• 11/02/2017 01:03

La corrupción es caníbal

‘Este es un momento coyuntural, sumamente valioso, para que nos hagamos sentir; porque queda expuesto el canibalismo del poder panameño'

El ‘incorruptible Robespierre', gobernó Francia utilizando gran rigor; con persecuciones políticas y juicios constantes, que llegaban inclusive a la pena de muerte. Su objetivo era adecentar la Revolución francesa con mano de hierro; para lo cual se valió de la guillotina muy frecuentemente. Sin embargo, al año murió guillotinado; dado el enorme desasosiego que generó a los pies de su propio Gobierno. ¿Algo similar a lo que está pasando en Panamá? El presidente que inició todos estos juicios por corrupción, ahora está siendo cuestionado por la misma causa. ¿Será que la historia se repite en espiral, como decían por allí? (Como también decía, precisamente Arnulfo Arias). O será que los humanos no terminamos de entender que cada acción genera una reacción, y debemos hacernos responsables de nuestros propios actos. Porque el ‘libre albedrío' no es solo cuestión de fe y moralidad, sino también de lógica y sensatez.

Da vergüenza lo que está ocurriendo en Panamá; adultos, gente con mucho dinero, de cuello blanco, formando una algarabía política de poca monta, como si fueran verduleras de patio, exhibiendo las enaguas, tirándose los platos entre ellas mismas. ¿Acaso este es el Panamá de primer mundo que siempre abanderan todos estos ‘señores' excedidos en dinero, defensores del crecimiento y el capitalismo salvaje? En medio de tanta podredumbre, el barrio, el gueto, el tercer mundo se les sale por los poros, con tal fetidez que ni siquiera el perfume más caro y fino (curiosamente, francés también…) podría quitarle las moscas de encima. Y después tienen el descaro de preguntarse: ‘¿Por qué la comunidad internacional nos llama ‘grises' y no nos respeta?'. Porque en este punto sobran los sacos y las corbatas; por dinero, se revela la verdadera naturaleza de las personas, sin importar que sean carteristas, militares, abogados, empresarios, pobres o ricos. Siendo presa de sus bajas pasiones, aunque los encumbren, jamás dejarán la bajeza.

Nuestro pueblo debió amanecer en el parque Porras, en cabildo abierto, exigiendo la reconstitución moral, legal y política de toda la República. Pero en este país, la corrupción nos secuestró, encerrando tanta pobreza (monetaria y moral) entre edificios lujosos. El pueblo sufre del síndrome de la mujer maltratada (por el Gobierno) y ve esto como si fuera un lío de ‘faldas' entre su marido, sus amigas y sus amantes. Pero lo peor de todo es que lo acepta, como si nada; aunque ese ‘marido' malgaste el dinero del trabajo de ella misma, y de sus hijos, con sus amigas y amantes... Si da mucha vergüenza lo que está ocurriendo en Panamá, la reacción popular a esta bomba fecal da escalofríos, terror. Porque parece que en este país le hubiéramos perdido el temor a Dios, a la muerte o al destino.

¿Por qué la iglesia no sale contundentemente? ¿Por qué esto muere como bochinche de novela entre titulares de las horas pico? ¿Por qué aceptamos tanto miasma, condenando el futuro de Panamá a por siempre corrupta? En Brasil el pueblo salió a la calle, y de allí vino todo lo demás. Quiere decir que si los brasileños no se activan, la procuradora tampoco ni nos enteramos de toda esta cadena de eventos desafortunadamente asquerosos. ¿O será porque aquí no solo el Gobierno es el que vive en el mundo de las fantasías, sino el pueblo también?

Este es un momento coyuntural, sumamente valioso, para que nos hagamos sentir; porque queda expuesto el canibalismo del poder panameño. Entonces vemos que la política panameña se dirige como negocio para un par de ‘tiburones' que se apropian del dinero de nuestro desarrollo. Tal es la génesis, el origen de: los problemas de aseo, falta de agua, tránsito, tranques, mala educación, mala salud, mala seguridad. Entiéndase: la corrupción. Y si usted como ciudadano no levanta su protesta definitiva y contundentemente, entonces usted habrá y tendrá que aceptar su complicidad en que el país no avance y se pierda a manos de tanto maleante.

INGENIERO EN SISTEMAS.

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