• 25/07/2018 02:00

‘Seguid alzando la voz'

‘Debemos actuar, participar e incentivar a otros a participar para generar los cambios que como sociedad deseamos'

Recientemente se cumplieron 100 años del nacimiento de Nelson Mandela, y la fundación que lleva su nombre invitó al expresidente Barack Obama a que diera un discurso ante más de 15,000 jóvenes en un estadio de Johannesburgo.

Nadie duda de la capacidad oratoria de Obama, de la facilidad que tiene para conectar ideas y que estas generen sentimientos y emociones en la gente, este discurso no fue la excepción.

De su contenido, mencionare algunos conceptos para destacar y tratar de conectarlos con realidades de nuestra región, temas que, en concepto de este servidor, siguen inquietando, pues veo con asombro como, a pesar de las señales de alerta, muchos dirigentes se empeñan en ignorar.

Por ejemplo, en días pasados estalló en el Perú un gran escándalo que ha estremecido a la sociedad e implosionado la justicia.

En la provincia de El Callao, la Fiscalía inicio -en 2017- una investigación que buscaba desmantelar una banda del narcotráfico. Para ello, con autorización de un juez, hicieron una serie de interceptaciones telefónicas y, o sorpresa, comenzaron a aparecer en estas llamadas nombres de personas ligadas a la Corte Suprema de Justicia, al Consejo Nacional de la Magistratura, empresarios y algunos políticos.

Si bien la investigación no relaciona a los involucrados con el narcotráfico, si lo hace con el hecho del abuso de poder, tráfico de influencias y hasta la venta de sentencias. Cuando esto se volvió enorme, la fiscal que investigaba el caso es retirada y la investigación se paraliza. Es decir, trataron de tapar el sol con un dedo, cosa que el mundo de hoy, es prácticamente imposible y, a la final todos los audios salieron a la luz pública.

La indignación de la sociedad y, bajo la consigna ‘Que se vayan todos' ha provocado movilizaciones y protestas en todo el país. Cabe recordar que cuatro expresidentes –Kuczynski, Humala, García y Toledo- están bajo investigación por el caso Odebrecht, con lo cual, la tensión en el país ya era enorme y la justicia estaba ante el reto de impartir justicia y, ahora estalla este escándalo.

Volviendo al discurso de Obama, este entre otras cosas dijo: ‘Por eso tenemos que empezar por reconocer que, por más leyes que existan sobre el papel, por más declaraciones maravillosas que figuren en las constituciones, por más bellas palabras que se hayan pronunciado en las últimas décadas en las cumbres internacionales o en los pasillos de Naciones Unidas, las viejas estructuras de poder y privilegio, de injusticia y explotación nunca desaparecieron del todo. Nunca se desmantelaron por completo'.

Cualquier parecido con la realidad, no es casualidad, es una triste realidad que afecta a muchos países. El caso mencionado del Perú, no es exclusivo. Odebrecht contaminó a buena parte de los gobiernos de la región, a muchos dirigentes. Si miramos realidades como las de Nicaragua y Venezuela, donde la corrupción y el deseo desmedido de aferrarse al poder por el poder en sí mismo, sin importar ni respetar los derechos humanos, la libertad de expresión y los principios democráticos -pudiéramos seguir enumerando países de la región-, la esencia básica del problema quizás es común. La debilidad de las instituciones, producto a su vez, de la debilidad de sus dirigentes.

En el discurso Obama pareciera que lo dijo pensando más en nuestros países que en Mandela pero, en todo caso la cita es apropiada: ‘La democracia necesita unas instituciones fuertes, y la protección de los derechos de las minorías, y un sistema de controles y equilibrios, y libertad de expresión, y libertad de prensa, y el derecho a protestar y a reclamar al gobierno, y un aparato judicial independiente, y que todo el mundo tenga la obligación de respetar la ley'.

También fue un paso más allá y dijo: ‘La democracia significa estar en contacto y en sintonía con la vida de nuestras comunidades, y eso es lo que debemos exigir a nuestros líderes, y será posible si desde la base cultivamos unos líderes que sean capaces de introducir cambios sobre el terreno y decir a las autoridades, en sus elegantes despachos, que sus ideas no funcionan en la calle'.

El mensaje es claro, debemos seguir alzando la voz, seguir creyendo, avanzar y construir. También debemos actuar, participar e incentivar a otros a participar para generar los cambios que como sociedad deseamos. La democracia es perfectible y depende que todos hagamos nuestra parte.

CONSULTOR POLÍTICO

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