• 04/06/2020 17:50

La sostenibilidad como piedra angular en los planes de recuperación post COVID-19

La pandemia global ocasionada por el nuevo coronavirus nos obliga a repensar cómo forjaremos nuestro futuro colectivo

Al igual que otras conmemoraciones, este año 2020 con motivo de la pandemia del COVID-19, el Día Mundial del Medio Ambiente podría pasar casi inadvertido, toda vez que la principal preocupación de los tomadores de decisiones y la opinión pública está concentrada en preservar la salud de la población y en la recuperación económica de los países, que sin distingo de zona geográfica o Índice de Desarrollo Humano, están enfrentando los embates del nuevo virus que ha logrado poner el mundo en pausa y contraer como nunca antes las economías.

Aunque al principio del confinamiento fue común ver en redes sociales y noticieros cómo la pandemia le daba un “respiro” a la naturaleza, con la incursión de la fauna silvestre en zonas urbanas y la (supuesta) descontaminación ambiental, paralelamente -pero de modo menos visible- está el incremento de material desechable no biodegradable como guantes y mascarillas, por mencionar solamente los más utilizados.

Al menos en Panamá, victorias que se habían alcanzado recientemente con la eliminación del uso de las bolsas con polipropileno y el establecimiento de centros de acopio para la recepción de materiales reciclables han perdido terreno. Los centros de acopio comunitarios inexplicablemente fueron cerrados, al tiempo que el consumo y descarte de productos de un solo uso incrementó y van directo y sin escala a los vertederos de basura.

Ante este escenario poco alentador -y cuando el Día Mundial del Medio Ambiente tiene por lema “es la hora de la naturaleza”- la Organización de las Naciones Unidas exhorta a los países a integrar la sostenibilidad en los planes de recuperación post COVID-19, con una serie de recomendaciones muy puntuales que abarcan desde intensificar el despliegue de la energía renovable y la eficiencia energética, aumentar la resiliencia de los ecosistemas, la alimentación y los medios de vida rurales, así como conseguir ciudades más resilientes.

A través del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, hoy ONU Medio Ambiente) se ha formulado una serie de recomendaciones con el de fin apoyar a los países, en cómo articular respuestas integradas a las crisis sanitaria, económica y climática.

El documento expresa en su introducción que la necesidad de responder rápidamente para evitar una grave crisis económica puede ser un argumento de peso para hacer caso omiso de las consideraciones climáticas. Sin embargo, si éstas no se integran, la recuperación empujará a la región por un camino con efectos aún más dramáticos que los del COVID-19. Añade además que la incorporación de soluciones sostenibles y “a prueba del clima” nunca ha sido más importante que ahora para mejorar la resiliencia de las sociedades, y para estar preparados de la mejor manera posible para el futuro.

Entre las áreas de acción propuestas por ONU Medio Ambiente se destacan, adicional a las ya mencionadas figuran: reducir gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles y tasar las emisiones, al tiempo que considera las oportunidades de negocio en la descarbonización conjunta de los sectores de la energía y el transporte.

La pandemia global ocasionada por el nuevo coronavirus nos obliga a repensar cómo forjaremos nuestro futuro colectivo. Los impactos del cambio climático, así como la inequidad y la corrupción siguen siendo parte de nuestros principales desafíos. La ventaja -por llamarle de alguna manera- es que en estos momentos se están articulando los planes de recuperación post COVID-19, y en éstos la sostenibilidad resulta indispensable y fundamental.

El documento completo aquí. http://cambioclimatico-regatta.org/index.php/en/documents-and-tools/category/recuperacion-economica-p 

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