La institucionalidad del Canal de Panamá

Gran satisfacción me ha producido el artículo que, bajo el titular ‘Alberto Alemán Zubieta: la institucionalidad o la gloria’ publica La Estrella en su edición del 19 de septiembre bajo la rúbrica de Jorge E. Ritter. Con fineza y maestría, el autor destaca el ejemplo dado por Alberto Alemán Zubieta, administrador de la Autoridad del Canal de Panamá, al rechazar ante los medios de comunicación social la oferta que le hiciese públicamente el presidente de la República, Ricardo Martinelli, para modificar la Ley Orgánica de la ACP, a fin de permitir que permanezca en el cargo hasta que se concluya la ampliación del Canal.

Comparto plenamente la duda expresada por Ritter de que haya algún panameño ‘que no valore y encomie la gestión de Alemán, ni que considere que sería apenas de justicia que quien lideró desde el inicio el proceso de ampliación (del Canal) pudiera concluirlo. Pero eso no es lo medular: es la institucionalidad’.

La ejemplar decisión en un país en donde la institucionalidad pareciera importar muy poco entre quienes detentan el poder, abre un gran desafío para quienes tendrán bajo su responsabilidad la designación del administrador de la ACP cuando expire el término de Alemán Zubieta el 16 de agosto de 2012.

Esa decisión le corresponderá a la Junta Directiva de la Autoridad del Canal de Panamá, cuyos once miembros se han manejado hasta ahora —conforme lo dicta la letra y el espíritu del Título Constitucional sobre el Canal y la Ley Orgánica que lo desarrolla— con total independencia del Órgano Ejecutivo.

Esa independencia pudiese quedar en riesgo si la decisión, en lugar de tomarse en 2012 se dilata hasta el 2013, cuando el actual presidente de la República deberá designar a los reemplazos de Alfredo Ramírez, Jr., Norberto Delgado y Eduardo Quirós, cuyos periodos vencen ese año.

Ya el actual presidente ha designado, conforme a la Ley, a cuatro miembros (el ministro para Asuntos del Canal, Rómulo Roux, José A. Sosa, Marco Ameglio y Nicolás Corcione), lo que significaría que siete de los once miembros en 2013 habrán sido nombrados por el actual mandatario.

Una Junta Directiva manejada desde Palacio pudiese designar a un administrador que no respete elementos clave para el éxito del Canal en manos panameñas como son su carrera administrativa basada en el mérito, un sistema de contrataciones ejemplar y un sistema de control de tráfico libre de consideraciones discrecionales, basado estrictamente en los reglamentos.

Confiamos en que la actual Junta Directiva habrá de responder a su gran desafío histórico designando en 2012 a un administrador de la Autoridad del Canal de Panamá de la talla de Alberto Alemán Zubieta.

PERIODISTA