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- 21/10/2011 02:00
Conservación del agua en la cuenca del Canal
HUBERT HUMPHREY FELLOW.
El tema de áreas revertidas y Canal de Panamá ha tenido como pocos consensos nacionales. El Diálogo Panamá 2000 dio como resultado las estrategias para la administración de los bienes revertidos y el Canal de Panamá. La Ley Orgánica del Canal de Panamá y la Ley 21 de usos de suelo para áreas revertidas y cuenca del Canal fueron el resultado de la convocatoria y resultado de un ejercicio democrático.
A partir del inicio del año 2000 la administración del Canal en manos panameñas, así como el instrumento de gestión territorial para el uso, administración y manejo de los recursos en la cuenca del Canal fueron puestos en marcha. Con relación al Canal no ha habido duda sobre la gestión de él en manos de los panameños. Los ingresos provenientes del Canal, como la operación de la vía acuática, son resultado de ello y muestra de que la tarea ha sido cumplida y rebasada en éxito por la ejecutoria de la comunidad de técnicos y gerente al frente de su administración.
El segundo aspecto presenta retos y desafíos que requieren ser solventados. El abastecimiento de agua potable, a deficiencia en los sistemas de tratamiento de aguas y la creciente contaminación de los ríos y quebradas por basura y vertidos de aguas residuales y domésticas en muchas comunidades en la Cuenca del Canal es una realidad. El Estado en su organización institucional hace frente al problema de dotación de agua y saneamiento mediante la formulación y ejecución de grandes proyectos de agua.
El proyecto de agua potable y saneamiento de Panamá (PASAP) ofrece buenas perspectivas con relación al tema; pero el asunto del control de los asentamientos urbanos y periurbanos a lo largo del corredor transístmico demanda la atención y la articulación institucional para mejorar las condiciones económicas, sociales y de calidad de vida para la población. El MIVIOT viene haciendo un esfuerzo en la formulación de planes parciales de ordenamiento territorial, bajo los lineamientos de la Ley de usos, que establece el crecimiento y usos de las áreas dentro del corredor transístmico, pero no es suficiente.
Reconocer que la relación entre espacio y sociedad es determinante para lograr niveles de desarrollo, es un buen comienzo para gestionar la forma en que crecen y se consolidan las comunidades a lo largo del corredor transístmico. El MIVIOT frente a reordenar y adecuar los asentamien tos para producir espacios saludables, reducir la vulnerabilidad hídrica, mejorar movilidad y procurar funcionalidad entre los equipamientos urbanos y de servicios no podrá ser logrado sin colaboración de otros actores.
Es evidente la necesidad de información y disponibilidad de tierras nacionales y municipales para re—crear centros de servicios y rediseñar redes viales y mejorar funcionalidad. Instituciones como la ANATI pueden ofrecer respuesta a la necesidad de crear espacios para corregimientos de dinámico crecimiento, como Las Cumbres, Alcalde Díaz, Ernesto Córdoba, Chilibre, Arraiján y La Chorrera. La mejora de la red urbana y de servicios es clave para mejorar los niveles económicos y sociales, reducir los niveles de violencia y crear pertenencia y arraigo de la población.
La política de administración de tierras en los corregimientos y comunidades de la cuenca del Canal de Panamá, particularmente del corredor transístmico debe ser reforzado para consolidar y detener el crecimiento horizontal. Las acciones de saneamiento y abastecimiento de agua deben ser fortalecidos y promovidos en el largo plazo como una política de Estado, reconociendo en la gestión de agua el futuro de la economía nacional, la salud y el bienestar nacional.
El principal reto y dificultad es elevar y fortalecer la discusión y acción política hacia el principal objetivo de conservación del recurso agua en la Cuenca, en el marco de sostenibilidad económica, social, ambiental y cultural.