• 04/06/2018 02:01

Duque y Petro se disputarán la Presidencia de Colombia

Los votos de Sergio Fajardo, Germán Vargas Lleras y Humberto de la Calle son objeto de deseo del candidato uribista, Iván Duque, y del izquierdista Gustavo Petro

El candidato uribista, Iván Duque (41 años), y el izquierdista Gustavo Petro (58 años), se disputarán la Presidencia en la segunda vuelta del 17 de junio. La votación, en la que se impuso Duque, confirma el panorama de confrontación ideológica que dominó la campaña y obligará a los ciudadanos a elegir entre dos opciones en las antípodas que rompen con el legado de Juan Manuel Santos.

La primera vuelta dio estos resultados: ganadores para la segunda vuelta, Iván Duque con 7 558 232 votos (39,14 %) y Gustavo Petro con 4 845 489 votos (25,09 %), mientras que de tercer lugar quedó Sergio Fajardo 4 585 970 votos (23,74 %), luego, Germán Vargas Lleras (Cambio Radical) con 1 407 840 (7,285 %) y Humberto de la Calle (Partido Liberal) con 399 118 votos (2,06 %).

Las elecciones presidenciales en Colombia dieron muchas sorpresas, por ejemplo, ganó el voto de opinión frente a las maquinarias políticas tradicionales (compra de votos, fraude electoral), los partidos tradicionales, el partido Liberal y el partido Conservador, ya no tienen peso político en Colombia; ninguno de los candidatos tuvo la suficiente fuerza para superar la barrera del 50 % de los votos y ganar en primera vuelta; no obstante, Duque se quedó en el 39,13 %, unos 2,7 millones de votos por encima de Petro, que logró el 25,09 %. Estos dos dirigentes encarnan visiones del mundo radicalmente enfrentadas y, sin embargo, ahora tendrán que intentar tejer alianzas para sumar apoyos con vistas a la segunda vuelta. Para ganar el centro, Duque tendrá que ser muy claro sobre lo que haría con el acuerdo de paz, distanciarse un poco de Uribe y repetir la palabra Venezuela. Petro, en cambio, deberá evitar hablar de expropiaciones, prometer estabilidad económica y proteger la paz en Colombia.

Los votos de Sergio Fajardo, Germán Vargas Lleras y Humberto de la Calle son objeto de deseo del candidato uribista, Iván Duque, y del izquierdista Gustavo Petro. Entre los aliados que apoyaron a Fajardo hay figuras, como su fórmula vicepresidencial Claudia López y Antonio Navarro, dos fuerzas de izquierda, que de seguro se irán con Petro. De La Calle y Vargas Lleras, fuerzas de derecha dura, se irán con Duque.

En todo caso, el 64 % de los colombianos optó por las candidaturas más extremas y entre ellas deberán escoger al nuevo presidente el domingo 17 de junio, que en Colombia se celebra el Día del Padre. La elección será trágica, porque, en el caso de preferir a Duque, los colombianos respaldarían al candidato de la oligarquía, que se opuso al proceso de paz, que tiene un odio enconado contra Juan Manuel Santos, y está aliado no solo con los sectores más conservadores de los terratenientes y la industria, sino también con los fanáticos religiosos, tanto del catolicismo como de las iglesias evangélicas.

Si se escoge a Gustavo Petro, se apoyaría un Gobierno progresista, que se basa en que casi el 27 % de la población vive en pobreza y en las zonas rurales la estadística se eleva y hay que darle solución a este problema. Muchos analistas prevén que una victoria de Petro produciría tal conmoción que abocaría, casi automáticamente, a una fuga de capitales, devaluación del peso, incertidumbre en la inversión internacional y a un cúmulo de problemas económicos que volverían al país inmanejable.

Me parece que Duque tiene todas las de ganar, pero Petro deja sonando la campanilla del triunfo a corto plazo, siempre y cuando Duque dinamice aún más las contradicciones sociales y desaparezca la clase media colombiana, que es la que se expresó contundentemente, en esta primera vuelta.

Quizás este ejemplo nos prepare para las elecciones presidenciales panameñas en mayo del 2019, seguro que los partidos tradicionales (Panameñista, PRD y CD) se irán a pique, han perdido fuerza y están en un grave deterioro político, no tienen lideres nuevos, persisten en su resquebrajados líderes de antaño; esta coyuntura política hace surgir una alianza, que integre parte del PRD, lo que quede del CD y el nuevo Alianza de Muñoz, que impondrán un candidato(a) de alianza, representante de la oligarquía nacional, que deje todo como está, que repare las profundas heridas del Gobierno anterior y maneje moderadamente todo lo concerniente a la coima, el fraude y la corrupción.

Todavía en Panamá no podemos apostarle al voto de opinión, persiste el clientelismo y el liderazgo populista. Esta es nuestra cruda realidad, pero hay que mirar hacia otros países y aprender lo nuevo, elevar nuestra cultura política, dinamizar el voto de opinión y acabar con el clientelismo.

ECONOMISTA

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