• 19/01/2019 01:03

JMJ o el capital no tiene religión

‘Bienvenidos, peregrinos y papa Francisco, al país donde el capital una vez más prueba que no tiene religión, pero se aprovecha de ella'

Frente al tema de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), me ha tocado conocer por diversas fuentes una serie de posiciones en favor y en contra que me llevaron a concluir que se han manifestado cuatro posiciones fundamentales, mismas que podemos compartir en este artículo.

Una de ellas favorece la realización del evento, vaciada de su contenido histórico. Se trata de quienes su interés es meramente religioso o bien exclusivamente escatológico, ignorando las contradicciones sociales existentes. Al parecer, la mayoría de los participantes hacen parte de esta visión.

Otra de las posiciones favorece la concreción del evento, entendida en su perspectiva escatológica, pero también histórica. En tal caso, como el propio papa reconoce y que hace poco el padre Teófilo Rodríguez recalcó, se trata de un acontecimiento que está rodeado y debe responder a las contradicciones sociales de nuestros tiempos.

En efecto, el reverendo Teófilo, en lenguaje teológico, destacó que el mismo Jesús declararía en su vida pública: ‘no piensen que he venido a traer paz a la tierra, no he venido a traer paz, sino espada a la tierra…'. ‘El que encuentra su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí la encontrará (Mt. 10. 34,39)'. Toda su vida pública va encausada en atraer a los marginados, enfermos, perturbados por el mal; es decir, a todos los pecadores. Él mismo se hará pecado por nosotros —nos decía este sacerdote colonense.

En este sentido, al reconocer quiénes son los marginados de hoy, los enfermos de hoy… y buscar atraerlos en sentido histórico, cabe hablar de la superación de sus males enfrentando las raíces del sistema que hoy provoca sus respectivas dolencias de pobreza y enfermedad. Es aquí donde el papa ha repetido en múltiples foros y homilías que hay que superar el sistema económico social que vivimos basado en la codicia.

Un tercer criterio adversa la realización de la JMJ en Panamá, aduciendo que se está gastando mucho dinero de sus impuestos o que podrían servir para solventar necesidades nacionales. Evidentemente, choca al que ha asistido en estos días a establecimientos de atención médica y, a pesar de existir ciertos medicamentos en depósito, no pueda ser prescrito por los médicos a los pacientes panameños, porque el Gobierno quiere quedar bien ante el Vaticano.

El rechazo, empero, consiste en adversar el evento considerando que más pierde el país que lo que gana. Pero además, que esta ganancia va a parar a manos de la Iglesia católica. En esta posición se dan la mano los grupos del infantilismo de la izquierda anticlerical con aquellos grupos religiosos que adversan fervientemente a la Iglesia católica.

Frente a esta tendencia ideológica, existe una cuarta postura, mucho más madura que reconoce y le recuerda a las autoridades religiosas que no cabe obviar en este evento las contradicciones sociales existentes.

La carta dirigida al papa de la red de organizaciones populares denominada Alianza Estratégica Nacional es un ejemplo de esta cuarta perspectiva. En su carta manifestaron que: ‘El despojo de tierras y viviendas no cesa y ha causado enormes daños a nuestro medio ambiente (...) profundizados estos por el actual Gobierno del presidente Juan Carlos Varela, que no tiene en cuenta la doctrina social de la Iglesia' (AEN, enero 15 de 2019).

Es decir, no caen en la inmadurez de adjudicarle al evento y al mismo papa Francisco el hacerse de ganancias a nombre de estos. Lo que revela que el capital no tiene religión; sino que se aprovecha de ellas, de aquí que respalden toda esta clase de eventos, mientras se mantenga predominando la perspectiva religiosa ahistórica que mencionamos anteriormente.

Los de la AEN, no solo hacen la diferencia entre la honestidad y sensibilidad social del papa, y la hipocresía de los grandes empresarios amparados por los Gobiernos, que han visto la oportunidad de hacer pingües ganancias a nombre de este histórico evento.

Desde las comidas prepagadas para los peregrinos, hasta los seguros privados que los cubren y pasajes de transportes aéreos, pasando por las construcciones de infraestructuras físicas —muy criticadas por lo exagerado de los costos— todas, pero todas son oportunidades que el gran capital privado ha sabido usufructuar.

Bienvenidos, peregrinos y papa Francisco, al país donde el capital una vez más prueba que no tiene religión, pero se aprovecha de ella.

SOCIÓLOGO Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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