Destaponar Darién

Aún resuena en mi memoria, cuando aún adolescente escuché esa extraordinaria argentina Mercedes Sosa, vocear “Que bueno fuera un mundo sin fronteras”; dejándome la visión de una humanidad amante en eliminar distancias caprichosas que frenan el cultivo de la fraternidad con la comunicación enriquecedora.

Por ello debemos considerar las fronteras geográficas sólo como una referencia para la mejor administración de un territorio y no como una medida para excluir valores enriquecedores .Reconociendo los beneficios de un buen acercamiento, algunos países —caso particular europeo— han acordado el uso de único documento para la movilización entre ellos; con clara demostración para beneficios mutuos que los afanes imperiales han aprovechado para sí mismos.

En esas propuestas aislacionistas, para beneficio de uno y no de todos, se han aplicado figuras territoriales que van desde reservas hasta tapón; como es el caso del Tapón de Darién, que desde 1981 es declarado, por la ONU, como Patrimonio de la Humanidad y en 1982 como Reserva de la Biosfera; con una dimensión de 5,790 km2 —560,000 has.; limítrofe con el departamento del Chocó (Colombia)

Anterior decisión que se ejecutó, sin incorporación de una realidad provincial (Darién) que posee: 16,803 km² —48,378 habitantes (24% en extrema pobreza) integrantes de la mayor variedad étnica-cultural en el país ; y que desde 1510 hasta fines del siglo XX ha sido saqueada y despojada de su riqueza material (oro, caucho, maderas y mariscos); hasta ser, comparativamente, calificada como la provincia menos desarrollada de Panamá.

El 27 de diciembre, increíblemente Darién cumple 100 años de ser provincia, después de haber sido región, comarca, territorio, alcaldía y gobernación. Denominaciones demostrativas de su condición como instrumento para beneficio de intereses socioeconómicos externos a ella.

Aceptamos que Darién, con parte de su territorio sirva a la biosfera de la humanidad; a pesar de no poseer una infraestructura vital para una calidad de vida. Relación Darién y Humanidad que demanda una reconsideración, como existe para otras áreas similares en otros países, por esa humanidad (ONU) para compensar ese sacrificio y deuda.

Por qué no considerar el comanejo para ese tapón con presencias estructurales institucionales que vayan desde centros de investigación , modelos contextualizados de educación, salud, producción de satisfactores básicos con los pertinentes controles.

Contemplar ese tapón, que ya ha perdido mucho de tal, como algo distante sin beneficio cercano, es negarle a su verdadero dueño (Darién) una oportunidad para servir sin desventajas; sacrificando e ignorando el buen valor de sus recursos naturales que, mediante la ejecución de un verdadero plan de desarrollo integral y sus buenos resultados, bien contribuiría a ubicarnos en el primer mundo.