• 18/11/2019 00:00

Necesitamos una constitución 'sin espíritus ni interpretaciones'

Necesitamos una constitución 'sin espíritus ni interpretaciones'

La verdad, luego de vivir más de 60 años en mi país y haber leído la historia antes de 1968, no me queda la menor duda de que necesitamos una nueva constitución, pero que la misma debe tener tres características fundamentales: un texto claro y simple de manera que cualquiera pueda entenderlo, así descartaríamos de plano las famosas “interpretaciones” que tienden a favorecer a aquellos que tienen mayor poder y sobre todo debe ser un texto vivo para evitar tener que llamar a los “espíritus”, con el fin de que nos digan qué fue lo que ellos quisieron decir cuando la escribieron.

Mientras ensalcemos el texto de esta, con frases en latín, dominicales o altisonantes, mientras más nos alejemos de la claridad y simplicidad, para dar paso a las interpretaciones o a los pensamientos de los espíritus, nunca tendremos paz. Simplemente porque al no estar las cosas claras, cualquiera podrá hacer uso de esta, para favorecer sus intereses.

Cuando uno enseña, lo debe hacer de la forma más simple y sencilla posible, ya que lo importante es poder pasar los conocimientos que deseamos a nuestros estudiantes. Claro está, si su intención es enseñar; pero si lo que se quiere es que las personas piensen que usted es más inteligente que Einstein, dedíquese a enredarlo todo, a hacerlo lo más difícil posible, para así poder resaltar su “grandeza”.

Del mismo modo debería pasar con nuestra Constitución, su redacción debe ser lo más simple, escueta y directa posible, de manera que todo el mundo pueda entenderla, al mismo tiempo que nos quitamos de encima a todos los intérpretes y espiritistas, que tanto enredo le han causado a nuestra justicia.

Dejemos el latín y la fraseología altisonante, para impresionar a nuestros estudiantes en los salones de clases. Pero si queremos de verdad salir del marasmo judicial en que vivimos, yo sinceramente les recomendaría que, luego de determinar el contenido de cada artículo, el mismo sea redactado de la forma más simple y clara posible, de manera que cualquiera pueda entender las reglas que regirán nuestro destino, por los próximos años.

Por allí dicen que “mientras más enredo en las letras, más picante en la sopa”, y creo que ya está bueno de interpretaciones y espiritismos. Redactemos una constitución que contemple los parámetros que nos permitan vivir y convivir en Panamá con tranquilidad, pero que al mismo tiempo su contenido, una vez determinado, sea escrito en la forma más simple posible, para que todos podamos entenderla, simplemente porque nos regimenta a todos.

Adicionalmente, recordemos que nadie de carne y hueso, puede considerarse Dios; o sea no lo saben todo, para eso existen los especialistas en cada rama, los cuales deberían ser consultados o tomados en cuenta al momento de determinar los contenidos de los artículos referentes a un tema específico.

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