• 14/03/2019 01:00

Muerte anunciada del lenguaje humano y su vinculación económica

Se ha desmejorado la comunicación remplazando las conversaciones personales por correos electrónicos, llamadas de WhatsApp, videollamadas, WhatsApp y Messenger, entre otros

Desde hace unos años he comentado con allegados y no; también. ¿Cuál es el tema? El empobrecimiento en la comunicación humana, gracias a la tecnología cibernética y el enriquecimiento de los proveedores de esta última.

Según el lente óptico de los últimos tiempos, se ha visto la sustitución de los medios de comunicación, por uno más económico y práctico. Excusa perfecta. La sonrisa se convierte en mueca.

Se ha desmejorado la comunicación remplazando las conversaciones personales por correos electrónicos, llamadas de WhatsApp, videollamadas, WhatsApp y Messenger, entre otros. Es lo moderno, hay que adaptarse. De lo contrario te desactualizas e incomunicas. Es lo que las empresas de este producto han vendido.

El otro problema son la oferta de aparatos para dicha comunicación; computadoras, tabletas, celulares, etc. Se adquieren las de mayor precio y velocidad en el envío del mensaje desde el emisor al receptor. En el escrito prevalece la rapidez y síntesis tipo telegramas. No hay tiempo para leer ni escuchar. El ritmo de vida no lo permite, porque urge la solución de problemas económicos por parte de personas naturales o jurídicas y la tecnología nos informa al instante en cualquier punto del mundo para el logro de ese propósito.

Cierto, no está en discusión.

Empresarial, financiera y económicamente entre tantas otras, es efectiva.

Sin embargo, se ha desaprendido el uso de la palabra oral o escrita en forma mesurada, pausada, profunda y gestual. Así como también escasean los saludos y despedidas en este tipo de comunicaciones e inclusive, muchas veces no se obtienen respuestas de mensajes enviados; faltando a una regla de oro universal. Nos hemos olvidado de la importancia de aquellas conversaciones personales, irremplazables, que enaltecen el espíritu y reconfortan los lazos de amor en el mundo.

A raíz de ello, el hombre siente vacíos cada vez más profundos, soledades, dificultad en complementarse o sincerarse con los demás, egoísmos extremistas, egos enfermizos e insensibilización por falta de hermandad social.

La muerte del lenguaje humano es evidente; se nos obnubila por la pérdida de la brújula dirigida hacia la búsqueda de lo superficial, material y económico.

DOCENTE, UNIVERSIDAD DE PANAMÁ.

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