• 26/10/2020 00:00

Diálogos prefabricados

Cuando se tienen como método los acuerdos pacíficos, inmediatamente, la figura a recurrir por excelencia es el diálogo, ya es utilizado por el Derecho Penal como procedimiento alterno para dirimir, solucionar los conflictos.

Cuando se tienen como método los acuerdos pacíficos, inmediatamente, la figura a recurrir por excelencia es el diálogo, ya es utilizado por el Derecho Penal como procedimiento alterno para dirimir, solucionar los conflictos. Los organismos internacionales también los proponen en medio de armisticios o procesos de terminación de enfrentamientos bélicos entre Estados. La ONU, a través del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, se ofrece como facilitadora de diálogos en foros y los recientes llamados a la suntuosa Concertación Nacional, propiamente hablando, se configuran desde 1990; es decir, desde los Gobiernos posinvasión.

Analicemos la metodología utilizada para propiciar estas mesas de negociaciones, definitivamente, basadas en un interés social preexistente como el de la Caja de Seguro Social (CSS), las Reformas Constitucionales, las Reformas Electorales, desde la Comisión Nacional de Reformas Electorales y distintos y diversos foros nacionales, ya sea como facilitadores o como asesores, es la intervención del PNUD.

La convocatoria se hace y la característica de esta es que la mayaría de sus participantes son los mismos que integran los demás diálogos constituidos. Una vez conformados, dentro de un gran escenario, reciben la bendición del Ejecutivo y quedan formalmente instaurados. En nuestra pequeña experiencia en la cual hemos concurrido a varios, se aceptan y se escuchan sus propuestas y hasta los demás miembros se muestran de acuerdo; sin embargo, no trasciende, hay una agenda estructurada desde los niveles de la criptocracia, donde las decisiones están tomadas y aprobadas con el concurso de los deslumbrantes participantes, aun desde sus diferentes corrientes y pensamientos, algunos mal vestidos, pero bien financiados.

Las consecuentes decisiones son totalmente contradictorias a las planteados dentro de sus sesiones y oficiados a la Asamblea Nacional u otro ente competente, teniendo como resultado su entrada en vigor más rápido que el aleteo de un colibrí.

Todo el ímpetu, esfuerzos y dedicación empeñados en presentar propuestas sensatas, concretas, científicas son prácticamente desechados, creando desgaste y frustración para luego observar supuestos enfrentamientos entre los concurridos, atribuyéndole la responsabilidad a los legisladores, estas elucubraciones son fácilmente comprobables y con actores reincidentes, como las Reformas al Código de Trabajo de 1995, 25 años después con este Gobierno la misma figura que participó y aprobó en representación de su organización, desbalancearon perjudicialmente la relación obrero-patronal, como ahora con los temas de la pandemia, repiten en materia laboral con la pasada convocatoria de la llamada mesa tripartita por la economía y luego la supuesta protesta a la misma, cuando ya estaba aprobada.

En el 2005, con la aprobación de la nefasta Ley 51, vemos las conclusiones directas y efectos que produce la actual y grave situación de la CSS. De este breve, sucinto recuento histórico, observamos, más allá de un círculo o cualquier figura geométrica viciosa, la participación de los actores invitados a estas mesas por los Gobiernos de turno, con la particularidad de que ya están plenamente identificados los sectores concurrentes y sus delegados, entre mañanas de café, almuerzos “gourmet” y tardes de té, con resultados propiamente adversos a la realidad nacional.

En nuestro país, tenemos la suficiente capacidad y estamos en completa disposición de producir una metodología cónsona con nuestras realidades, con buenos asesores desde la academia y los escenarios prestos desde la Universidad de Panamá. Nuestra protesta se basa en hacerle saber al Ejecutivo que, en la próxima convocatoria, prontamente a realizarse, conmine a los verdaderos representantes, idóneos, defensores de las causas nacionales, con trayectoria y ejecutorías explícitas.

Estaremos, pues, vigilantes y atentos a que no cite a los comensales perpetuos. Es tiempo de acabar, por el bien de la nación, con estos diálogos prefabricados. ¡Acción!

Ciudadano independiente.
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