Según el economista en jefe de la FAO, Máximo Torrero, la región ha reducido la prevalencia del hambre, con casos destacados como Brasil, República Dominicana...
- 29/09/2011 02:00
Primavera árabe
PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.
R ealmente la primavera árabe se inició en pleno invierno. Y rápidamente se colocó en el centro del escenario internacional con características similares al derrumbe del muro de Berlín y el fin del apartheid. La fuerte demanda por democracia, derechos y libertades, más que por pan, se convirtió en una opción al alcance de las sociedades árabes.
Pero también ha significado una reivindicación para los musulmanes victimizados, por la manipulación mediática de Occidente, tras los hechos del 11 de septiembre. Con excepción del desenlace en Libia, cuya página final aún no se ha escrito, la forma como fueron derrocados los regímenes de Egipto y Túnez, borraron esa imagen de violentos y ofrecieron un relato alternativo. Se demostró que las protestas, las huelgas y las acciones civiles resultaron más efectivas que los enfrentamientos. Esos procesos han elevado la autoestima de las sociedades árabes y han contribuido a hacer a un lado prejuicios y estereotipos.
(La primavera árabe resultó también en el contexto ideal para movilizar a la opinión pública mundial acerca de la justa solicitud ante el Consejo de Seguridad de la ONU para que reconozca al palestino como el Estado 194. Los palestinos sostienen que es la primera vez que han acorralado a Israel sin la pérdida de una gota de sangre).
No obstante, en el mundo árabe subsisten regímenes que no han sintonizado con los tiempos de reformas. El anuncio del derecho a votar y ser elegidas para las mujeres en el 2015 en Arabia Saudita, es más un gesto simbólico que un verdadero cambio, algo similar a las recientes elecciones sin credibilidad en Bahréin y en Emiratos Árabes Unidos. Las monarquías del Golfo Pérsico han tratado de comprar con subsidios la conciencia ciudadana, para que el mensaje de cambios no sea percibido.
La transición en Siria y Yemen está demandando la intervención militar internacional, pero con escasas posibilidades por el descrédito de la OTAN al falsear el mandato de la ONU en Libia. Argelia no se ha puesto al día cuando tiene frente a sí el escaparate de exigencias de las nuevas generaciones. Por el momento se ha librado de la marea revolucionaria, pero no es inmune al fin de su sistema esclerótico. El divorcio entre el pueblo y el régimen de Argel constituye un fenómeno peligroso, que indica que una gran explosión puede producirse en cualquier momento.
Las reformas democráticas en Jordania y Marruecos —principalmente este último, vanguardia de profundos cambios constitucionales— oxigenan el sistema. En Marruecos se demostró que las transformaciones deben someterse al arbitraje del pueblo, mediante referendo, para alcanzar compromisos en la relación entre gobernantes y gobernados.
Ese proceso de reformas profundas y multidimensionales, con un islam moderado, abierto y tolerante, puede ser modelo para otros países árabes. Esa nueva arquitectura institucional, con gobiernos participativos que respeten la autoridad ciudadana, permitirá una rutina de acostumbramiento a la democracia que generará bienestar.
Lo que viene a continuación es la inauguración de una era de institucionalidad democrática en el mundo árabe. Para vacunarse contra la pedagogía de la sumisión, las reversiones, el caos o la remilitarización, hay que crear una superestructura de comunidades de Estados árabes democráticos que sean una garantía para las sociedades árabes emergentes.
Esa instancia deberá asegurar la continuación y profundización de los procesos, las soluciones diplomáticas colectivas frente a las diferencias y mantener el diálogo estratégico con socios que representen un soporte internacional de largo aliento.
La comunidad internacional deberá asistir a este proceso, principalmente Estados Unidos y la Unión Europea, dejando a un lado la dominación imperial y dando paso a una cooperación a gran escala basada en valores democráticos comunes. Al fin de cuentas de lo que se trata es de superar obstáculos y compartir ambiciones.