotel donde se celebraba la Toma de la Bastilla, que elevar la imagen de Panamá ante los ojos del mundo.

Hay que ir tomando consciencia de hacia dónde vamos como país. Es lamentable que se vea a los diputados como los representantes de los partidos políticos cuando están lejos de serlo, son representantes de sus propios intereses ni siquiera de las personas que los votaron para que salieran electos. Los partidos se han dejado suplantar en ese importante rol por estar tras prebendas con la Asamblea Nacional, y no les importa hacer alianzas hasta con el mismo diablo, a fin de mantener sus jugosas canonjías y beneficios. Así tenemos un Gobierno extremadamente mediocre y falto de voluntad, aupado por una asamblea que lo respalda para conseguir jugosas partidas circuitales que les permitirán una reelección a los diputados nacionales. Es un círculo vicioso que no se logra romper. Y ni hablar de los manejos de los magistrados en la Corte Suprema. Veamos nada más en lo que se ha avanzado en el caso del prófugo de Miami y las peleas que tienen entre sí los miembros de esa corporación de justicia, amordazados por sus diferencias entre sí y sus compromisos con quien los nombró.

Ojalá podamos despertar las conciencias adormecidas, sea por la costumbre, las canonjías o la desesperanza. No debería pagársele a un político más que a un docente, pero ya vemos que la realidad está lejos de esa aspiración que en su oportunidad mencionó el expresidente uruguayo José Mujica.

ARQUITECTA Y EX MINISTRA DE ESTADO.

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