• 05/06/2018 02:01

Ciclovías para El Valle de Antón: buena idea, mal proyecto

‘Pasa el tiempo, y las voces y las recomendaciones de muchos para mejorar el proyecto parecen no tener efecto en las autoridades'

Cuando me enteré de una propuesta de aceras y ciclovías para El Valle de Antón, no pude menos que regocijarme por tan buena idea, ya que en esta pequeña comunidad de las montañas de Coclé, la bicicleta y la movilidad peatonal, sin duda, constituyen las modalidades de transporte más utilizadas por los lugareños para realizar sus actividades diarias, hasta ahora, desprovistas de espacios seguros y adecuados.

Al indagar más sobre el proyecto, pude ver que se trataba de un maquillaje urbano promovido por la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), con el fin de hacer la vía Central de El Valle más atractiva a la mirada de los visitantes y turistas que suben casi a diario desde los hoteles de playa, adornándola con aceras de adoquines y vías para bicicletas.

El proyecto fue otorgado por la ATP en el 2016, bajo la perversa modalidad de ‘diseño y construcción' por un monto de más de cuatro millones de balboas, los cuales, además de aceras y ciclo vías, cubren iluminación, soterramiento de drenajes, estacionamientos, paradas de buses y arborización, y cubre tan solo 2.2 kilómetros de la vía Central, desde el Paseo del Valle, el nuevo centro comercial que alberga un hotel y varios negocios, hasta la iglesia que honra a San José, patrono de El Valle.

El proyecto no incluye ningún trabajo a la rodadura de la vía Central de El Valle, elemento esencial y principal que debiera estar integrado a estas mejoras, pero peor aún, deja por fuera dos tramos muy importantes de esta calle, de aproximadamente 200 metros lineales cada uno, que van desde el Centro Comercial El Valle hasta el Paseo del Valle, y desde la iglesia hasta el minimercado Oriente, en el área que se conoce como La Reforma, generando con ello cuellos de botella y situaciones de potencial peligro e inseguridad para la gran cantidad de vallunos que también se movilizan a pie o en bicicleta por estos tramos.

Esta iniciativa de la ATP curiosamente, por decir lo menos, deja por fuera el mejoramiento de los puntos de interés turístico en El Valle, como lo son, entre otros, el zoológico de El Níspero, la piedra de los jeroglíficos y la india dormida, los pozos termales, el chorro Las Mozas o el chorro El Macho con su cable (‘canopy') entre los árboles, el serpentario, el cultivo de orquídeas y el mariposario, todos puntos de atracción y destino de quienes visitan el área y que generan puestos de trabajo para cientos de personas que laboran en esos sitios.

A pesar de los esfuerzos que he realizado por conocer los detalles de diseño y especificaciones del proyecto, me ha sido imposible lograr una respuesta u obtener datos concretos de parte de las personas responsables del mismo. Por ejemplo, preocupa que el estudio de impacto ambiental contratado por la ATP y ya autorizado por MiAmbiente haya aceptado una clasificación de Categoría I, a pesar de los riesgos de inundación, erosión y aumento de caudales en las quebradas y riachuelos que atraviesan la vía Central, producto del manejo de aguas que propone el proyecto, que cambia los canales abiertos pluviales que hoy existen por tuberías soterradas para generar los nuevos espacios donde correrán las aceras y las ciclo vías.

Un grupo de ciudadanos oriundos de El Valle y un grupo de comerciantes han expresado su interés por mejorar el proyecto para ajustarlo a las necesidades de la población y evitar que se afecten sus negocios, tanto en el proceso de construcción (vía Argentina) como en su fase culminada, donde los estacionamientos de muchos negocios se reducen o se eliminan al momento de aplicar un diseño y una servidumbre que por años no fue bien manejada por las autoridades pertinentes, o que sencillamente estuvo al vaivén de la costumbre, como suele suceder en muchas localidades del interior de la República.

Pero pasa el tiempo, y las voces y las recomendaciones de muchos para mejorar el proyecto parecen no tener efecto en las autoridades, percibiéndose una falta de disposición para escuchar la opinión ciudadana y un sospechoso apuro del Concejo Municipal de Antón y la alcaldesa del distrito para iniciar de todas maneras el proyecto.

Lástima, otra buena idea que se convertirá en un mal proyecto.

INGENIERO

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