• 28/01/2019 01:00

La diplomacia trumponiana en progreso

Miren, muchachos nuevos, Fidel se nos fue, mucho, pero mucho antes siquiera de la candidatura de Donald Trump.

Miren, muchachos nuevos, Fidel se nos fue, mucho, pero mucho antes siquiera de la candidatura de Donald Trump. Sin embargo, Castro alegró más cuando se fue, que cuando llegó y se supone que su muerte la ocultó el sistema, porque en esa isla no salía el sol si él no lo ordenaba y como suele suceder en los Gobiernos totalitarios, nadie se atrevía a dar la noticia.

Como seguí con atención todos sus discursos, nunca me alegraron las rabietas de Castro en sus últimas ponencias, porque en ellas fueron evidentes los síntomas del presagio fatal de un gran hombre que vio reaparecer en el firmamento la debacle del socialismo de siglo XXI: peleaba con periodistas por pendejadas, se caía y se enredaba hasta que ya no pudo más.

Sin embargo, él solito supo cómo se pondría la vaina en el mundo de sus sueños de un quijote viejo sin lanza ni Rocinante con la caída de la fracasada Rusia, eso desde 1989 que fue cuando los aludes en las tierras de sus feudos políticos comenzaron a deslizarse hacia el abismo, acá en la América perdiendo en grandes términos relativos el poder en Nicaragua, Ecuador, Venezuela y sobre todo en Brasil.

¡Ah!, y también en Panamá, aquí gobernaron, con mucho poder, militares, rectores, ministros y funcionarios que también dejaron de disfrutar el tabaco Cohiba cuando el líder lo dejó. Y Uds. no se extrañen si, antes del 2020, los cubanos aprovechen dejar por las buenas a la humanidad y antes de que se hunda la chalupa retirarse de una Venezuela que se ahoga por su política económica y por el cáncer coercitivo que ejercen los cubanos ante los militares venezolanos. Aclaro, utilizando solo toneladas de inteligencia con saliva de loro.

Pese a que América Latina parece no interesarle mucho a los EE.UU. con la excepción del muro en México y el Canal de Panamá, lo Trumponiano que yo digo se basa en que ha desaparecido la política de Estado. Ahora, casi todo, aparenta desarrollarse y rápidamente como una política de Gobierno y es por eso que Trump está dominando. Hace poco, y ustedes no me dejarán mentir, el mundo se manejaba con aquello que las Naciones Unidas dijo, que el cura opina, etc. Ahora no, compa.

Donald y a mí me parece bien, ha puesto al mundo a los pies de un trío de vivarachos en donde él es el que manda: Trump, Putin y Xi o mejor dicho Trump, Xi y Putin, secundados por un enjambre de países que no se quieren alejar de las mieles, parecido a las inofensivas abejas africanas. Todos son impredecibles, para que sepan.

ESCRITOR COSTUMBRISTA.

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