• 24/11/2019 00:00

Honoris causa para Omar Jaén Suárez

“No debemos temer a la competencia intelectual. Hay que redoblar esfuerzos para elevar la calidad de la educación, concluyó en su mensaje para Udelas, que lidera esta transformación”

La Universidad Especializada de la Américas (Udelas), que este año celebra su aniversario 32, es una institución estatal de educación superior que se distingue por ofrecer carreras innovadoras y formar profesionales que ayuden a solventar las necesidades reales de los sectores productivos del país. Su lema es "Excelencia profesional, con sentido social”. Tiene actualmente 5 sedes a nivel nacional, y pronto estará estableciendo una en Darién.

Desde el año 2010 ha venido entregando un doctorado “Honoris Causa” a aquellas personas que “se hayan distinguido excepcionalmente y se confiere por méritos extraordinarios y contribuciones a la pedagogía, las artes, las ciencias y tecnología o mejoramiento de las condiciones de vida o el bienestar de la humanidad”. Esta distinción se entrega cada dos años, la última le fue conferida al poeta Manuel Orestes Nieto, y este año recayó en el Dr. Omar Jaén Suárez, historiador, geógrafo, demógrafo, sociólogo, experto en ciencias sociales, académico y diplomático. Solamente una persona con la formación y ejecutorias tan integrales como el Dr. Jaén podría habernos dado una visión de lo que necesita Panamá en estos momentos y, desde su humilde aceptación de tan merecida distinción, nos entregó un discurso que, más que una pieza de verdadera erudición es la visión de un humanista a los tiempos en que vivimos.

Autor de muchos libros tanto de geografía, historia social y de población, historia diplomática y la geohistoria de Panamá y su entorno, el Dr. Jaén enfocó su discurso en la geopolítica, empezando por una frase que hace un tiempo dijo “Panamá es una potencia, pero no lo sabe”, a la que añadió, el día de su investidura, “no lo sabe aún”. Rescató dos momentos claves en la historia patria en que el país supo que era una potencia: noviembre de 1903 cuando se creó la república, y la firma de los tratados Torrijos Carter en septiembre de 1977, que perfeccionaron la independencia, culminándola el 1 de octubre de 1979 cuando entraron en vigencia dichos tratados y la reversión total de la vía interoceánica, el 31 de diciembre de 1999.

El discurso del Dr. Omar Jaén vale la pena estudiarlo por la profundidad en las que enfrenta los actuales problemas del país en el marco de su posición geográfica, que une a dos inmensos océanos que han jugado un papel importantísimo en el control del poder mundial. La geopolítica ha dominado la historia de Panamá, así como fue determinante en la cuenca del Pacífico. A pesar de estar alejado de los conflictos bélicos, el istmo de Panamá tuvo un papel importante en ellos, sacando apenas migajas por culpa, como bien señaló, “de la incompetencia de sus élites gobernantes y su incapacidad de ver la realidad del poder geopolítico de su propio país enriquecido por una sociedad multicultural que es madre, además, de sus identidades múltiples”.

La geopolítica jugó una carta fundamental en la causa nacionalista panameña, que llevó a cabo el general Omar Torrijos, al recabar apoyo internacional para enfrentarse a la superpotencia estadounidense. Todo este rejuego de maniobras que, en equipo con preclaros políticos de esa época pudo diseñar y ejecutar un plan de internacionalización del problema bilateral que tenían los dos países, Panamá y Estados Unidos. El entendimiento de que había que lograr una solución con el pequeño país de Centro América les llegó a los senadores estadounidenses al concluir que el Canal de Panamá es “indefendible, con un pueblo hostil a su alrededor, una América Latina disgustada y un mundo en desarrollo más desconfiado y hasta con aliados que censuraban su presencia cuasi colonial en la Zona del Canal”.

Posterior a la cruenta invasión que a fines de este año conmemora su décimo tercer aniversario hemos vivido una democracia muy imperfecta durante las cuales Panamá parece haber olvidado las más importantes lecciones de su historia y su poder en la geopolítica mundial. Poder que ha aumentado con el crecimiento del sistema portuario en las riberas del Canal, ahora ampliado, y una de las tres más importantes flotas mercantes del mundo. La geopolítica es, definitivamente, una materia fundamental para comprender nuestra realidad y aprovecharla mejor.

“Panamá, con un grupo dirigente caracterizado en mucho por su relativa ignorancia, extremada codicia, arrogancia y vanidad, ha abandonado toda reflexión fuerte e indispensable sobre su política exterior, a pesar de que el istmo dependa para su prosperidad y su seguridad esencialmente del extranjero”. Nos ven como un país de negocios turbios, xenofóbico, “dominado por el pensamiento mágico e irracional y supersticioso, aquejado de corrupción extendida e impunidad, con instituciones públicas muy débiles”. Somos el país que tiene el ingreso per cápita más elevado de la región y el de más desigualdad, con una población que en su mayoría posee una educación muy deficiente, que vive en el caos, la inseguridad y la precariedad.

Finaliza su enjundioso discurso con la lapidaria frase que “debemos aprender de la historia para evitar la repetición de errores y mirar nuestro entorno geográfico, abrir nuestras mentes al conocimiento más actualizado, nuestras puertas a los académicos, profesionales, técnicos e intelectuales de todas partes que acepten venir a enseñar”. No debemos temer a la competencia intelectual. Hay que redoblar esfuerzos para elevar la calidad de la educación, concluyó en su mensaje para Udelas, que lidera esta transformación.

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