• 14/02/2018 01:00

Libros en la fortaleza

En esta ocasión, el encuentro se realizó del 1 al 11 de febrero y se dedicó a rendir homenaje a Eusebio Leal Spengler, historiador de la ciudad de La Habana

La producción editorial y la lectura constituyen una constante de la política cultural en Cuba. Hay un permanente interés por la divulgación del conocimiento y la obra de sus científicos e intelectuales, consolidada en textos, imágenes y otros formatos que proporcionan las nuevas tecnologías.

A inicios de febrero se desarrolla anualmente en su capital La Habana, la Feria Internacional del Libro que reúne un conjunto de actividades en torno de esta industria del papel y que acoge a países participantes, casas empresariales y diferentes organismos que se desenvuelven en este contexto.

En esta ocasión, el encuentro se realizó del 1 al 11 de febrero y se dedicó a rendir homenaje a Eusebio Leal Spengler, historiador de la ciudad de La Habana. El país invitado fue la República Popular China. Reunió un total de 467 invitados de 41 países que presentaron en conjunto unos 4,000 títulos y dos millones de ejemplares. Cifras cuantiosas para un país latinoamericano con limitaciones evidentes y un bloqueo económico.

El lugar escogido para el desarrollo de esta feria internacional es la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, un promontorio colonial situado frente a la bahía de la capital cubana, al que se llega por dos vías. O se toma un autobús en la Habana Vieja, frente al Capitolio y se atraviesa un túnel bajo el mar hasta llegar a los alrededores del fortín; pero también se puede ir por vía marítima desde un pequeño puerto del malecón en el municipio de Regla.

Cuando se ha cruzado en una pequeña lancha cuya tarifa es un peso, el equivalente a cuatro centésimos, se llega a un pintoresco pueblecito llamado Casablanca y desde allí, se asciende por callejuelas para contemplar la ciudad enfrente, del otro lado del estrecho que forma la bahía en ese punto. Primero se encuentran unos viejos paredones; se entra por algún espacio escondido entre los muros y los cañones y balas ancestrales.

La fortaleza es un conjunto laberíntico de callejuelas y bóvedas en la cima del lugar. La multitud se mueve con rapidez en la búsqueda de títulos novedosos. Cada puerta, se abre para mostrar el repertorio de materiales de estreno y otros que son clásicos o que se buscan con mucho afán. Literatura propiamente dicha con novelistas, cuentistas y poetas que abundan en la isla; propuestas técnicas en todo tipo de asuntos y los coloridos infantiles.

Los autores que presentan primicias, brindan conferencias o participan en mesas redondas. La poética siempre profundiza en sus referentes y surgen trabajos que exploran la realidad desde otras perspectivas. Pero también, aspectos místicos y vinculados con todo tipo de creencias; entre ellas, las autóctonas. La dedicación a Leal, abre también interés en la historia tanto en relación con la ciudad como con esa comunidad inquieta del Caribe.

Entre las personalidades que asistieron se encuentran Marianne Ponsford, directora del Centro Regional para el Fomento de la Lectura en América Latina y el Caribe, la escritora colombiana Piedad Bonnett, el venezolano Luis Britto García, Michel Collon, autor de El mundo después de Trump. Además, Liu Zhenyun, redactor chino de Teléfono móvil, José Alberto Galindo con Y es que… su vida se convirtió en canción, entre otros.

El deporte, la infancia, la mujer, nuevas tecnologías estimulan el interés en la investigación y son tratados en textos que fueron presentados. Además, hubo coloquios, mesas redondas, recitales, lecturas de cuento, debates y una amplia gama de presentaciones culturales que incluyeron conciertos y danzas del país invitado; así como iniciativas de las propias casas impresoras.

Esta feria de volúmenes editoriales constituye una de las más importantes citas en este ámbito y demuestra el papel que tiene el libro en las transformaciones de ese país y su proyección internacional.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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