• 11/07/2019 02:03

Cortizo tiene que encender las ‘luces largas'

Cortizo ya sentó las bases de su gestión sobre cuatro pilares y una ‘estrella' que es la educación 

Algunos dirán que es muy temprano para hacer una evaluación de la gestión del recién inaugurado presidente Laurentino Cortizo. Hace solo 10 días tomó posesión de su cargo, junto con sus ministros y otros altos directivos del Gobierno. Mi intención no es —obviamente— pasar revista de sus logros o limitaciones en materia de políticas públicas. Más bien me parece que es oportuno definir cuáles son los parámetros sobre los cuales habría que hacer esas evaluaciones. Personalmente, me inclino por buscar en el discurso del equipo dirigente su propuesta para el desarrollo del país. Entiendo por desarrollo la inclusión de la población en los procesos productivos, que se refieren no solo a lo económico (mejor distribución de más riquezas), sino también a lo cultural (identidad) y lo político (democracia).

Cortizo ya sentó las bases de su gestión sobre cuatro pilares y una ‘estrella' que es la educación. Los cuatro pilares son la guerra contra la corrupción, las reformas constitucionales, una economía competitiva y acabar con la pobreza. Para alcanzar estos objetivos el presidente necesita más que un ‘buen Gobierno'. Panamá exige una dirección que tenga una visión clara del futuro, basada en un conocimiento preciso del pasado y una comprensión de dónde se encuentra actualmente el país. Esta ‘visión clara' tiene que ser complementada por un conjunto de alianzas estratégicas que comprometan a todos los sectores sociales del país.

Uno de los pilares de Cortizo es la ‘economía competitiva'. Este pilar podría considerarse como la base que da sustento a las otras tres. Es lamentable que el nuevo Gobierno presente el pilar económico en términos ideológicos. Lo ‘competitivo' puede entenderse de cualquier manera, según el interés de los grupos que luchan por el control de la producción y distribución de las riquezas nacionales. ¿Quiénes compiten por las rentas que arroja la posición geográfica? La economía tiene que entenderse como un reto para todos. Hay que sumar a todos los panameños en una política que garantice el desarrollo del país. Nuestra posición geográfica es históricamente el principal recurso económico del país. Así lo entendieron los españoles después de la conquista hace 500 años, los ingleses no se quedaron atrás y los norteamericanos se ‘tomaron' el istmo durante todo el siglo XX.

La pregunta que cualquier gobernante debe hacerse es qué va a hacer con este recurso tan valioso que sigue siendo apetecido por potencias mundiales. El expresidente Varela, al regreso en 2017 de su viaje pionero a Pekín, desilusionó a los panameños cuando anunció que los chinos tenían muchos planes para Panamá. El pueblo quería saber qué planes tenía el Gobierno para enfrentar un mundo complejo. Una ‘economía competitiva' es lo mismo de siempre: la ‘competencia' (guerra) entre sectores de la oligarquía que se quieren apropiar de las enormes riquezas del país (posición geográfica, tierras fértiles y, últimamente, yacimientos mineros). Esta ‘competencia' es mediatizada por la potencia de turno. EE.UU. construyó el Canal para valorizar la posición geográfica y creó enclaves (United Fruit y Del Monte) para e xplotar las mejores tierras.

El general Torrijos dijo en su momento que hay quienes manejan con ‘luces largas' y otros con ‘luces bajas'. La ‘economía competitiva' corresponde a las ‘luces bajas'. ¿Quiénes están compitiendo? El Gobierno de Cortizo tiene que entender que estamos en una cancha donde EE.UU. y China ‘compiten' por la dominación de los mercados mundiales. Nuestra posición geográfica es vital para los planes de esos países. Es importante saber cómo terminará el enfrentamiento. Más importante, sin embargo, es saber cómo navegará Panamá en esas aguas turbulentas. Para emprender ese viaje tenemos que saber ¿qué recursos humanos y naturales tenemos?, ¿qué sectores del país tenemos que fortalecer? y ¿qué aliados tenemos?

La metáfora de Torrijos se puede complementar con la otra que subraya la diferencia entre un político y un estadista. El político está pensando en cómo ganar las próximas elecciones. En cambio, el estadista está pensando en la próxima generación. Sin duda, la gesta del 9 de Enero de 1964 abrió el camino para consolidar la soberanía por parte de quienes pensaban en las futuras generaciones. Posteriormente, nos hemos quedado con dirigentes que solo piensan en las elecciones. Cortizo tiene que revisar el concepto de ‘economía competitiva' que es una versión torcida y a corto plazo de lo que aspiran los panameños. Tiene que ponerse a la altura del estadista y encender las luces largas.

PROFESOR DE SOCIOLOGÍA DE LA UP E INVESTIGADOR ASOCIADO DEL CELA.

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