Candidatos para el 2014

La ‘fiesta’ electoral ya se respira en la geografía nacional. La sexta de los últimos veinticinco años. Hay, en los discursos de los aspirantes, sabor a triunfo, aunque el fantasma de la derrota ya se asoma en algunos partidos políticos. Las mediciones, como termómetro que mira las posibilidades de los candidatos, ya dibujan posibles resultados. En esto hay que reconocer los aportes de La Estrella de Panamá y Telemetro, que, a través de IPSOS, facilitan cifras de percepciones para los análisis de las posibilidades electorales a nivel presidencial.

Valga decir que no solo se trata de números. Son, sobre todo, el juicio (previo) que la población hace de las ofertas electorales, sancionando unas; beneficiando a otras. Cuentan, para ello, con el poder del voto. De hecho, la búsqueda de apoyo electoral choca con ese poder mágico que otorga el sufragio electoral y con un pueblo sufrido que se lanza a atrapar culpables.

El deseo de sancionar también se respira en el escenario nacional. Tantas frustraciones provocan esa ira. Aunque, por otra parte, es la oportunidad democrática de renovar esperanzas; en retomar en pies descalzos lo posible, y no como aquello tan falaz e insultante de caminar en los zapatos del pueblo.

La información de las encuestas de opinión, la más reciente de mayo de 2013, reafirma la tendencia favorable a la Oposición (52% de aceptación, aunque tiene una caída respecto a abril que era de 64%). El candidato Juan Carlos Navarro sigue, de manera consistente, siendo es el preferido. En diciembre de 2012 la percepción era del 29%. Ahora en mayo de 2013, aún cuando ya se ha oficializado el candidato de gobierno, Navarro sigue marcando por delante, con una percepción favorable del 36%, con doce puntos por encima Domingo Arias, quien aparece con 24%. Juan Carlos Varela, por su parte, cae de 23% de abril a 16% ahora en mayo. (IPSOS, balance de mayo de 2013).

Esas cifras expresan el fracaso de la gestión de gobierno. Un rechazo a la corrupción, a los engaños; a las muertes No son ajenas, desde luego, a la poca efectividad del equipo de gobierno y que, como tal, llevará en su espalda el candidato Domingo Arias, electo en las primarias oficialistas. En las encuestas, de abril, solo dos ministerios superan una percepción por encima del 40% (Educación y Mides). El resto están entre la mediocridad del 31 y el 25%, una percepción que sanciona el pobre desempeño en el ejercicio de la función pública.

A buena hora las encuestas también identifica un nuevo liderazgo, el de Juan Carlos Navarro. Una calificación positiva a su visión de país que dice recobrar la importancia del agro y del productor, que valora las potencialidades de la educación como aquella del primer mundo; que reconoce que el panameño merece una vida digna y que esta no es posible con los elevados precios de la canasta básica y los bajos salarios. Centrarse en estas realidades resulta acertado, sobre todo por el deterioro que enfrenta la familia panameña la que, aun del crecimiento económico, no participa de una distribución equitativa de las riquezas.

Las elecciones de 2014 abre las posibilidades para que el país sea honradamente administrado. Eso no es lo que, lamentablemente, ha ocurrido en estos cuatro años. El drama electoral pone en juego el futuro de Panamá. En verdad, se necesita un buen gobierno; y un fin a la corrupción.

*EXPRESIDENTE DEL PARLACEN.