• 08/11/2019 00:00

Paulino Romero C., maestro de ciudadanos

“[...] mi padre creía en la liberación del hombre y que esto era posible a través de la educación. Esta inquietud lo llevó a dedicar más de cincuenta años al periodismo, [...] camino para convertir a todo el país en su aula de clases”

A un año de tu partida, papá, queremos hacerte un homenaje póstumo a tu memoria, porque dejaste huellas que no se podrán borrar, como tu conducta intachable, tu sabiduría para visualizar el acontecer nacional que servía como guía para seguir adelante, distinguiéndote en tus escritos como “Maestro de ciudadanos” que sellabas, como siempre, “Por dedicación fundamental”.

Desde muy joven mi padre creía en la liberación del hombre y que esto era posible a través de la educación. Esta inquietud lo llevó a dedicar más de cincuenta años al periodismo, que era el camino para convertir a todo el país en su aula de clases.

Su pasión por la educación lo mantenía pendiente de su desenvolvimiento y sufría cuando se improvisaba y se usaba el método de ensayo y error que ponían al descubierto la incapacidad de sus máximas autoridades.

Hablaba siempre de una educación integral desde el kínder hasta la universidad. Para esto se necesita un seguimiento cuidadoso de nuestros educadores y autoridades, ya que el mundo de hoy exige mucho más de sus integrantes para el desenvolvimiento de la vida actual.

Algo que también lo inquietaba eran los hábitos y actitudes que deben formarse en las futuras generaciones (que actualmente es preocupante), y era ganarse las cosas por esfuerzo propio y no a bases de regalías, formando así conductas inapropiadas. Y qué hablar y recordar de sus encuentros con sus amigos para aprovechar y hacer un conversatorio sobre el acontecer ciudadano y lo que debe ser un panameño comprometido con el bienestar de la patria.

Pensaba que cualquier momento era oportuno para despertar la conciencia ciudadana que tanto lo necesitan nuestros jóvenes para seguir adelante.

Decía a cada rato que los fondos públicos eran algo sagrado, y tenían que ser custodiados y respetados en forma eficiente y no una oportunidad para aumentar sus cuentas personales.

Conociendo tus inquietudes, estoy segura de que, desde el Más Allá, estarás pendiente de que se cumpla con la meta que lleva a salir del subdesarrollo a nuestros pueblos.

Recuerdo que uno de sus libros de cabecera era “El hombre mediocre”, de José Ingenieros, cómo gozaba cuando analizaba las raíces del servilismo, comparándolas con el comportamiento actual de nuestra sociedad, decía que los educadores tenían que ser la antorcha que llevara adelante la luz para el progreso y bienestar de nuestra patria.

A pesar de tu partida, tu ideal educativo seguirá vivo hasta alcanzar lo que siempre anhelabas, preservar valores esenciales en nuestra sociedad.

Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas.
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