• 29/04/2018 02:03

De calidad sin control

 Es nuestro derecho rechazar productos y servicios que no satisfacen

El control de calidad conlleva la revisión, la evaluación de algo. Si bien es común en lo referente a la producción de productos alimenticios, electrodomésticos, construcciones, etc., también se encuentra en empresas dedicadas al servicio. Considerando que damos nuestro voto a los políticos para que nos brinden buenos servicios como gobernantes, ¿por qué, para no repetir errores, no aplicarles control de calidad para escogerlos ‘sin defectos de fábrica', desgastados, dañados u obsoletos? Es nuestro derecho rechazar productos y servicios que no satisfacen; y aunque es más cómodo conformarse que exigir, en política tiene un alto costo esa conformidad. Póngase a pensar. Cuando va a comprar auto, estufa, o algún electrodoméstico desea que le preste buen servicio, que no le metan ‘cují'; y para asegurarse compara marcas, precios, especificaciones, garantía. Un proceso similar para escoger a quienes van a dirigir el país ¿por qué no? Un buen número de ciudadanos se consideran aptos para ponerse al frente de cargos que determinarán el futuro de mi barrio, mi distrito, mi país, ¿pero lo están? Eso lo decidimos nosotros, no ellos; nos corresponde determinar la calidad de los candidatos que nos convienen para el progreso y la paz de Panamá. ¿Por qué no empezar ya nuestros controles para ir sumando o restando puntos a lo largo de los meses que faltan para mayo 2019?

Tenemos las cicatrices que nos han dejado candidatos que no sometimos a controles de calidad. Lograron triunfar porque nosotros, los electores, les abrimos la puerta; y no pocos llegaron sin las condiciones mínimas para hacer un papel decoroso. La carencia de cualidades y capacidades permitió que algunos cabezas de chorlito, vagos, pillos (algunos con manchado historial de conocimiento público) estén en posición de gobernarnos (mal gobernarnos); y de ñapa, que gocen de inmerecidos privilegios. Y sucedió por nuestra indiferencia y resignación y porque ‘así ha sido siempre'. ¿Vamos a seguir eligiéndolos bajo los mismos parámetros? No, si desde ahora empezamos a calibrarlos; a tacharlos de la lista de los finalistas. Debemos ser superexigentes con la candidatura presidencial; esta persona, aparte de inteligencia, cultura, manejo político, don de mando y de organización debe darle lustre al país; alguien que no nos exponga a la vergüenza de ver el nombre de Panamá enlodado mundialmente en escándalos de corrupción; en esta figura reposa la gran responsabilidad de decidir sabiamente quiénes lo acompañarán en su gabinete ejecutivo. ¿Cuántos diputados, alcaldes, representantes de corregimiento actuales se están ganando el derecho a la reelección o a subir un escalón en su carrera política? Es pregunta que debería estar en el proceso de selección. Si tuviéramos el buen tino de cerrarles el paso a los que nos han defraudado saldríamos ganando.

La Asamblea actual resulta decepcionante. La participación de algunos de sus miembros en los debates ha sido vergonzosa por decir lo menos; la falta de transparencia, la irresponsabilidad de los legisladores en el quinquenio Martinelli fue heredada por los actuales (salvo excepciones). En este período, aparte del entorpecer para no permitirnos conocer el uso de dinero en la Planilla 080, se suma la crónica y consentida inasistencia mediante el abuso de ‘licencias' con sueldo, por supuesto, que no son más que descarados parapetos de ‘paveadas'. ¿Por qué reelegir a diputados más interesados en ser bodegueros de barrio o en hacer de representante de corregimiento, que en cumplir con el deber de legislar? Es el caso del diputado que en el primer trimestre 2016 (41 sesiones) estuvo de licencia 40 veces; y con 50 licencias el segundo trimestre, (hubo 52 sesiones) equivalentes a tres meses calendario; y vale aclarar que en el período actual las ‘licencias' siguen de fiesta y otros le pisan los talones al ruidoso diputado. Estos datos están disponibles en el nodo de transparencia de la Asamblea Nacional para los que se interesan en conocer el sentido de responsabilidad de diputados que pretenden reelegirse. ¿Seguiremos eligiendo diputados que parecen estar en estado catatónico con la mirada clavada en el celular, ajenos al debate? ¿Por qué los partidos políticos insisten en postular candidatos desprestigiados? ¡Ah, porque arrastran votos! Con criterio tan inescrupuloso se explica el deterioro de la imagen de los partidos políticos. Hay quienes sostienen que a este pueblo ya no se le puede engañar, afirmación con la que discrepo. Cuando la realidad es cotidianamente amarga nos dejamos ganar por la ilusión de mejores días para no caer en el oscuro agujero de la desesperanza. De esa ilusión se aprovechan, sin sentir los mordiscos de la mala conciencia, los mercaderes de la política. Sucederá si nuevamente lo permitimos.

COMUNICADORA SOCIAL.

‘¿Por qué no empezar ya nuestros controles para ir sumando o restando puntos a lo largo de los meses que faltan para mayo 2019?'

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