• 16/01/2019 01:03

La JMJ, la Iglesia católica y nuestro futuro

El otro tema, que a los seglares panameños nos interesa, es el cambio que deseamos ver en la conducta de los políticos criollos

Comienzan a arribar a nuestro Panamá grupos de jóvenes de los miles que aún faltan por llegar en los próximos días. Se congregarán aquí para ser los protagonistas, junto con el papa, de un encuentro que reafirmará el valor de la juventud frente los desafíos a la credibilidad que enfrenta la Iglesia católica. Pero también esperamos que sus ideales y su optimismo lleguen a contagiar a nuestros jóvenes panameños y a todos nos transmitan la energía necesaria para lograr los cambios que necesitamos en la amoral política que nos asfixia.

Un aspecto importante que preocupa al papa son las genuinas vocaciones sacerdotales que ayuden a recobrar la confianza de su feligresía. Con valentía el papa ha enfrentado conocidos temas críticos y ha cuestionado que la Iglesia pueda estarse convirtiendo en ‘una reliquia del pasado… porque quizás ha tenido respuestas para la infancia del hombre, pero no para su edad adulta'. Afortunadamente se ha comprobado que las JMJ han contribuido enormemente a despertar las vocaciones sacerdotales y religiosas. De ahí que un aspecto importante en el marco de la JMJ será la Feria Vocacional, evento en el que todos los jóvenes peregrinos tendrán la oportunidad de profundizar acerca de su vocación, mediante talleres, orientación y conversatorios que les ayude a discernir su genuina vocación.

El otro tema, que a los seglares panameños nos interesa, es el cambio que deseamos ver en la conducta de los políticos criollos. Aspiramos a que los jóvenes visitantes se puedan convertir en un poderoso fermento que inyecte de sana energía renovadora a la juventud panameña, especialmente incentivando a su participación en el escogimiento de las autoridades que nos gobernarán en el próximo lustro. Se estima que los jóvenes de 18 y 30 años, que votarán en las próximas elecciones, podrían representar entre el 30 % y 40 % de los votantes.

En ese aspecto los mensajes del papa han sido reiterativos; no se han limitado al aspecto pastoral religioso. En Paraguay y en Colombia le lanzó el reto conocido: ‘Armen lío! Hagan lío y organícenlo bien'. Con ello les pidió que no fueran jóvenes debiluchos y reiteró: ‘No vinimos a este mundo a ‘vegetar', a pasarla cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca; al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella' y en Brasil les instó a no ‘balconear', sino a ser protagonistas y a no quedarse como espectadores pasivos de la vida. ‘¡No balconeen la vida…! ¡Métanse en ella!'.

Ese protagonismo, según Francisco, puede lograr la superación de las ‘dificultades del camino y construir un país que sea patria y casa para todos… la nación que siempre hemos soñado… en que todos tienen cabida y todos son importantes. En la diversidad está la riqueza'. En un mensaje a los mexicanos, aplicable a todos, señaló que ‘el futuro nos exige una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza'.

La cita en Panamá será de trascendencia para nuestra cotidianidad y nos toca dedicarle la debida atención, con el fin de poder discernir su verdadera dimensión y lograr un impacto positivo real en nuestro país. Nos anima Francisco: ‘Seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad. Demos aliento a la generosidad que caracteriza a los jóvenes, ayudémoslos a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor: son un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad'.

EXDIPUTADA

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