• 16/11/2019 00:00

Homosexualidad y las Sagradas Escrituras (I)

“Quiero que todos los homosexuales en este país tengan voz, incluso cuando no estoy de acuerdo con ella; mas, espero que respeten mi voz también [...]”

Creo en la dignidad y en los derechos humanos otorgados por la Constitución Política de la República y las leyes a todo ciudadano, no solo a los homosexuales o a las mujeres, pero veo con estupor cómo el activismo homosexual y el feminismo radical han atentado contra la estabilidad cultural y social de nuestros pueblos, y cómo la agenda de género empujada por la izquierda se ha apoderado de nuestras sociedades dominando la escena social y cultural, y cómo con el trillado “discurso de odio”, tratan de silenciar las pocas voces que se oponen a esa agenda.

Quiero que todos los homosexuales en este país tengan voz, incluso cuando no estoy de acuerdo con ella; mas, espero que respeten mi voz también, especialmente porque el mensaje de la ideología de género que se está impulsando en nuestras sociedades tiene impacto y efecto en el ordenamiento sociopolítico y cultural de nuestros países. Además, si te sales de lo “políticamente correcto” y dices lo que piensas de la homosexualidad, puedes recibir todo tipo de insultos o amenazas.

La ideología de género, un invento de la izquierda conspirativa, ha popularizado sus ideas y prácticas antinaturales, creando un mes de “orgullo gay” que promueve la intolerancia a las ideas y tradiciones conservadoras cristianas.

¿Pero exactamente qué es lo que se celebra? Los homosexuales tienen una atracción antinatural hacia las personas de su mismo sexo, y eso es todo. Entonces, ¿estamos celebrando el hecho de que hay personas que realizan actos homosexuales? ¿Cómo es eso una fuente de “orgullo” que requiere la celebración de un mes? Esto es completamente ridículo y sin sentido, al igual que la retórica de la diversidad y la inclusión.

Respeto a los grupos LGBTQI y siento pena por ellos, porque debe ser difícil vivir fuera de la norma, pero solo porque a alguien no le gusta el cuerpo en que nació, o prefiere a alguien del mismo sexo, es completamente fuera de lugar tratar de poner nuestro planeta al revés para obligar a todos a cambiar su perspectiva y condonar y aceptar como natural el estilo de vida homosexual, sus creencias y aspiraciones para poder acomodarlos.

Hoy día, para desestabilizar las sociedades, ya no es necesario el terrorismo armado o motín, solo hay que desplegar estos grupos que corrompen, confunden, agreden y siembran caos.

Así que despierten, mi gente adormecida, el caballo de Troya ya ha llegado, y sus ideas básicas ya se han infiltrado en los organismos internacionales, debilitando a lo único que puede hacerle frente: la Iglesia y la tradición humanista cristiana.

La homosexualidad, el adulterio, el asesinato, el robo y la mentira son denunciados de forma inequívoca como pecado en las Sagradas Escrituras, sin excepciones ni dudas al respecto.

Luego, si la Biblia está equivocada acerca de la homosexualidad, como muchos eligen creer, ¿entonces también es posible que esté equivocada acerca de cualquiera o todos los demás “pecados”? Si eso es una real posibilidad, entonces alguien necesita recordarme ¿por qué vino Jesucristo, y exactamente de qué nos salvará?

Si el ser humano no puede entender que Jesucristo vino a cumplir la LEY, no para reemplazarla o cambiarla, entonces no tienen discernimiento bíblico.

Da tristeza constatar que hay quienes piensan que las palabras de Dios están equivocadas cuando no se ajusta a su agenda o deseos.

La Biblia, las palabras de Dios, si está equivocada, entonces Dios le debe una disculpa a Sodoma y Gomorra. ¿Pero en qué más se ha equivocado Dios? ¿Dónde está la “guía de corrección” para la Biblia?

Según las Sagradas Escrituras, la homosexualidad no solo es antinatural, sino una abominación a las leyes de Dios y a su Creación.

Dios nunca cambia, el hombre, a lo largo de los años, ha tratado de cambiar a Dios y sus palabras para su propósito y para desviar a las personas, y es por tal motivo que hoy tenemos todas estas denominaciones religiosas que han diluido las doctrinas y creencias de la Iglesia para poder ser “más modernos”, y para no ofender a nadie.

Así que no apuestes tu futuro espiritual y tu salvación eterna con la esperanza de que una mentira sea verdad.

Planificador jubilado.
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